La exterminación de los magos [COMPLETADA]

13. ¿Es realmente ella?

Dellestar corría por los pasillos buscando a su ahijado. ¿Cómo iba a dejar encerrada a la persona que había estado cuidando a sus hijos durante más de quince años? Todo eso sin tener en cuenta que era alguien importante para ella. Quizá no lo era, puede que únicamente lo quisiese por quién era su padre. Añoraba a Lucius, a Alastor, a Tom y, sobretodo, a Severus. A su querido Severus Snape. Se detiene respirando con dificultad debido al cansancio y se apoya contra una pared dejando que unas lágrimas resbalen por sus mejillas.

- Severus... - susurra para sí golpeándose suavemente contra la pared.

Prosigue su camino sabiendo que el dolor que sentía seguía desgarrando poco a poco su destrozada alma. Por fin, consigue llegar hasta la enorme habitación donde los magos ya se habían escapado y se preparaban para marcharse. Dellestar se acerca a ellos y deja a los adultos sin palabras.

- ¿Otra muggle molestando? Yo me ocupo - Jack se levanta las mangas hasta los codos y se pone en posición de combate.

Draco anda con tranquilidad y se coloca frente a la mujer observando todas sus cicatrices. Tal y como la recordaba. Le pasa el dorso de la mano por la mejilla y, al observar la sonrisa en la cara de la mujer, la abraza fuertemente.

- ¡Ésto no es posible! - grita Harry llevándose las manos a la cabeza -  ¿Cómo narices...? ¡Te vi morir.

- Tranquilo, tranquilo Pottercito, no te vuelvas loco...

- Estabas en la piedra de la resurrección, es imposible...

- ¿En la piedra? Eso es absolutamente imposible. -Dellestar se queda pensativa - Larguémonos.

- Espera - Draco le agarra del brazo - Tenemos que ir a por Eileen

- Mi hija ya está fuera, se ha ido con ese novio tan sexy que ha cazado.

- ¿Disculpa? - interviene Teddy por primera vez en la conversación.

- Sí, ya sabéis, ese muggle de ojos verdes...  - mira hacia los lados - Tenemos que irnos.

- Tiene razón - accede Ron para sorpresa de todos - Tenemos que irnos de aquí.

Tras varios asentimientos, salen del castillo sin tomarse con ningún muggle. Consiguen salir al bosque y, tras andar varios kilómetros, se paran a descansar.

- Draco - llama Hermione al rubio, quien observaba los árboles sentado lejos de los demás

- Dime Granger - le hace hueco para que se siente y Hermione lo acepta.

- ¿No crees que ha sido raro que salgamos del castillo con tanta facilidad? Hay algo que no me gusta.

- Ummm por muy extraño que suene, estoy de acuerdo contigo Granger.

- He hablado con Harry y Ron pero tienen el cerebro de un mosquito - Hermione suspira mientras que Draco suelta una risita - ¿Tú que crees? Me parece, al menos, sospechoso que veamos a Dellestar en la piedra de la resurrección y que, de repente, aparezca frente a nosotros para ayudarnos a escapar.

- Tengo claro que alguien nos la ha jugado Hermione, solo me queda averiguar quién.

- ¿Me has llamado por mi nombre? - pregunta ella sorprendida.

- ¿Ahora estás sorda? Estamos en el mismo bando, no creo que sea buena idea pelearnos - Hermione sonríe complacida - Aunque no te acerques demasiado.

- Eres insufrible Malfoy - bufa ella y observa a su amigo - Oye, ¿Es mi impresión o Dellestar y Harry se están peleando?

Draco se levanta a la velocidad del rayo y se acerca a los dos, quienes ya estaban rodeados por curiosos.

- Te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir rayito.

- Me da igual lo que me dijeses, no pienso matar a nadie, sea muggle o mago.

- ¿Entonces por qué tienes tanto miedito Potter? - le saca la lengua.

- Dellestar - Draco se interpone - ¿Cuántos años se supone que tienes?

- Perdí la cuenta a los cuarenta - levanta los hombros - ¿A que me conservo bien?

- Tenemos que encontrar a Eileen, dejad de pelearos

- Yo, sinceramente, no quiero encontrar a esa preciosidad - interrumpe Jack - Nos dejó tirados, no sé cómo lo veis pero yo no pienso buscar a una maga que nos ha traicionado por un muggle.

- Me da igual, vamos a buscarla porque... - se queda mirando a Dellestar con una ceja levantada.

La mujer bailaba tranquilamente sin echarles cuentas a los presentes. 

- ¿Escucháis eso? ¡Es genial!

- Yo no oigo nada... - susurra Harry 

- Está como una cabra - grita alguien por detrás

- En fin, me voy a buscar a mis hijos - empieza a escalar un árbol para poder ver más allá mientras el resto no apartaba ni la mirada, ni la cara de asombro dirijida a la mujer.

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- No podemos pararnos Eileen...

- Estoy cansada

Looke se sienta contra un árbol y tira de la cintura de la maga para dejarla caer junto a él.

- Estoy harta de correr, a ver si viene mi hermano de una maldita vez. 

- Pues yo sinceramente prefiero que mi hermano no aparezca.

Looke la agarra de la cintura y le besa la mejilla.

- He conseguido domar a la bestia...

- No estés tan seguro.

Un enorme lobo blanco aparece entre los arbusto y se queda con los ojos clavados en ellos. Looke se echa hacia atrás, pero Eileen sonríe.

- ¡Lucius! Al fin apareces maldito imbécil.

El lobo se transforma y su hermano la abraza mientras que Looke no creía lo que observaban sus ojos

-  Me alegro de que estés bien.

- No te vas a creer lo que he encontrado.

- La verdad es que no, no me creo que me hayas encontrado un cuñado tan rápido - le tiende la mano a Looke y éste se levanta de mala gana.

- De él olvídate. He hablado con Dellestar - el muggle se siente insultado y bufa, volviéndose a sentar.

- Está muerta... Llevas diciéndomelo años.

- Años en los que estaba equivocada Lucius. La he visto con mis propios ojos.

- Y yo la he soportado - suspira el muggle desde el suelo.- ¿Cómo narices has echo lo del lobo?

- En tal caso tenemos que buscarla ¿No te parece? Anda, echa una mano y mira desde el aire.

- He pensado en probar antes pero estaba con él - mueve la cabeza hacia Looke - Ahora vuelvo.

La chica se convierte en un cuervo y, échandole una última mirada a los dos hombres, sale volando para intentar encontrar a su madre. En cuanto observa a una figura tambaleándose en la copa de un pino, no tiene duda de quién es y, pacientemente, baja para hablar con ella.