El precipicio de Ishalta

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¿Alguna vez has estado en medio de un precipicio?

Siempre he vivido a medias entre dos mundos sin pertenecer a ninguno de ellos, sin sentirme parte de nada.

Abandonada por mi madre por no ser parte de su universo, repudiada por mi padre por recordarle su error del pasado, cabalgo entre dos razas cuyo odio mutuo arde constantemente. Pero entonces aparecieron los Buscadores de la Luz, quienes me acogieron en su seno y me dieron la oportunidad de llamar hogar a ese lugar.

Hoy soy una mujer nueva: con más fuerza y dureza que en el pasado. No te guardo rencor, padre, pues tú solo hiciste lo necesario para seguir con vida, al igual que tú, madre. Pero siempre me sentiré sola por muchas personas que tenga a mi alrededor, siempre me faltara el cariño y el amor de unos padres inexistentes.

Pero ese precipicio cada vez es más grande y mis piernas no son lo suficiente largas para que continúe en medio. Es el momento de tomar decisiones que influirán en el resto de mi vida. Y justo en este momento aparecen dos humanos traidores a su gremio que tienen el ímpetu y el valor necesarios para luchar por todos nosotros, por todos los humanos de Miradhur.

Ahora es cuando pienso que tal vez no estemos acabados, que esta guerra no será nuestro fin, como dice Droll.

Mientras alguien tenga esperanza no todo estará acabado, y esa seré yo. Hasta el fin de mis días tendré la esperanza de que aparecerá ese héroe de la Profecía: El Hijo verdadero.
Ishalta, Sacerdotisa de la Esperanza.

La Sombra de MiradhurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora