Epílogo

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"I don't know how else to sum it up
'Cause words ain't good enough, ow
I can't explain your love, no
Everyone tries
To see what it feels like
But they'll never be right
'Cause it's better
It's better
One more time
Better than words"

Better Than Words – One Direction

•••

—¿Estas seguro de esto, Luke? —la mujer lo miraba con una mueca en rostro, posiblemente dudando demasiado de la propuesta que había llegado a sus manos, literalmente.

—Que sí, mamá. Él mismo me dijo que te la entregara. Dice que eres la indicada —insistió el rubio por como tercera vez. Por alguna razón su madre necesitaba de su confirmación tres veces cada vez que se trataba de una decisión importante, y esta lo era. Era una muy importante.

—Supongo que está bien —asintió su madre, guardando el pedazo de papel en el bolsillo de su pantalón. Luke se recargo en el mostrador de la pastelería, mirando aquel pastel de chocolate que había llamado demasiado su atención desde que entró al local —. Por cierto, ¿cómo esta Silvia? —Luke levanto su marida del postre, volviendo a conectarla con la de su madre.

—Bien, hable con ella hace una semana. Su tratamiento termina en unos meses. Dice que es bastante probable que todo salga bien —el rubio no pudo evitar sonreír ante aquella noticia.

Silvia y él habían seguido manteniendo el contacto después del divorcio. Solían verse una vez cada dos semanas. Luke iba con sus flores favoritas después de sus chequeos médicos y la llevaba a la pastelería de su madre, donde se la pasaban conversando hasta que se hiciera tarde. No hubiera podido pedir algo mejor. Silvia aún seguía a su lado. Aún estaban el uno para el otro en las buenas y malas.

—Me alegro mucho —hablo la mujer de cabellos rubios —. ¿Ira hoy? ¿A qué hora se supone que tenías que estar ahí?

—Sí, me dijo que estaría ahí. Hay un chico que conoció en el hospital y se supone que estarán ahí en... —sus ojos azules se fueron al reloj de su muñeca, para que después sus parpados se abrieran un poco más de lo normal —... ¡En cinco minutos! Mierda.

—Luke Hemmings, ya te dije que no me gusta que uses esas palabras conmigo-

—¡Oh, Dios mío! Es imposible que llegue a tiempo, estoy muerto. Estoy muerto.

Antes que pudiera quedarse para posiblemente otro reclamo de su madre sobre usar el nombre de Dios en vano, ya se encontraba saliendo del lujoso local lo más rápido que sus piernas pudieron llevarlo hacia su carro.

Intento arreglar sus desordenados cabellos en el espejo retrovisor, mientras su pie estaba en el acelerador. Agradeció al mundo por la poca cantidad de tráfico que había aquel día (y tal vez a Ashton por haber sido demasiado insistente en que descargue aquella aplicación), lo cual hizo que llegara en unos quince minutos.

Era tarde, pero por lo que sabía siempre estos eventos empezaban unos minutos más tarde de lo que indicaban en las invitaciones. Camino rápidamente hasta la entrada, encontrándose ya con las puertas del local cerradas, era más que obvio que ya todos los invitados se encontraban dentro del lugar.

Un hombre con traje, mucho más alto que él lo estaba mirando curiosamente, posiblemente riéndose internamente de su tardanza.

—Ha legado tarde señor, esta es una exposición privada y lamento decirle que-

—Yo soy el que construyo este maldito lugar y-... Créeme soy hombre muerto si no estoy ahí dentro. Por favor —Luke estaba seguro de que estaría dispuesto a ponerse de rodillas si eso lo haría poder entrar. El hombre los examino de pies a cabeza para después mirar la lista de sus manos.

Better Than Words ☾MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora