5. ¡Eileen!

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Lucius y Eileen ya tenían 17 años y el mundo mágico se desmoronaba. Los muggles habían irrumpido en el Ministerio y los pocos magos que quedaban se mantenían en bosques, escondidos, o instruyéndose en Hogwarts. La magia que los muggles le estaban sustrayendo a todo ser mágico la utilizaban para fines horribles de los que incluso los mortífagos estaban en contra...

Eileen se levanta de la cama de un salto. Entra al baño y se agarra el pelo hasta que le cae como una cascada negra brillante. Coge una camiseta de tirantes verde oscuro y se la pone velozmente sin comprobar siquiera si estaba arrugada. Entra perfectamente en unos vaqueros blancos y se ata un cinturón alrededor de la cintura cuya función no tiene nada que ver con sujetar los pantalones. Se mira al espejo por primera vez desde que se levantó y lanza un prologado suspiro. Realmente se odiaba. Era un calco a su madre, a la que no le tenía mucho aprecio. Pega un puñetazo contra el cristal y agacha la cabeza conteniendo las lágrimas. Si ella hubiese sido más valiente y hubiese dejado a ese calvo sin nariz de lado...Todo sería diferente

Lucius siente cómo alguien comienza a moverlo de un lado a otro. Babeando, le pega una patada a ese molesto bicho pero al notar que los golpes continuan se levanta bostezando sin reparo. Haciendole caso omiso al chico de pelo azul que no dejaba de gritarle cosas, entra al baño rascándose la espalda con pereza. Se observa al espejo con una media sonrisa arrogante aún desnudo de cintura para arriba. Por suerte había permitido que algo de barba le creciese y se había cortado el pelo. Sino, sería exactamente igual a su padre, y eso le enloquecía. Si ese tipo al que debía llamar padre hubiese sido directo en vez de comportarse como un súper héroe espía, las cosas quizá no estarían así...

 Eileen comía tranquilamente en su mesa sin dejar de observar a su "tío". Con el tiempo se había distanciado considerablemente y, en el fondo, le dolía. Busca a su hermano con la mirada pero no lo encuentra por ninguna parte...¿Dónde estará? se pregunta. Los entrenamientos comenzarían en breve.

- Buenos días Eileen - la chica le responde con un gesto de cabeza.

Luke y ella no se llevaban...bien. Aún así, al estar en la misma casa, habían decidido llevar una relación de cortesía entre ellos que se limitaba a decir "hola" o "adiós" . Empieza a escuchar suspiros de algunas chicas del comedor e intuye rápidamente lo que ocurre...su hermano estaba entrando en esos momentos por la puerta.

Lucius, sin molestarse siquiera en ponerse una sudadera, entra al Gran Comedor con el carcaj a sus espaldas y su típica sonrisa arrogante. Tras él iba Teddy, al parecer un poco enfadado.

- Lucius colega - se queja - ¿Podrías hacerme caso?

- ¿Eh? Sí, sí - va saludando a las chicas como si fuese el único del Comedor pero al ver a su hermana se acerca a ella.

- ¿Cómo está mi preciosidad más ...esto...preciosa?

- Lucius...mejor déjalo, las palabras no se te dan bien...

- Cierto - la levanta y la abraza en el aire fuertemente

- ¿Otra vez sin una mísera camiseta para ser el rompe-corazones número 1? - Lucius se ríe

- Quizá

- Lucius - saluda Luke y ambos hacen movimientos con las manos a modo de saludo - ¿Vamos al entrenamiento?

- Desde luego. Teddy colega, deja de mirar a mi hermana y vámonos o llegaremos tarde. - le dice Lucius mientras coge un pastelito y se lo echa a la boca de un bocado.- Eileen, ¿Quieres venir hoy con nosotros?

- Te lo he dicho y repetido muchas veces...estoy mejor sola

- Como desee su señora - hace una pequeña reverencia burlona y ésta vez mira hacia la mesa de los estrategas - ¡Neus! - le grita al último miembro de su pandilla- ¡Haz el favor de venir de una vez!

La exterminación de los magos [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora