11. ¿Por qué nos has traicionado?

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Eileen, Lucius y todos sus compañeros observaban tras unos matorrales el enorme castillo que se alzaba ante ellos. Tenían en cuenta que, posiblemente, estaría de muggles armados hasta los topes pero no podía echarse atrás ahora. El plan estaba trazado y únicamente faltaba ejecutarlo.

- Bien...¿Recordáis todos lo que tenéis que hacer? - pregunta Eileen girándose para mirar a sus compañeros.

- Perfectamente, traicionar a mi raza y familia - responde Looke claramente enfadado.

- Tú callate, la pregunta no iba para ti - responde Eileen de manera cortante

- Dejad de pelearos - Lucius rueda los ojos y su cara era, por primera vez desde que Eileen lo conocía, de una concentración extrema - No estoy seguro hermana, hay algo que no...

- No me digas que ahora te vas a echar atrás

- No me voy a echar atrás - se queja él - Es solo que...no me siento bien...

- ¿Eso ha sido una excusa? - el resto observaba a los dos hermanos pelearse.

- Lucius, colega, ¿Qué te pasa? - pregunta Luke - Hace dos días estabas deseando llegar para destrozar a esos muggles...

- No...no lo sé - responde con su voz cargada de sinceridad- Siento algo que no cuadra

- Se llama miedo, y tú te llamas cobarde - interrumpe Jack

- ¡Cierra el pico rubio de bote! 

Draco se acerca por detrás y agarra a Lucius de la oreja manteniéndolo aún tras los arbustos.

- Cierra la boca o nos cazarán.

- Pues ale, no me hagáis caso - se enfurruña y se echa hacia atrás - Como soy el idiota del grupo nadie cree que pueda tener razón.

- Gracias por comprenderlo - Jack aprovecha que Lucius se aleja para colocarse junto a Eileen - Largo chucho

Lucius aprieta los puños fuertemente, se transforma y el enorme lobo blanco se aleja de allí fundiéndose entre las hojas del bosque.

- ¡Lucius! - gritan sus amigos a la vez ganándose una mirada enfadada de Draco.

- ¡Callaos! Se le pasará

- O es tan cobarde como el que le ha criado... - susurra Harry para si 

Eileen se transforma en cuervo y vuela alrededor del castillo hasta que encuentra una ventana abierta. Entra por ella y, volando a gran velocidad e intentando hacer el menos ruido posible, llega hasta la puerta trasera de la que Looke le había hablado. A los pocos segundos descubre el pequeño mecanismo muggle manejado por "electricidad" y pulsa un botón para que se active 

Cada uno de los miembros de la extraña compañía, incluyendo a Looke y exceptuando a Lucius, entran por la pequeña puerta trasera . Draco se asegura de que el muggle va bien atado.

- No me voy a escapar porque me matarían - Looke se queja rodando los ojos - Me caeis fatal.

- Eso está bien - Eileen vuelve a ser humana - Haz el favor de guiarnos

El hombre hace una mueca pero obedece a la chica y comienza a andar por los oscuros pasillos.

- ¿Estáis seguros de que nos está guiando hacia el camino correcto? - susurra Ipsum a sus compañeros observando la figura de Eileen junto a la de Looke.

- Sinceramente creo que no - le devuelve Ivaine el susurro - Lo más lógico sería traicionarnos...es un muggle ¿no? Siempre podría decirle a quién quiera que sea su jefe que en realidad todo era un engaño para traernos y así salvarse.

- Estoy de acuerdo - interviene Luke, que junto a Jack había escuchado la conversación - No confío en él...¿Por qué nos ayuda pudiendo pensar una excusa? Deberíamos decirselo a Eileen. Yo estoy con Lucius y ya veis, ésto no le ha parecido...correcto.

- Pues yo odio a ambos hermanos y no me importaría verlos pudrirse - todos se giran hacia Jack - Eso no quiere decir que no me importaría ganarme a la chica... - se da cuenta de que todas las miradas recaen sobre él - ¿En serio creeis que yo he preparado algo con un muggle? ¡No me hagáis reír!

Eileen se gira y todos cierran la boca aterrados por la mirada de la chica. Tras unos minutos caminando en silencio, llegan hasta la sala donde todos los magos se encuentran encerrados.

- Bien, colocaos en posición. El trío de oro y mi tío a la derecha, nosotros nos ocuparemos de los de la izquierda... ¿Entendido?

- Eileen... - Looke intenta llamar su atención pero la chica prosigue hablando.

- Tenemos que sacar al mayor número de magos posible y ... -Eileen se da cuenta de que nadie le echaba cuentas y se gira para encontrarse a Thron, su padre y lo menos cincuenta muggles con las manos chisporroteantes de magia.

- Buenos días Dracon, veo que has vuelto por tu propio pie... - le restriega en cara el hombre de un solo ojo.

- Soy Snape, Eileen Snape, no Dracon.

- Y tú... - prosigue hablando haciendo como que no ha escuchado a Eileen - Me has traicionado Looke - le da una patada a su hijo, quien se dobla de dolor - Pero he de perdonarte, ya que me has traido bastantes muggles.

Toda la compañía se gira hacia Looke mientras los muggles comenzaban a agarrarles. El hombre busca casi desesperado los ojos de Eileen. Finalemente encuentra lo que busca, pero lo único que ve en ellos es decepción y dolor durante unos segundos y, después, nada. Absolutamente nada. Mientras encierran a los magos, el hombre se queda quieto, mirando hacia el suelo.

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La chica tira de nuevo pero, como todas las veces anteriores, no es capaz de conseguir nada. Con algo de esperanza, mueve las muñecas deseosa de que sus manos se resbalasen entre los grilletes aunque, de nuevo, no consigue nada. Apoya la cabeza contra la pared y permite que una lágrima caiga por sus mejillas. No podía recordar... ya no sabía distinguir la realidad de la ficción. Hacía tiempo que había perdido la cuenta de las horas que llevaba en ese lugar. ¿Y si no eran horas? ¿Y si ya habían pasado meses?

Escucha unos pasos dirigirse hacia ella y el miedo comienza a inundar su pecho aunque no le permite manifestarse en su cara. Lo único que recordaba con total confianza era a ese hombre, ese anciano tan parecido a Alastor que la había metido allí. Alastor...ese nombre le sonaba. Le proporcionaba un relleno en su corazón, que desde hacía tiempo se sentía vacío. El único problema es que no entendía el por qué. Una persona que su mente había creado no podía hacerle sentir tanto calor... ¿Sería acaso real?

La puerta se abre junto con un chirrido que da a conocer que era la primera vez que se abría en años. Incluso la tenue luz de las velas la molestan después de tanto tiempo sola en la oscuridad. Por ella se asoma ese hombre, ese al que ella recordaba, el que la había encerrado ahí.

- Me alegro de verte después de tantos años... - susurra el anciano - Bueno, la verdad es que no. Te odio con toda mi alma...

- ¿Odiar? - pregunta la chica costosamente. Prácticamente había olvidado cómo hablar.

- Veo que de estar tanto tiempo encerrada por fin has perdido la razón. Ahora serás tú quien sufra cariño ¿A que no sabes por qué?

El hombre se acerca y se arrodilla junto a ella levantándole la cabeza y obligándola a que le mire a los ojos. Quería estudiar esos ojos cuando le diese la noticia.

- Porque tengo a tu hija. Ya sólo me falta uno y, cuando lo consiga, por fin podré mantenerte con vida y ver cada día como vives sin vivir. Por fin me vengaré de ti Dellestar Dracon.

La exterminación de los magos [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora