IX.

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La relación entre ambos era maravillosa pero aún así la idea de que Charles le ocultaba algo a Erik, era constante.

Su perspicacia lo había hecho notar que el último cajón del escritorio del despacho de su novio, estaba al igual que otros sitios, cerrado bajo llave.

Erik no dudaba de Charles, pero sabía que había cosas detrás del misterio de la mansión y el asesinato, pero no sabía a ciencia cierta que era lo que ocultaba el psiquitra.

Esa noche con Charles completamente dormido, Erik se aventuró a entrar en el despacho y forzó la chapa del último cajón, removió aquí y allá sin saber que buscaba en realidad, hasta que casi al llegar al final del cajón se topó con un expediente de Charles.

Al principio no le sorprendió, pero después de hojear las primeras páginas y leer un poco, se dio cuenta que era el parte médico del día del asesinato.

Le heló la sangre leer lo que estaba escrito, seguía cada línea con atención. Ahí se describía que el paciente Charles Francis Xavier había recibido múltiples disparos de arma de fuego en ambas piernas, no había daño permanente. Con fisioterapia debía caminar en seis meses.

Por ningún lado había indicios de que Charles hubiese quedado realmente parapléjico. No había descripción de alguna lesión en la médula o de otro tipo que comprometiera su capacidad para caminar.

Por lo tanto Erik dedujo que su novio lo había estado engañando a él y a todas las personas que conocía, haciéndoles creer que el estaba postrado en esa silla de ruedas.

Le era inconcebible que hubiese llevado esa mentira tan lejos y por tanto tiempo, y no comprendía bien por qué lo había hecho.

Su dolor más grande era saber que no le había tenido la confianza suficiente para decirle que todo era una mentira.

Cuando Erik dio vuelta para salir del despacho con el expediente en mano, Charles ya estaba a la entrada del mismo esperándolo, tenía el rostro lívido y elevado para mirar a los ojos a su novio. Su rostro mostraba desesperación y miedo.

Erik vio el expediente y después se lo aventó prácticamente en la cara. Charles estaba estupefacto,

-Eres un farsante Xavier, - Charles sentía el escozor en los ojos por contener las lágrimas,

-Erik mi amor, déjame explicarte, - la respiración del ex militar eran violenta, estaba hablando a gritos,

-Explicarme, que vas a explicarme. Eres un mentiroso y farsante. Estoy seguro de no querer escuchar tus mentiras, - Erik caminó a la puerta de salida de la mansión, Charles lo seguía un poco detrás,

-Cariño, por favor déjame decirte la verdad,

-No quiero escucharte Xavier.

Erik tecleo la clave y tomó el pomo de la puerta, Charles trató de detenerlo por el brazo, el ex militar sentía que ahí donde Xavier lo tenía agarrado, la piel le quemaba. De un tirón se soltó.

Charles en un intentó inútil por detenerlo se echó hacía el frente quedando al borde del asiento de la silla de ruedas y volvió a tratar de atrapar el brazo de Erik, este se movió y el psiquiatra no tuvo a que asirse, cayendo de lleno en la duela fría.

Erik ni siquiera regresó a verlo, su razón le decía que Charles era el mejor actor que hubiese conocido. El podía caminar y estaba seguro de que en cualquier momento saldría por la puerta para detenerlo.

Salió sin poner la clave, pero el sistema de seguridad se cerró en automático. Subió a su auto y espero algunos minutos pero no había señas de su novio, arrancó el auto y se perdió entre la noche.

Charles se quedó jadeando y llorando en el piso, trató de gritarle a Erik pero el dolor en las costillas era intenso y la opresión en el pecho le impedía respirar con facilidad. Su cuerpo convulsionaba debido al llanto, trato de moverse pero no lo consiguió, lloró arrugando los papeles de aquel expediente, lo hizo hasta que perdió la conciencia.

LOSING MY MIND. (CHERIK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora