Charles
Los días aquí son tranquilos y no son diferentes a los que tenía en la mansión antes de la llegada de Erik, el había traído luz a mi vida y ahora me encontraba en una especie de limbo del cual no sabía como salir.
Las primeras semanas lloré mucho hasta quedarme dormido, los médicos optaron por mantenerme bajo un régimen de ansiolíticos.
Después traté de estar más tranquilo y las constantes visitas de James me ayudaron a encontrar un poco de paz.
Extrañaba con locura a Erik, su sonrisa plena y su calor por las mañanas, su piel bronceada por permanecer años bajo el sol abrazador del desierto afgano, su barba cobriza y desprolija, y lo bien que sentían sus labios en los míos.
Extrañaba tanto a mi esposo pero debía ser fuerte y mantener la paciencia, pensaba que pronto sabríamos quién lo había arrancado de mi lado de forma tan cruel.
Las semanas avanzaban lentas y ahora solo consumía somníferos. Me era difícil dormir por que la mayor parte de la noche pensaba en cómov hubiese querido ir a Paris con Erik y sentarnos como dos simples mortales a tomar un café, tomarnos de las manos y sonreír como un par de enamorados.
Por el día tenía la concesión de usar papel y un bolígrafo durante una hora, era bajo la estricta vigilancia de un enfermero. Escribía sobre nuevas ideas para ayudar a pacientes psiquiátricos que estaban en prisión, descubrí las grandes irregularidades del sistema y mi meta era cambiar aquello con el apoyo de James.
James hizo mis días más llevaderos, en ocasiones hablábamos del juicio, de las evidencias y otros solo venía a mí para contarme de su vida y sus problemas diarios.
Así fue como supe que tenía una hija de dieciséis años, Laura. Me habló de su esposa Mariko que había muerto de cáncer cuando su pequeña tenía solo cinco años, hablamos mucho de aquello por que a ambos nos hacía bien hablar de nuestras perdidas.
James por muy extraño que pareciera me pedía ayuda y consejos para tratar a su hija adolescente, yo solo le decía que la clave del éxito en cualquier relación residía en tener una buena comunicación.
El me sonreía y veía desaparecer todo sombra de pesar en su rostro, yo correspondía su sonrisa y el aire de la pequeña habitación se hacía más liviano y respirable.
James había movido unas influencias aquí y haya, consiguiendo traerme libros, cartas que escribían mis antiguos pacientes, cajas con paquetes de té y galletas de mantequilla que muy generosamente la directora del instituto, administraba para mi.
Un buen día ella, la directora del psiquiátrico, la Sra. McTaggert se acercó a mi, estando en el patio. Me saludo cordial y yo respondí del mismo modo. Las palabras que dijo después quedaron grabadas en mi cabeza,
"Usted no debería estar aquí señor Xavier. No se que sucedió aquel día pero no debería pagar una condena por un crimen que evidentemente usted no cometió",
se dio la vuelta y regresó al interior del Instituto.
Fue entonces que decidí que la mejor ofrenda y duelo a Erik, era descubrir la verdad y dar con su asesino.

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LOSING MY MIND. (CHERIK)
FanfictionCharles tiene un instituto de ayuda para personas con trastornos mentales y problemas psicológicos con grupos de ayuda y terapias. El es director y creador del mismo, Jean Grey le encarga el caso de Erik a quien ella considera parte de su familia. E...