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El día lunes, Christopher despertó sabiendo que todo lo ocurrido el día anterior fue sólo un mal sueño.

Porque era imposible que su mamá se hubiera dado el tiempo de buscarle un novio a su hijo por una página de internet con un nombre estúpido y hubiera alquilado a un chico por seis meses.

Su mamá no era una loca de patio, así que todo fue sólo una pesadilla de la que se iba a reír más adelante.

Tenía una clase ahora en la mañana en la universidad donde estudiaba arquitectura, así que ya era momento de levantarse para vivir otro cruel día de esa dura realidad.

Se giró en la cama y pegó un grito al ver un rostro a centímetros del suyo.

Oh no. Oh no.

—¡Despertaste, gatito! —gritó Erick encantado.

—¡¿Qué haces en mi habitación, tú... maldito cachetes?! —dijo cubriéndose con la sábana.

—¿Te gustan mis mejillas, gatito? —replicó Erick sonriendo.

—¡No!

—¿Te gustaría morderlas?

—¿Puedo hacer–? ¡No!

—¡Gatito!

—¡Pareces la pendeja de Monster Inc!

—¿Soy tierna como ella? — y Erick juntó sus manos llevándolas a sus mejillas, sin dejar de sonreír, y Christopher no pudo evitar pensar en algo sucio que incluía la boca de Erick y su entrepierna.

Cálmate. Cálmate, estúpido, mantén la cabeza fría.

—¡Fuera de mi cuarto! ¡No te invité a pasar!

—¡Puedo pasar cuando quiera, somos novios!

—¡No somos novios!

—¡El contrato que firmó tu mamá dice que lo somos!

—¡¿Qué mierda dice ese contrato?!

—Que debes tratarme bien, darme abrazos y besos, alimentarme y decirme lindura — Erick dio un paso y Christopher volvió a gritar.

—¡No pienso decirte lindura!

—¡Pero gatito!

—¡Fuera antes de que llame a los policías!

—¡¿Qué son todos esos gritos?! —su mamá abrió la puerta de golpe, furiosa y con la sartén en una mano, dispuesta a golpear a todo aquel que estuviera gritando.

—¡Saca a Erick de mi cuar–! ¡MAMÁ, LA CHANCLA NOOOOOOOO!




¯\_(ツ)_/¯

Christopher estaba murmurando por lo bajo mientras terminaba de comer su leche con cereal en tanto Erick miraba su reflejo en un pequeño espejo de mano que tenía, lamentándose por el moretón que la mamá de su novio le hizo luego de reírse como enfermo al ver a Christopher aturdido por el golpe con la chancla que recibió.

El pelinegro se puso de pie, mirándolo de forma horrible, pero Erick sólo le sonrió mientras pestañeaba repetidamente con inocencia. Christopher se limitó a bufar, dejando el bol vacío sobre el lavamanos, agradeciendo que su mamá se hubiera ido minutos atrás a trabajar.

—No sé qué harás ahora —le gruñó a Erick.

—¿Sigues enojado conmigo, gatito? — Erick hizo un puchero y Christopher desvió la vista, sabiendo que observarlo por mucho tiempo lo haría sentir raro.

—No soy un puto gato, Erick  — replicó Christopher —. Ahora debo ir a la universidad, así que...

—Te acompañaré — dijo Erick volviendo a sonreír.

—¿Qué? No — Christopher se cruzó de brazos—. No quiero que mis amigos–

—Por favor, también tengo clases allí — Erick le sacó la lengua —. No todo mi mundo gira en torno a ser tu novio, Christopher Vélez.

Y sin decir nada más, marchándose como si fuera la reina del lugar, Erick salió de la casa sin mirar atrás y dejando a Christopher con una desagradable sensación en el estómago.

 Novio de Alquiler|Chriserick| |Adaptación|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora