Capítulo 14

6 1 0
                                    

Soleys había disfrutado mucho de su momento de gloria, cantando junto a Anders. Este tenía una voz muy hermosa, y por un momento se había visto transportada a esa canción de amor, a ese sentimiento romántico, hasta se había ruborizado un poco mientras la interpretaba, como una jovencita inmadura que siente el primer enamoramiento.

Anders era un hombre increíble: era inteligente y sagaz, valiente y confiado, quizá algo soberbio, y además era muy apuesto con aquella melena indomable de rizos rojizos que le enmarcaba el rostro. Ella no se había percatado, pero empezaba a verlo con otros ojos, aunque intentara negarlo con firmeza. Entonces, el chico se dio cuenta de que lo estaba mirando, e hizo una mueca de burla y Soleys no pudo evitar reírse de forma estúpida. «Esto es mala señal, querida mía», se dijo a sí misma.

Enseguida desvió la mirada y decidió pensar en otra cosa. Recordó entonces la conversación que había tenido con los sabios de los Circulantes y con Kindu, sobre Nym y su extraña procedencia.

—La Prístina'dea nos habló de que los atherontes estaban cultivando a los lia'harel para resucitar a Áthero y que eso fue lo que le hicieron a ella —concluyó Soleys, tras relatarles todo lo que les había dicho el oráculo, incluso la profecía de guerra—. Pero si eso fuera cierto, no entiendo qué beneficio obtendría quedándose con Nym.

—Lo cierto es, pequeña Soleys —dijo el más anciano de todo el consejo—, que solo hay una cosa que puede enajenar a nuestro oráculo, y es la necesidad de obtener más poder.

—¿Qué insinúas, anciano? —Kindu no sentía ningún aprecio por el oráculo, pero nunca se hubiera atrevido a hacer semejante acusación en voz alta.

—La necesidad de poder corrompe a cualquier alma, y según parece nuestra Prístina'dea no ha sido inmune a los encantos de la superioridad. —El hombre fijó la vista en Kindu—. Sabemos que en el pasado se obsesionó con capturar a todos los Espíritus de la Madre para utilizar su poder, así que no me extraña nada esta nueva actitud.

Soleys sacudió ligeramente la cabeza.

—Pero sigo sin entender qué obtendría de Nym, se supone que ella ha sido cultivada y que parte de su energía vital ya ha sido robada —dijo pensativa, sin parar de caminar de un lado para otro de la habitación.

—Puede ser que ella también deseé despertar a este poderoso mago, Áthero, para algún propósito, y por eso deseara investigar el proceso llevado a cabo con vuestra amiga.

—¿El oráculo, despertar a Áthero? Eso sí que no tiene ningún sentido, anciano.

—Te equivocas, Kindu. Cuando Áthero desapareció, la gran mayoría de la magia murió con él, incluida la utilizada por la Prístina'dea. —Tomó aire con un carraspeó y continuó—: Tras la Edad Oscura, ella se volvió más débil y su capacidad de predecir el futuro menguó, de forma que cada vez que lo utilizaba se quedaba muy débil, casi al borde de la muerte.

—Ahora que lo dices, cuando nos dijo la profecía sobre la guerra se quedó bastante traspuesta, no pudo ni mantenerse en pie —recordó Soleys.

—Ahí lo tienes, Kindu, esto prueba mi teoría. Probablemente ella consideraba que despertando a Áthero volvería a ser la de siempre, tan poderosa como antaño.
—Entonces quería quedarse con Nym para descubrir qué estaban haciendo los atherontes para despertar a su señor. —Por fin Soleys había llegado a una conclusión que tenía todos los detalles para ser posible.

—Podría ser, pero tiene que haber algo más —repuso Kindu—. Ella no se arriesgaría tanto solo para sacar información. Es demasiado inteligente, hay que recordar que ella es capaz de verlo todo.

—En eso tienes razón, pero por ahora no podemos saber nada más hasta que Nym recobre la memoria y nos explique qué ocurrió bajo las Montañas del Este.

La Sombra de MiradhurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora