Guarra

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Dylan

Me despierto y noto un peso sobre mi pecho.

Una melena marrón está apoyada en mí.

Todos los recuerdos de anoche entonces me golpean como un martillo.

N mueve la cabeza, la levanta y su cara queda a pocos centímetros de la mía.

-Buenos días.- le sonrío.

Vuelve a tumbarse.

-Eres más blandito de lo que me pensaba. Tienes que ir al gimnasio.- me hinca el dedo en el estómago.

-¿De qué vas?- le intento agarrar el brazo, esperando encontrar algo blando también, pero solo encuntro músculos bien definidos.- No es justo, tu estás mamadisima.-

Se ríe.

Es la primera vez que se ríe en el mes que lleva aquí.

-Tengo que ir a mi casa antes de ir al aeropuerto.- se levanta de la cama de un salto.

Todavía lleva puesta mi sudadera, que le está enorme.

-Yo te acerco. ¿Sabes cuando es la boda? Es para planear el golpe maestro con los chicos.-

-Mañana.- vaya, eso no me lo esperaba.

-Entonces tenemos que cojer el siguiente avión o no llegaremos a tiempo.- me digo a mi mismo.

N parece estar perdida en sus pensamientos. Y creo que sé por quien.

Cojo mi móvil y marco el número. Se lo paso a N.

Mira la pantalla y le brillan los ojos.

Eso hiere mi orgullo.

-Kris, soy N. ¿Puedes venir a la casa de Dylan? Sí, ya sé que es sábado, ven lo más rápido que puedas. Luego te veo.- acabó la llamada y me devolvió el móvil.- Gracias.-

Bajamos a la cocina, hoy no había gente del servicio porque les dábamos los fines de  semana libres.

-¿Qué quieres comer?- me pregunta N.

-No suelo desayunar.-

-Por eso eres tan blandito.- coje dos tazones y echa cereales y leche.- Ten.-

-¿Como sabes que estos son los que me gustan?- digo llevándome una cucharada a la boca.

-Porque solo a los niños de cinco años les gustan estos cereales.-

-Tu también estás comiendo.-

-Trabajo mucho de niñera, me he acostumbrado.-

Ya de mañana es muy vacilona.

Llaman al timbre y salimos disparados.

-Abro yo. Es mi casa.- llego antes a la puerta y le abro a Kris.

-¿Dónde está N?- me aparta y entra en mi casa.

-Kris.- N cierra sus brazos sobre él.

-¿Pasa algo? ¿Por qué me has llamado?- Kris le devuelve el abrazo, y yo observo, apartado.

-Su abuela quiere que se case y se vaya a Francia.- le resumo.

-¿Tu abuela?- Kris frunce el ceño.

-Venus O'Hara. ¿Tú lo sabías?- le pregunto.

-Sí lo sabe, se lo dije hace tiempo.- dice N.

El dolor, la traición hermano.

-Me tengo que ir hoy. ¿Me llevas a mi casa?- le pide a Kris.

-Claro. Dylan, saca billetes de avión.- Kris coge sus cosas y los dos se van dejándome en soledad.

Yo, villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora