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Christopher Vélez estaba aburrido de discutir con su mamá.

En realidad, aburrido era decir poco. Estaba hastiado. Irritado. Harto. A dos segundos de lanzarse por la ventana si seguían tocando el mismo tema de siempre.

¿Su mamá no podía entender que no quería un novio?

Tenía veinte años, estaba en la flor de su vida, no quería un novio al que le tendría que prestar atención y con quien tendría que compartir todo.

Christopher no quería compartir nada con nadie, menos sus cosas de patinetas y gorras; antes muerto a que alguien se acercara a sus tesoros.

Pero mamá seguía insistiendo en un novio, que no quería verlo soltero toda la vida, que si seguía así no iba a tener nietos –lo cual era estúpido, porque Christopher era gay y si tenía novio alguno tampoco le podrían dar nietos– y que quería un yerno a quien interrogar y mostrarle las fotos de bebé de su hijo.

Jamás en la vida iba a tener un novio.

Porque además, eso significaba relacionarse con mucha gente, y Christopher no era bueno en eso, por no decir que lo odiaba. Con su pequeño grupo de amigos estaba bien, e incluso ya les había dicho que pensaba morir solo, sin compañía alguna, y con veinte gatos.

Sonaba muy agradable para él.

Así que no, no pensaba tener ningún novio, ni aunque su mamá insistiera y le llorara y le dijera que era el peor hijo del mundo por no pensar un poco en ella.

Mientras tomaba el desayuno, su mamá seguía parloteando sobre las ventajas de tener un novio, pero como siempre, se limitaba a observar su taza de café, frunciendo los labios levemente, tratando de ignorar el parloteo incesante de su progenitora.

Amaba mucho a su mamá, aunque a veces le sacara de quicio.

—Christopher, por faaaavor —fingió sollozar su mamá para tratar de ablandarlo un poco.

—Mamá, no me vas a convencer así —contestó Christopher levantando la vista mientras el timbre resonaba en la casa.

Su mamá se limpió sus lágrimas falsas con una mueca de fastidio, poniendo una expresión digna en tanto se echaba el cabello atrás.

—Si no te consigues un novio, entonces te lo conseguiré yo —dijo ella.

Christopher se puso de pie, enarcando una ceja, para ir a abrir la puerta de entrada, pero decidió que lo mejor sería no preguntar al ver a su mamá murmurando por lo bajo. Con un suspiro, abrió la puerta.

Tuvo de pronto un ramo de flores bajo su nariz.

Parpadeó, levantando la vista, y chocando contra un sonriente rostro.

—¿Eres Christopher Vélez? —le dijo a modo de saludo el bonito chico frente a él.

—Eh... ¿sí?

—Esto es para ti —el muchacho acercó más sus flores, haciendo que Christopher se alejara con una mirada atónita.

—No, tienes que estar equivocado, yo no–

—Yo soy Erick Brian, y desde ahora seré tu nuevo novio.

Christopher se quedó un momento en silencio, y luego, en toda la cuadra, se escuchó un grito:

—¡MAMÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁ!











Espero que les guste mucho, mucho.
Actualizare seguido, al igual que la de Bad Luck 👀

Esta novela NO es mía, todos los créditos a la escritora CapitanaMomo. Gracias por permitirme adaptar su historia.

 Novio de Alquiler|Chriserick| |Adaptación|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora