042

624 80 5
                                    














—¿Qué estás buscando específicamente, Christopher? —preguntó Yoandri con expresión irritada.

—Un regalo —murmuró Christopher observando una vitrina.

—Oh, gracias, no me lo había imaginado —Yoandri bufó, rodando los ojos —. Para quién, Christopher.

El rubio suspiró, negando con la cabeza.

—Para Ericksito —dijo Christopher —, me invitó a almorzar con su familia el veinticuatro, y sé que no me dijo que debía llevarle un regalo, pero aun así quiero...

—Christopher.

Se giró a mirar a su amigo, que le dirigía una mirada extraña, para luego arrugar un poco el entrecejo.

—¿Cuándo le dirás a Erick que te vas? —le preguntó finalmente, comenzando a caminar otra vez.

Christopher acarició su nuca sin mirar a los ojos a Yoandri, fijandose en todas las vitrinas del centro comercial en el que estaban, sin encontrar algo que le agradara totalmente para regalarle a Erick.

—Pronto —masculló como si nada.

Pero para Yoandri esa respuesta no fue suficiente, que volvió a tomarlo del brazo para detenerlo.

—Necesito una fecha —Yoandri dejó salir un bufido —. No te lo he dicho porque no quiero alterarte, pero Joel está un poco inquieto por esto, y sé que también Johan y Richard se están conteniendo para no contarle a Erick...

—Ellos no tienen por qué meterse —dijo Christopher groseramente —, esto es entre Ericksito y yo, así que por favor, te agradecería si les dices que no se inmiscuyan entre nosotros —Yoandri seguía mirándolo, por lo que volvió a suspirar —. Le diré en navidad, ¿contento?

—Sí.

Siguieron caminando sin decir algo más, el ambiente un poco tenso entre ellos, y Christopher se detuvo ante una joyería, viendo con ojos curiosos la vitrina.

Al parecer ya había encontrado su regalo.

—¡Yujuuuuuuuuuuuuuu!

Pero tendría que buscarlo en otro momento, porque en ese instante se encontraron con Joel y Erick.





[. . .]








—¡No se te ocurra abandonarme esta noche, Christopher Vélez! —gritó su mamá cuando iba saliendo de casa.

—¡Ya sé, ya sé, no te pongas histérica!

—¡¿A quién le dices histérica, mocoso de–?!

Antes de recibir la chancla que su mamá le lanzó cerró la puerta y se apuró en alejarse de allí porque conocía muy bien a su madre como para saber que era capaz de perseguirlo por cuadras sólo para golpearlo.

Rodó los ojos, comenzando a caminar hacia la casa de Erick, y soltó un bufido al notar el frío colándose por entre sus ropas. Si no quisiera tanto al chico, de seguro se habría quedado hecho una bola entre sus mantas para luego cenar con su madre en pijama e irse a dormir otra vez.

Erick, tienes que saber que te quiero, pero... pero me ofrecieron una beca fuera del país y la acepté porque es una gran oportunidad para mí.

No, eso sonaba demasiado frío.

Hey, Ericksito, me vi en la obligación de aceptar una beca para estudiar en Estados Unidos, pero eso no significa que no te quiera, es más, si me esperas un año...

Demasiado... esperanzador.

Oye, Er, soy un asesino serial y resulta que me encontraron. Para que no me capturen voy a tener que huir a Estados Unidos, pero sé que nuestro amor es tan fuerte que nos volveremos a reencontrar en cinco años más, cuando todo esté mejor.

Sí, claro, como si Erick fuera a creerle eso.

Antes de darse cuenta, ya estaba frente a la casa de Erick, y decidiendo que lo mejor sería dejar que todo fluya, tocó la puerta.

Adrián abrió, quien borró su sonrisa al ver a Christopher.

—Hola, Adrián, ¿cómo estás? —preguntó Christopher tratando de verse simpático y amable.

—¡ERICKSITO, TU NOVIO EL AMARGADO ESTÁ FUERA! —gritó Adrián hacia dentro para luego sonreírse con maldad —. Anda, pasa, te estábamos esperando.

¿Por qué sentía que eso fue como una sentencia de muerte?














 Novio de Alquiler|Chriserick| |Adaptación|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora