V.

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Erik llegó a la gran propiedad que se imponía con su construcción estilo victoriano.

Bajó de su auto y subió los tres escalones hasta la puerta de roble, debía reconocer que siempre sentía dolor en donde la prótesis chocaba con el muñón. Aún no se acostumbraba a usarla pero hacía su vida y trabajo mas sencillos.

Tocó y una voz tranquila, apacible y con cierto toqué británico le habló, y a los pocos segundos un hombre de aproximadamente treinta años lo recibió con una sonrisa brillante y suma amabilidad.

Erik no reparó en la silla de ruedas en que se encontraba el terapeuta, sabía de sobra el sentimiento que producía sentirse observado con ojos inquisidores cuando se es discapacitado.

Erik le sonrió y lo siguió hasta el comedor, sentía interés por él y estaba seguro de que podría comprenderlo mejor que otros psiquiatras que habían llevado su caso, Xavier era como el, "diferente".

Charles le pidió tomar asiento en alguna de las sillas del antiguo desayunador, Erik lo hizo tal cual pidió el terapeuta.

Xavier tampoco reparó en que la maniobra era un poco dificultosa por la prótesis. Erik tomó asiento observando que la silla a la cabecera de la mesa había dejado de estar en su sitio desde hace muchos años.

-Erik, - el mencionado volteó al instante,

-¿Si?,

-Puedo llamarte de ese modo, me refiero a tu nombre o hay alguna forma en especial en que te gustaría que yo te nombrará,

-¿Ammm?, Erik está bien.

Por dentro se moría en decirle a Charles que el tenía un cargo militar importante, era Comandante.

Pero ahora que lo pensaba detenidamente, el ya no era un comandante en servicio y no existía tropa a la cual dirigir. Ya que el había causado de la muerte de aquellos seis jóvenes a su cargo. Ahora era un simple veterano de guerra, mutilado y al borde de la locura.

Sacudió un poco la cabeza para que esos pensamientos dejarán de atormentarlo. Charles le miró con detenimiento y supo que algún pensamiento nada placentero se había adueñado de su mente, movió la silla y fue hasta él, habló con esa voz tan característica en el, tranquila y apacible sin caer en lo monótono,

-¿Me acompañarías a tomar la cena?, - Erik lo miró con desconcierto. El estaba ahí para ser psicoanalizado, no para socializar. Prácticamente se quedó sin palabras, Charles le sonrió con confianza,

-Yo no he cenado y al parecer tu no has comido nada desde hace un buen rato,

-No me gusta dar molestias,

-Oh no, para nada. La comida está hecha, solo debemos calentarla. Yo no se cocinar nada a acepción de huevos y pancakes, pero soy muy bueno haciendo café y té, - ese comentario le arrancó una ligera sonrisa a Erik,

-Entonces acepto,

-Excelente respuesta.

Charles saco un par de platos que puso sobre la cocineta y después se dirigió al refrigerador, saco dos contenedores de plástico y los llevó sobre sus piernas, empezó a servir en ambos platos ante la mirada atenta de Erik, que hasta en ese momento se dio cuenta de lo descortés que era al no ayudar a su terapeuta.

-¿Puedo ayudarte en algo?,

-Claro que sí, en aquel cajón están los cubiertos y en esa puerta hay vasos y tazas, - dijo aquello señalando con su dedo la ubicación de dichos lugares.

LOSING MY MIND. (CHERIK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora