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-No soy tu madre - contestó una voz al otro lado de la línea. Mis ojos se abrieron del asombro.

-¿J-Jake? - murmuré. Sabía que no era él, pero tenía que intentarlo.

-No - suspiré. Ya sabía quién era.

-Matthew, vale ya, no tiene gracia - contesté. Acaricié un mechón de mi pelo y lo enrosqué en mi dedo índice. Era una manía siempre que hablaba por teléfono.

-No soy Matthew - contestó poniendo una voz ronca y grave. Oh si, ya me conocía esto - soy tu padre.

-¡Matthew! - chillé al teléfono.

-¿Cuántas veces te he dicho que no me llames Matthew? Odio que me llames así - casi podía ver como en su cara se formaba un puchero. Era tan infantil. Pero adorable.

-Hemos hablado ya de esto,  Matty, si te llamo Matt te confundo con mis otros amigos.

-Pero yo soy más importante - me reí.

-Lo eres, lo eres.

-Soy el Matt original - continuó.

-El único - le seguí el rollo.

-El inigualable - estallamos en carcajadas. Le había echado de menos. 

-¿Por qué no me llamaste para avisarme de que habías vuelto? - preguntó con voz seria.

-No era premeditado. Vine de repende....

-Me da igual, sé que llevas un día aquí - su tono resultó ligeramente brusco.

-Matty...

-Sé lo que pasó con Jake. Si me hubieses llamado te habría advertido, Brooke - Matthew era otro de mis amigos más cercanos del "pueblo". Era alto, muy alto y con músculos de jugador de baloncesto, cosa que obviamente era. Y sí, hemos tenido algún encontronazo... dulce. Pero quedamos mejor como amigos, los dos lo sabíamos. Y lo sabemos. Es mejor así.

A pesar de todo eso, le quiero mucho. Podríamos decir que es otro de mis mejores amigos.

-Tenías que habérmelo dicho, Brooke - repitió.

-Lo sé - suspiré audiblemente -. Pero se acabó. Me dijo cosas terribles y ya sabes como soy. No le necesito.

-Eso es mentira.

-¡Matty! - le medio grité - no me estás ayudando. No he dormido nada, estoy cansada, ¿podemos hablar mañana? - le contesté mientras comenzaba a cerrar mis ojos.

-Abre la puerta, niña - le oí decir antes de que sonase el timbre. "¿Qué demonios?" pensé. Me levanté y abrí de un tirón. Y alli se encontraba él. Sonriente, como siempre.

-¡Matthew! - chillé mientras me lanzaba a él. Tuve que dar un gran salto y dejé que él me sujetase por los muslos mientras rodeaba su cintura con mis piernas y su cuello con mis manos. Caminó hacia dentro autoinvitándose y cerró la puerta tras de sí. Me sentó en el sofá con cuidado y se colocó a mi lado. Estiré las piernas y me puse mi cabeza en su regazo.

-Sé que no lo entiendes - murmuró.

-Me da igual. No quiero hablar de eso - el comenzó a acariciarme el pelo.

-¿De qué quieres hablar, entonces? - noté que comenzaba a trenzarme el pelo - podrías decirme por ejemplo qué demonios es este color en tu pelo, ¿no? 

-Zayn ha vuelto - contesté.

-Zayn...Zayn...¿Tu primo? - asentí contra su pierna.

-Oh dios, el famoso, ¿no? - repetí la acción - deja de hacer eso, pareces un gatito que busca mimos.

-Idiota.

-Oh... ¿quieres mimos? - me agarró el labio inferior con dos dedos - yo te doy mimos - comenzó a hacerme cosquillas. Yo me reía, pero se me notaba muy cansada. Por lo que paró.

-Lo siento, Matty, estoy muy cansada - hice una pausa mientras me echaba de nuevo sobre su pierna - anoche no dormí nada.

-¿Jake?

-Jake.

-Voy a darle un puñetazo a ese niño que lo va a lamentar.

-Ni si quiera sé por qué sucedió todo esto - me comenzó a trenzar de nuevo el pelo.

-Duerme, gatita, duerme - bostecé ruidosamente y me dejé llevar a los brazos de Morfeo, entre las dulces caricias de Matthew.

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Sé que es muy corto, y sé que he tardado muchiiiiiiiiiiisimo en subirlo. 

LO SIENTO LO SIENTO.

un beso a tooooooooooodas ;)

Never mindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora