2. Bienvenidos a Hogwarts

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Cuando los primeros rayos del amanecer atraviesan los cristales y dan contra la cama, el rubio abre los ojos con pereza. Bostezando, mira a su alrededor para recordar dónde se encontraba.

- Potter...

Se intenta levantar sin mucho éxito. Eileen le abrazaba con el rostro tranquilo, sosegado y Lucius... ¿Dónde estaba Lucius? En ese momento Draco nota agua cayéndole por la cara y un gran peso en la cabeza. Lucius dormía boca arriba sobre la cabeza del rubio mientras un hilo de saliva le caía de la boca. Asqueado, Draco se limpia velozmente la cara y, dejando caer al niño en la cama junto a su hermana, se levanta.

Tenía pensado irse de aquella casa al alba pero...¿Dónde iría? Su instinto de mortífago le decía que no volviese a la mansión. Esos muggles estaban demasiado coordinados para ser una simple coincidencia. Cabía la posibilidad de escribirle al Ministerio pero su apellido ya no poseía importancia alguna. Pensativo, escribe una carta con su típica caligrafía perfecta. Sin más opciones, Draco decide salir de la habitación y bajar a la cocina. No estaba vacía como él esperaba, sino que una castaña cantaba alegremente mientras lanzaba tortitas al aire con mucho arte.

- Granger - la aludida pega un pequeño chillido y se lleva la mano al corazón, asustada - No tengo gana de que llueva

- ¡Me has asustado Malfoy! ¿No te han enseñado a llamar a la puerta?

Draco no le hace el más mínimo caso y se sienta tranquilamente observando como la castalla proseguía con su labor de lanzar tortitas.

- ¿Sabes que podrías hacer eso con magia Granger?

- Ajá, pero así es más divertido.

- Como se nota que eres una sangre-sucia..... - a Draco se le ilumina una bombillita - Ey Granger, ¿Tenéis lechuzas en este sitio?

- Solo Harry y Ron - Hermione las llama y dos lechuzas, una más grande que otra, se posan en el afeitar de la ventana - Necesitarás su permiso si quieres usarlas...

Draco le da la carta a la más grande y tras susurrarle "Hogwarts", la lechuza sale volando.

- ¿Acaso me escuchas cuando te lo digo? ¡Esa era la de Harry!

- Ya lo supuse, tu amigo la comadreja no puede permitirse una así.

- Ronald es mi novio - aclara y prosigue hablando- Estás en nuestra casa Malfoy y nos guardarás respeto si no quieres acabar de patitas en la calle.

- Qué carácter - Eileen hace eco de su presencia entrando en la cocina y Hermione le sonríe.

- ¿Quieres tortitas? - Eileen levanta los hombros y Hermione le deja un plato frente a ella.

- ¿Y tu hermano? - le pregunta Draco intrigado

- Duerme plácidamente - le responde sonriente acercando un trozo de tortita a la boca del rubio - Toma tito Draco, come un poquito. Tienes que estar muy cansado después de cuidarnos tanto.

- ¡Qué encanto! - exclama Hermione mientras Draco devoraba el trozo de tortita sacando pecho orgulloso de Eileen.

- 1, 2, 3... - la pequeña sigue contando

- ¿Qué haces?

- Perfecto, no está envenenada - empieza a comer de su tortita y Draco se queda boca abierta.

- ¿¡EN SERIO ME HAS USADO PARA VER SI ESTABA ENVENENADA!?

- No te preocupes tito Draco. El mundo sin ti podría subsistir pero sin mi...

- Snape no tenía ese ego... - agrega Hermione.

- No hables de mi padre como si lo conocieses - le dice fríamente Eileen produciendo que un escalofrío recorra a la castaña.

La exterminación de los magos [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora