-¿Por qué trabajas aquí? Pensaba que eras rica.- Kris estaba frente a mí.
-Eso es lo que dicen de mí, pero solo es un rumor.- me avergüenzo.
-Deja este trabajo. No creo que Dylan descubra tu secreto, pero tal vez te mate. Ya lo has visto hoy.-
-No puedo, sus padres me pagan bien. Además, quien eres tú para decirme que hacer. Solo eres un niñato ricachón que no sabe lo que es llegar a fin de mes ni pasar hambre.- me ponía nerviosa que se creyera capaz de decirme que hacer.
-¿Y quien te dice que siempre haya sido un niñato ricachón?- sonríe y muestra sus perfectos dientes blancos. -Si no quieres dejar este trabajo, está bien yo te protegeré de Dylan.-
¿Por qué me sentía tan ligera de repente?
Acaso era esto lo que llamaban un flechazo.
Acaso existía otra manera de ver a los tíos que no fuera como peones para alcanzar mis metas.
-¿Tienes que ir a algún sitio ahora?- su pregunta me devuelve a la realidad.
-Sí, al Pub As de Copas.- le respondo.
-Si quieres te llevo.-
-No gracias, llevo bicicleta.- rechazo amablemente su oferta, pero hago nota mental para venir andando.
-Kris, no lo hemos encontrado, se ha escapado.- Jack y el otro aparecen. -¿Estás bien?- se dirige a mí.
Asiento.
-Menos mal, por cierto, nosotros somos Jack y Oliver.- se presentan.
-Yo soy N. Un placer.- me levanto y cojo mi mochila. -Si me disculpais, tengo que irme, mi turno de trabajo ya ha acabado.-
-Me voy contigo, N.- Kris me sigue fuera de la casa.
Dylan
Desde pequeño me gustaba subirme al tejado de la casa cuando algo que me enfadaba sucedía, y con el paso del tiempo lo había convertido en mi refugio personal.
Me asomé al borde y pude ver a Kris con N, parecía muy feliz con esa zorra.
Bebí un trago de la botella que me había subido.
¿Por qué ellos eran felices y yo no?
N tenía la culpa.
Pero tenía toda la semana para hacer que se hubiera arrepentido de haber puesto un pie en la Casa del Lago.
Nina
Kris se subió a una moto, mientras yo me subía a mi bicicleta.
Coloqué la mano en la moto y me agarré lo más fuerte que pude.
Aceleró, y condujo fuera de la maldita Casa del Lago.
El aire sacudía mi pelo, y la sensación del viento en mi cara era sensacional.
De vez en cuando Kris me dirigía una mirada de sus potentes ojos verdes.
Llegamos al As Copas más rápido de lo que imaginé.
-Gracias por acercarme.- le dije.
-No es nada. Bueno, entremos.- me extrañó que alguien vestido de Gucci de pies a cabeza pudiera entrar en el As de Copas.
Entré por la barra a la pequeña habitación donde nos cambiabamos de ropa. Ese día llevaba unos vaqueros y una camisa.
Cuando salí, Kris me miró de arriba a abajo.
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Yo, villana
Teen FictionEs rubia (o eso parece), popular, temida por todos, tiene dos fieles pero no my inteligentes secuaces y es animadora. Y no, no estoy hablando de Regina George. Nina es la típica popular, rica, que tiene a todos a los pues de su rubia melena en el...