Asquerosa

51 8 0
                                    

Cuando llegamos era domingo por la noche.

Me quedé a dormir en casa de Dylan porque él insistió hasta el punto en el que me dolía la cabeza de oírle.

Tampoco es que estuviera preparada para ver a mis padres.

-Dúchate, yo te daré otra sudadera y unos pantalones.- me metí en el baño y bajo el agua caliente me restregué lo más fuerte que pude en donde mi abuela me hubiera puesto un dedo.

Salí, y en la puerta había una ropa de recambio completo, hasta ropa interior todavía en la caja.

Supuse que eran de su pareja.

Tampoco me importaba, lo importante era que no estaba usada.

Salí, y Dylan estaba con la parte de arriba al descubierto y una toalla en su cuello.

-A cuantos chicos sin camisa has visto como para no sonrojarte.- sé que intenta jugar conmigo.

-He participado en muchas carreras. La única diferencia entre tú y los que normalmente veo sin camisa es que ellos tienen abdominales.-

-¿Carreras de qué?-

-Ciclismo.-

-Entonces eso explica porque estás tan fuerte.- Me sorprende que haya podido hacer esa relación él solito.- ¿Hoy que peli vemos, alguna de miedo?-

Se le nota que se está esforzando por evitar los silencios incómodos. Y por no mencionar que hacía unas horas estaba delante de un altar.

-Claro.- le contesto.

Desde que me recordó que yo lo había usado para mis propios fines, no podía hacer nada más que sentir algo de pena por él.

Seguramente yo no habría sido la primera.

Nos tumbamos en su cama y puso la película en su asquerosamente grande televisión.

De vez en cuando, alguno de los dos se sobre saltaba, y luego nos reíamos. Para cuando terminó la película, los dos nos podíamos para de reírnos, pero por si acaso dormimos con una luz encendida.

Él me estaba dando la espalda, y de pronto se gira.

-No te llamas N, ¿verdad?- no sé si me lo pregunta en serio o no.

-No, obviamente. Pero me gusta que me llamen así.- había esquivado esta conversación por un mes.

-¿Ahora que somos amigos me vas a decir tu nombre?-

-No, mi contrato dice que te refieras a mí como N.-

-¿Y si lo adivino?-

Gruño.

Quiero dormir.

-¿Te llamas Nelly? ¿Nora? ¿Noa?-

-No, pero sabes, hay una chica que se llama Noah a la que creo que le gustas.- mi plan ya estaba en marcha.

-¿Como lo sabes?-

-Yo sé muchas cosas.-

No nos perdemos de vista.

-¿Tienes pruebas?-

-Tal vez.- si pica ya puedo ir olvidandome  de estos dos.

-No me interesa, yo solo quiero a Nina.- era demasiado cabezota.

-¿La quieres porque no puedes tenerla o porque sientes algo por ella?- 

-La quiero, porque fue la primera persona que me vió como Dylan y no como al hijo de los Nolan.-

Yo, villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora