Capítulo 25 (perdón la demora)

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12 de Marzo de 1912

Amado Jack...

Hace un mes que no recibo tus cartas y tampoco se como te encuentras, tu madre se tortura pensando en que algo malo te ha pasado, todos en verdad nos torturamos con eso.

Sin embargo mi corazón me dice que aún sigues en pie, sano y preocupado por tu familia, por mi y triste de no tener como leerme quizá.

Se que llegaste a leer en una de mis cartas que a mi madre no le caes tan bien (de hecho nada) y aprovechó de que estas ayudando al país, para presentarme un muchacho diciéndome 《"Antonella... Jack se ha ido y no sabemos si volverá o no, vos deberías hacer tu vida, una nueva, a él ya no le importas métete en la cabeza eso. Además a Joshuat le pareces atractiva y quiere conocerte. Hijo de un empresario que comercia minerales para crear joyas hermosas, se que adoras las piedras preciosas así que olvida a ese muerto de hambre (muerto en vida de hecho ja ja ja) y date la oportunidad, ya es hora de que lo hagas"》 eso me ha enojado porque ni por una vez en la vida acepta una desición mía, al final acabé contestándole a mi madre de una manera no adecuada y fui a mi cuarto con ira y tristeza de extrañarte y que a esta hora vos llames a mi ventana con una sonrisa.

Así que, no me importa que me deje sin herencia, sin la empresa de papá (jamás me llamó la atención eso) solo quiero que tu vuelvas ya, por favor.

Por eso escribo estas pocas pero intensas letras, para que sepas que mi corazón esta contigo y siempre lo estará espero puedas leerlas, se que lo harás.

Estoy segura que no te ha pasado nada y que volverás a casa antes de que el gallo cante, hazlo pronto extraño todo de vos y escuchar tu voz.

Un beso con pasión a la distancia...

Antonella D'Voice.

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Antonella, apreciado tesoro...

Lamento no haber leído tus cartas, lamento que no hayas recibido las mías porque si escribí para ti, con la misma preocupación que tu corazón tiene.

La razón de todo eso fue porque un idiota de aquí se quiso dar de la gran amenaza y llegó a pelear con uno de los superiores del cuartel y de castigo iban a confiscar todo lo que llegáramos a mandar y a recibir.

Un dolor en el pecho, un revoloteo en mi estómago, angustias y melancolía iba llenando mi alma al leer tus hermosas letras en anteriores sobres, letras que poco a poco sentía que me asesinaba.

Salvo esta (tuya que es recién) me devolvió el aire a los pulmones, cerraban heridas y que devolvía a este muerto la vida, me hizo comprender que tu "amor es infinito como tu alma" como dijo el señor Jean Paul la primera vez que te vio desde el interior del tren mientras ambos nos despedimos.

Preciosa mujer, de manos finas y suaves, de sonrisa bonita y ojos verdes. Extraño tus besos y aquellos abrazos que solían volverme poeta cuando no sabía ni siquiera el significado de eso, tu voz que me arrullaba y que me motivaban a seguir sonriendo las necesito ahora, tengo miedo de no volver a verte más.

Mañana ya no habrá más entrenamiento, la guerra nos espera. Muchos suelen estar animados y otros como yo suelen escribir. Por ejemplo, hay un compañero que a todos aterroriza con su 1.97 de alto y sus músculos que estoy seguro te sacaría el cráneo de una bofetada.

Hace un momento tuvo una discusión con un compañero, y salió de la casa. Lo seguí y vi como sacó del bolsillo una fotografía, donde comenzó a besarla, donde hablaba con ella como si esta la escuchara y lloraba como un niño diciéndole que la extrañaba que su miedo era más grande y más profundo que su físico, que deseaba volver a casa.

La sorpresa se apoderó de mi, pero supe que somos humanos, que no importa lo que somos por fuera, lo que llevamos por dentro es lo esencial y que eso nos diferencia de las bestias salvajes (aunque algunas veces solemos imitarlas o ser peores que ellas).

Amor mío no soy bueno para las despedidas y tampoco quiero que sea está una pero... cuida mucho de mi madre, de mi padre, de ti. Cuidense como la familia que consideras.

No se que me depara mañana, pero ten por seguro que volveré sin importar lo que pase.

Te Amo, ¡¡santo cielo!! Te Amo como no tienes la idea, y eso me mantiene de pie; y gracias por elegirme una vez más entre muchos. Cuando vuelva realizare contigo todos aquellos planes que tengo cada noche sacándome una sonrisa y que algunas veces me toman como loco.

Un beso con la pasión de los viernes por la noche amada mía y un abrazo como los del domingo en la puesta del sol cuando éramos niños, con amor y mucha ternura.

Te Adoro con mi alma Antonella, te adoro mucho.

Tu triste y amoroso Jack.

Cartas para Antonella D'Voice Donde viven las historias. Descúbrelo ahora