XI.

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Erik del otro lado de la línea exigía saber que estaba sucediendo,

-Jean, Jean por favor dime que está pasando,

-Vamos a pedir a la ambulancia que lleve a Charles al Westchester Medical Center, alcanzanos allá,

-¿Cómo está Charlie?,

-Erik, nos vemos allá.

Mientras Erik subía a su auto y manejaba al centro médico, los paramédicos subían a Charles a la ambulancia después de revisar sus signos vitales e inmovilizarlo.

Lo cubrieron con mantas térmicas para elevar su temperatura, Jean iba con el y Hank había decidido alcanzarlos después, tendría que avisar que el día de hoy se cancelaban las citas y terapias.

Para cuando Erik llego a sala de Emergencias, Jean ya estaba ahí y Charles había sido ingresado. La abrazó con fuerza y ella por igual, Erik lloraba y Jean en un afán de tranquilizarlo le frotaba la espalda,

-Todo va a estar bien Erik, Charles es un hombre muy fuerte, ya verás que sale de esta, - ambos tomaron asiento para esperar que alguien les diera informes de Charles.

Las dos horas más largas de su vida habían transcurrido ahí, de forma lenta. Incluso Hank había llegado hasta la sala de Emergencia y ahora los tres tomaban un café y estaban alerta sobre cualquier novedad.

El médico de turno se acercó a ellos para avisarles el estado de Charles. Había sufrido una trombosis pulmonar y ya estaba bajo tratamiento de anticoagulantes, fisuras en dos costillas del lado derecho. El impacto aunado a la trombosis había provocado el colapso de uno de sus pulmones y por consecuencia lo había dejado con poco aire y dolor intenso, había también una lesión en la zona lumbar que era de cuidado menor.

Los tres estaban aliviados de que Charles estuviera bien, a pesar de su estado clínico y lesión. El doctor les avisó que en breve los dejarían entrar a verlo, tendría que quedarse unos días para monitorear el comportamiento de sus pulmones, la hipotensión y respiración.

Erik fue el primero en entrar, Charles estaba pálido y dormitaba con un mascarilla de oxígeno colocada sobre su boca y nariz, se veía tan tranquilo y hermoso.

Erik se acercó y tocó su castaño cabello y le besó la frente. La enfermera que entró unos minutos después le explicó que estaba bajo el efecto de un sedante y dormiría varias horas más.

Erik corrió la silla hasta la orilla de la cama y tomó la mano de Charles aquella en la que no había un suero canalizado a sus venas. La vio y con su dedo pulgar dio pequeñas caricias a sus dedos, estaba terriblemente arrepentido de dejar a su novio tirado en el piso, pensaba que Charles saldría corriendo detrás de él.

Ahora comprendía que su parálisis era real en su mente. Pensando en aquello, se quedó dormido recargado sobre la cama hospitalaria.

Charles despertó sintiendo su mano prisionera de otra que le daba calor, vio hacía su costado y reconoció al instante al dueño de ese cabello cobrizo.

Apretó su mano, esa que tenía sosteniendo la suya. Primero tres apretones seguidos luego una pausa para seguir con otros dos más. Erik despertó al instante, tenía los ojos rojos e hinchados, le dio una sonrisa franca a Charles.

Este intentó quitarse la mascarilla de oxígeno pero Erik lo detuvo,

-No te la quites Charlie, la necesita, - Charles bajó su mano de la mascarilla y vio con los ojos llenos de lágrimas a Erik. Lo hizo por que sus sentimientos los estaban sobrepasando, sentía miedo por la reacción de Erik pero también desconcierto al tenerlo ahí y al escucharle hablar con tanto cariño y preocupación en la voz.

Erik limpió con rapidez las primeras lágrimas que bañaban su rostro,

-No llores amor, todo esta bien.

-Yo..., - dijo con dificultad,

Erik apretó su mano y después se levantó de la silla para acariciarle el cabello,

-Hable con Jean, ella me lo explicó todo. Discúlpame por tratarte de ese modo,

Charles insistía en quitarse la mascarilla, pero volvió a detenerlo,

-Hablaremos cuando estemos en casa, ahora descansa amor, - le besó la frente y Charles comprendió que tal vez las cosas estaban mejor de lo que él pensaba.

