VI.

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Seis largos meses habían transcurrido entre cenas, tazas de café y partidas de ajedrez.

Erik podía hablar abiertamente de sus inquietudes con Xavier. Hablar con Charles se sentía como estar cerca de un viejo amigo, que te conoce, te comprende y no te juzga. Poco a poco había dejado caer esa barrera invisible que lo separaba de las personas.

Tanto había sido el avance que decidió pedirle a su terapeuta una cena fuera de la mansión, no era un cita por que comprendía que comprometía a Charles a romper con su ética profesional, era solo una cena de amigos en algún restaurante local.

Xavier había caído en pánico, ¿Cómo podía explicar a Erik que su vida era todo, menos normal?.

Las salidas de la mansión desde hace diez años en que había terminado la maestría se limitaban a cosas estrictamente urgentes, no era agorafobico pero se consideraba incapaz de disfrutar de las maravillas del mundo, todo por una culpabilidad que no era suya.

Su mente se negaba a aceptar que afuera había un mundo que estaba esperando por él.

Pero dentro de él vivía la calma al saber que desde su estado de aislamiento había tocado y cambiado tantas vidas. Ese era su propósito, salvar a tantos como se pudiese, así como no lo había hecho por su familia.

Erik lo sacó de sus pensamientos,

-Entonces que me dices Xavier, ¿aceptas ir a cenar a la ciudad?, - Charles respondió dudoso,

-Es que yo, yo casi no salgo de la mansión,

-¿Estás enfermo?, ¿Es alguna cuestión clínica lo que te impide hacerlo?, - Charles notó la creciente angustia en la voz de Erik, así que se apresuró a responder,

-No Erik, estoy bien de salud. Y aceptó tu invitación.

Ambos salieron no sin antes cerrar a piedra y lodo la mansión, Charles subió al auto con habilidad y Erik le ayudó con la silla de ruedas, este tomó asiento y encendió el auto.

Saliendo a la carretera, Erik con su renovada confianza, habló,

-Sabes, aún no logró acostumbrarme a la prótesis. Duele al caminar y se siente tan ajena a mí. Tu pareces llevarlo mejor, - Charles le sonrió antes de responder,

-Sí, son casi dieciséis años en la silla y tuve que asumir que era parte de mi.

Erik respondió con sinceridad y la seguridad que le daba tener al terapeuta a su lado, -Quisiera tener tu mismo optimismo,

Charles le regaló una mirada un tanto preocupada,

-Es cuestión de tiempo Erik, y ¿has visto si la prótesis que usas es la mejor opción para ti?. En tu expediente dicen que padeces dolor de miembro fantasma pero se que las cosas no son así. Se ve que te duele y la prótesis te molesta al caminar, tal vez necesites una nueva y diferente,

Erik suspiró profundo antes de contestar,

-Pienso igual que tú pero deberá esperar algún tiempo, hay un implante muy moderno con una prótesis mejor pero es costosa para mi y necesito ahorrar para la cirugía y la nueva prótesis, - Charles se apresuró a responder,

-Me gustaría tener la información sobre eso,

-Claro podría conseguirla para que la leas, - Erik le sonrió, Hemos llegado.

Estaban estacionados afuera de un pequeño y acogedor restaurante, Erik fue por la silla de ruedas, Charles hizo lo suyo y ambos entraron al local.

Su cena transcurría tranquila, hasta que un hombre alto, delgado y de cabello azabache, ataviado con un elegante traje negro llegó hasta ellos. Habló claro y fuerte para llamar la atención del ex militar,

-Erik Lehnsherr, el mundo es un pañuelo. - Erik lo vio con cierto nerviosismo que no pasó desapercibido para Charles,

-Hola Loki.

El mencionado elevo una ceja antes de hablar,

-Tanto tiempo sin vernos,

Erik respiro antes de responder,

-Lo sé.

Con coquetería descarada y una sonrisa en los labios, Loki habló,

-Deberíamos vernos más seguido como antes de que te enlistaras, - ahora Lehnsherr parecía más serio de lo normal,

-Eso no será posible,

-¿Porqué?, - pregunto con ironía.

Erik miró suplicante a Charles y este por iniciativa tomó la mano de Erik y le hizo una caricia en los nudillos, Loki perdió toda teatralidad,

-Ah, ya veo. Lo siento, suelo ser un poco estúpido. Disculpen y sigan con su velada,

Charles le sonrió con cortesía y Erik solo lo observó, Loki se despidió,

-Adiós,

Charles fue el único en responder,

-Adiós Loki, bonita noche, - ahora este les sonrió a ambos antes de salir del restaurante.

Erik se apresuró a agradecer a su terapeuta por tan noble gesto al rescatarlo de su incómodo ex novio y Charles le sonrió al corroborar lo que su intuición le decía, Erik al igual que el, tenía predilección y gusto hacía su mismo sexo.

LOSING MY MIND. (CHERIK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora