La noche del 31 de octubre era la gran cena del día de halloween, dos chicas pelirrojas comían en el banquete, el problema era que una de ellas no comía nada de todo lo que habia, Lili lo noto pero no pregunto que era lo que le sucedía ya que tenia una idea de por que su amiga se encontraba tan deprimida.
La madre de Casidi se dedico a tratar de platicar con ella, cambiar de temas y hacer que Casidi no pensara en que día era ese, pero era algo imposible ya que por todo el castillo se encontraban decoraciones y los alumnos no dejaban de repetirlo, cuando Lili vio que ni siquiera se digno en tocar los postres supo que si estaba en lo correcto y que su amiga se encontraba en un muy mal estado, trato de convencerla de pasar a la enfermería o hablar con el director pero Casidi solo quiso irse a su habitación así que cuando se acabo el banquete ellas fueron de las primeras en retirarse.
Caminaron lento pero siempre manteniéndose juntas, cruzaron pasillos y tomaron atajos, dieron la contraseña a la dama gorda y aunque Casidi fue invitada por los merodeadores a quedarse en la sala común y festejar Halloween la pelirroja prefirió retirarse a su cama seguida de cerca por Lili.
En cuanto entro a su cuarto se tiro sobre la cama y su madre se sentó en el borde.
-¿Estas bien?-
-Claro-
Lili se acerco a ella.
- ¿Puedo acostarme contigo?-
-Claro-
Se arrastro hasta su lado y ambas miraron el techo de su cama en un silencio sepulcral.
- Se que día es hoy -
-¿Cual?-
Hablo muy despacio y tranquila pero estando nerviosa por buscar las palabras que la ayudarán, tratando de encontrar el modo de reconfortarla el problema era... que no sabía cómo.
-Tu me dijiste que este día hacia años atrás tus padres...- trago saliva - fueron asesinados -
La chica no sabía si podía sacar aquel tema a la luz o si era el mejor momento pero creyendo que lo que más necesitaba su amiga es desahogar su frustración y llorar sobre su hombro lo hizo, con la delicadeza que se caracterizaba y educada como una vieja adulta.
Casidi no dijo nada, respiro con pesares y dejo escapar el aire que retenía.
- Se que debe ser difícil pero cuentas conmigo para lo que necesites -
-Podríamos hablar de otro tema -
- ¿Quieres tener una Pijamada?- Lili se arrepintió enseguida de sacar el tema de sus padres a la luz así que sin saber que más hacer dijo aquello tratando entonces de ese modo de hacerla sentir mejor con su compañia, en juegos.
Casidi se sentía mal y el rechazar los intentos de su madre (el hablar del tema o el distraerla) no ayudaba, en esos momentos solo quería pensar que era cualquier otro dia común, no era Halloween, no eran sus padres los que habían muerto en esas fechas y ella no era su madre.
Quería ver a Lili solo como una amiga para no sufrir nada más al verle el rostro, solo quería que todo fuera como antes.
- Quisiera hacer otra cosas -
-¿El que?-
-¿Confías en mi? -
Lili miro a Casidi con algo de preocupación pero como la pelirroja era su mejor amiga no pudo negarse, quería cumplir todos sus caprichos para hacerle feliz, era una nueva necesidad que había notado que adquirió.
-Por supuesto -
Se levanto al instante, rebusco muchas cosas en su ropero, zapatos, gorras y trajes, la pelirroja no contesto a las preguntas que le hacia su madre e ignoro totalmente a sus otras compañeras cuando llegaron, solo le entrego un montón de ropa a Lili le pidió que se la pusiera y en lo que su madre la obedecia ella salia a toda prisa al cuarto de los muchachos, bajo escaleras, cruzo la sala común, vio que no estaban y entonces ante la mirada de muchos se dirigió a la habitación de los chicos, mas específicamente al cuarto de los merodeadores, toco la puerta dos veces y entro sin haber sido recibida.
ESTÁS LEYENDO
Conociendo a los merodeadores (Sirius Black Y Casidi Potter)
De TodoAdvertencia: Historia terminada pero con faltas ortográficas apenas esta siendo corregida ________________________ La ultima oportunidad o la ultima manera de salvar el mundo mágico cae sobre los hombros de Casidi Lilian Potter, cuando después de l...