Erik no se había ido del hospital, Charles durmió todo el día y a la mañana siguiente habían cambiado la mascarilla a una gafa nasal. Con toda libertad para hablar, llamó a Erik,

-Cariño, - el despertó al instante de escuchar su voz, Cariño, necesito que platiquemos,

Erik se levantó con una pequeña mueca de dolor, Charles se alarmó al instante,

-Sabes que no debes quedarte con la prótesis puesta tanto tiempo, debes estar lastimado, - Charles se incorporó con esfuerzo en la cama y Erik camino hacía el,

-No tenía cabeza para pensar en mí, estaba muy preocupado por que estuvieses bien,

-Cariño, voy a llamar a una enfermera para que te revise,

-Estoy bien Charles, - el mencionado guardo silencio y bajó el rostro, Erik apretó su mano,

-Charles, - el se puso alerta, -Disculpame por dejarte ahí, sin darte espacio para que hablaras conmigo. Entiendo todo, te entiendo y...,

-Erik necesito que me escuches,

El tomó ambas manos de Charles haciéndole saber que lo escucharía.

-Mamá fumaba, y tenía una cajetilla siempre en el estante de la cocina. Siempre sentí curiosidad y empecé a robarle un cigarrillo de vez en cuando. Esa noche salí por la puerta trasera de la cocina y me fumé uno con mucha prisa. Vi que se encendía una luz y dejé caer la colilla al piso y entré lo más rápido posible. Olvidé cerrar la puerta que conectaba el exterior con la cocina.

Estoy seguro de que los ladrones llevaban días vigilando nuestros movimientos y en mi error vieron la oportunidad de entrar sin forzar las cerraduras. Cuando encontré a mi familia estaban llenos de sangre y traté de buscar alguien que pudiera ayudarme pero ellos me balearon las piernas.

Sabes Erik, decidí que todo era mi culpa y por eso me negué al amor, no podía disfrutar de una vida en donde ellos habían muerto por mi estupidez. Sigo convencido de que todo es mi culpa, mi mente sabe que lo soy, yo soy el culpable. No volví a caminar por que mi mente y mi propio cuerpo estaban dándome un castigo por dejarlos morir. Todas las pruebas médicas dicen que soy una persona capaz de caminar, pero mi mente convenció a mi cuerpo y a todo mi ser de que soy una persona parapléjica.

"Soy la persona más patética de la tierra, Erik".

¿Cuántas personas que de verdad están paralizadas, desearían poder caminar?, y yo que puedo hacerlo, vivo preso de mi culpa y de mi mente, que me impide ponerme de pie.

Charles estaba muy conmocionado por su confesión, Erik le besó la frente con ternura y le pidió estar tranquilo,

-Te amó Charles y voy a estar a tu lado por amor. Aun no entiendo del todo está situación pero quiero ayudarte y compartir mi vida contigo,

-¿Estás seguro, Erik?. Estoy estropeado, defectuoso, roto, - Erik lo abrazó,

-Eso no es cierto Charlie, eres maravilloso. Tu me salvaste y gracias a ti aprendí del amor, - Charles le sonrió tímido,

-¿Qué pude haberte enseñado yo?, si yo no se nada Erik. Viví siempre encerrado, siempre preso de mi mente,

-Me enseñaste que el amor es comprensivo. Que un beso se disfruta más cuando es gentil y busca no solo la propia satisfacción, si no la de tu compañero. Aprendí que hacer el amor no es la unión de dos cuerpos, amarte a ti me hace querer verte sonreír cada mañana. Déjame quedarme a tu lado y ayudarte, te amo tal cual eres.

Erik se inclinó sobre Charles para besarlo, el psiquiatra aceptó el beso y así quedó finiquitado el asunto de la muerte de los Xavier y la parálisis de Charles.

LOSING MY MIND. (CHERIK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora