ᴇᴩíʟᴏɢᴏ

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Advertencias: Capítulo Final.







Christopher estaba aburrido de discutir con su mamá.

Lo peor es que estaba discutiendo con ella por celular, irritado, por lo que su mamá estaba más necia que de costumbre y se limitaba a cantar para ignorar todos sus reclamos.

Christopher realmente no sabía cómo su mamá podía ser tan inmadura a veces.

—¡Llegué hace quince minutos y tú sigues allí! —le dijo mientras agarraba la maleta y comenzaba a caminar.

—¡Me encontré con un atasco en la carretera, Christopher! —contestó su mamá dejando de cantar.

—¡Oh, no seas mentirosa, de seguro te estás revolcando con Renato!

—¡Christopher Vélez!

—¡Lo escuché hablar al otro lado de la línea, mamá! —Christopher se sentó en una silla, frustrado—. ¡Ah, sabes que más, tomaré un taxi!

—¡LALALALALALALA!

Christopher cortó la llamada, soltando un resoplido y pasando una mano por su rostro para tratar de calmarse un poco. No llevaba ni siquiera una hora en suelo ecuatoriano y ya estaba estresado a más no poder con la situación.

¿Y para empeorar la situación? No podría ver a Erick por lo menos una semana después, cuando su novio viajara a Ecuador para pasar las navidades allí.

Maldita fuera Daysi y Darío por llevarse a su novio. Al final, Erick le contó en una de las videollamadas que decidió aceptar la petición de su mamá e irse a Madrid por un año, pasar una temporada con ellos. Después, cuando Christopher volviera, ambos se juntarían para comenzar a buscar un departamento juntos e irse a vivir como una pareja. Sería difícil, lo sabían, porque tendrían que buscar trabajo además de que Erick se había atrasado un año en sus estudios, pero no les importaba mucho.

Su móvil vibró, y sonrió inconscientemente al leer el mensaje de su novio.

[Posdata: Un solo chat porque Christopher es bien fiel, asies]

[Posdata: Un solo chat porque Christopher es bien fiel, asies]

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Christopher rodó los ojos, sonriendo cariñosamente mientras suspiraba y pensaba en lo difícil que había sido el año que pasó en Chicago

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Christopher rodó los ojos, sonriendo cariñosamente mientras suspiraba y pensaba en lo difícil que había sido el año que pasó en Chicago. No sólo el idioma se le había hecho complicado en varios momentos, sino que también la soledad enorme que sintió varias veces. Si bien a Christopher le gustaba el silencio y la tranquilidad, cuando solía tenerla en Ecuador, siempre sabía que había alguien a su lado a pesar de todo. Que sólo debía ir a la cocina o al comedor y encontraría a su mamá, o llamar a sus amigos para juntarse con ellos.

En Estados Unidos no tenía a nadie en quien confiar, nadie con quien hablar de cosas más profundas e interesantes.

Además, por qué no admitirlo, extrañaba un montón a Erick. Su novio se encargaba un montón de levantarle el ánimo y motivarlo cuando peor se sentía, además de que siempre estaba disponible para una videollamada por computador o simplemente por el celular. Sólo con eso, Christopher quedaba feliz.

Decidió que ya era momento de tomar un taxi para irse a casa y dormir lo que quedaba del día.

Sin embargo, no había dado ni dos pasos cuando alguien lo detuvo.

Y tuvo de pronto un ramo de flores bajo su nariz.

Parpadeó, levantando la vista, y chocando contra un sonriente rostro.

—¿Eres Christopher Vélez? —le dijo a modo de saludo el bonito chico frente a él.

Sonrió lentamente, sintiendo la emoción florecer en su corazón al observar esos tiernos y dulces ojos castaños que tanto extraño.

—Sí, soy él —contestó casualmente—. ¿Por qué?

—Esto es para ti —el muchacho acercó más sus flores, haciendo que Christopher las observara con una fingida mirada de extrañeza.

Recordó ese soleado día de un año y medio atrás, cuando abrió la puerta de su casa y se encontró con ese mismo rostro.

—No, tienes que estar equivocado, yo no–

—Yo soy Erick Colón, y desde ahora seré tu nuevo novio.

Sintió sus ojos llenos de lágrimas.

—¿Mi nuevo novio? —preguntó tomando el ramo de flores.

—Claro, Christopher Vélez —Erick le dio la mano, dándole un suave apretón —. Desde ahora, y para siempre, seré tu nuevo novio de alquiler, gatito.

Christopher lo atrajo, dándole un suave beso.

—Eso suena perfecto.






F I N






 Novio de Alquiler|Chriserick| |Adaptación|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora