Never mind

10,

Por fin el capítulo 10!

Espero que os guste!

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PD: me preguntaba si os gustaría que añadiese algún punto de vista exterior, qe no fuese el de Brooke, ¿ qué me decís?

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Tras acabar de desayunar y recoger todo, le pedí un favor a Niall. ¿Por qué no hacerlo? Él tenía el pelo teñido, asi que algo de idea tendría que tener, ¿no?

-Ni - le llamé sentándome sobre la encimera y colocándome bien las gafas.

-Dime - levantó la vista de su móvil y me sonrió, enseñándome su aparato de nuevo.

-¿Me ayudarías a teñirme el pelo? - Seguramente mi madre se enfadaría conmigo. No por hacer esta locura, sino por no esperarla a ella. Pero en realidad así sería una sorpresa, y eso es algo positivo. Algo...bueno. Al menos, eso esperaba de todo corazón.

-¿Teñirte el pelo? - arqueó las cejas de manera graciosa - ¿Por qué demonios quieres teñirte el pelo?

-De color rojo, sí, gracias - le cogí de la muñeca y tiré para levantarlo de la silla.

-A mí me gusta tu color - protestó negándose a despegar de la silla.

-Pero a mí me aburre, veeeeenga - tiré de él de nuevo, esta vez consiguiendo levantarle de la silla.

-¿De rojo? - asentí velozmente mientras lo arrastraba escaleras arriba, hasta llegar a la puerta de mi habitación.

-¿Le has teñido el pelo a alguien? - le sonreí y le empujé por la espalda para que entrase en mi ordenada y pulcra habitación. Negó con la cabeza, sonriendo tímidamente.

-¿Esta es tu habitación? - asentí frunciendo el ceño. Parecía a punto de morirse de risa.

-¡Eres demasiado ordenada! - exclamó, divertido - yo pensé que serías un completo desastre, como Zayn. Que por cierto te matará por teñirte.

-¿Entonces sí que me ayudarás? - chillé emocionada, dando pequeños saltitos.

-Qué remedio... - me pellizcó juguetonamente el brazo - Zayn nos va a matar, ¿lo sabes no?

-Zayn puede irse a un sitio...

-Shhhh - me tapó la boca con la mano y yo se la quité y lo arrastré hasta el baño. Le tendí la caja del tinte que había obtenido en la peluquería y lo miré significativamente.

-Se supone que sé cómo hacer esto, ¿no? - inquirió.

-No tonto, para eso están las instrucciones - Puso los ojos en blanco y abrió la caja. Me reí ante su reacción y observé atentamente cómo preparaba el tinte.

Al cabo de unos cinco minutos se me quedó mirándo fijamente con el cuenco del mejunge en la mano.

-¿Te tiño o no?

-Que sea lo que dios quiera.

Aproximadamente una hora más tarde termine de ducharme y sacudí mi recién teñido pelo dejándolo mojado. Había quedado bien, muy bien, para ser alguien que no lo había hecho nunca antes. Bajé al salón con las gafas puestas, puesto que aún me molestaban los ojos si me ponía las lentillas. Escuché voces antes de abrir la puerta, pero una vez que entré se hizo el silencio.