Sin Sentido (Giorno x Jolyne)

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Justo ahora todo era tan complicado, ¿Cómo le iba a decir a Jolyne que él,  no para ser más exacto su padre había sido el culpable de la ausencia de Jotaro?,  debió haber intuido algo con él "Kujo" En su nombre,  sé sentía bastante estúpido.
–Espera... ¿Lo que tratas de decir esque el padre de Giorno,  se dedicó a atacar a mi padre sin cansancio y por eso nos abandono por años?
–Básicamente... Yo realmente lo siento Jolyne,  por culpa de ese hombre tú...
–No quería que tú y tu madre salieran heridas por mi culpa... Por esa razón me dedique a mantener una relación distante con ustedes, pero ahora,  si sólo pudieras comprender que yo siempre me preocupe por tí...
–Sé que es bastante para asimilar Jolyne,  pero trata de entender a Jotaro-san.
–¿Tú lo sabias Giorno?
–Yo no tenía idea de que eras la hija del señor Kujo o la sobrina de Josuke.
–Es verdad Jolyne,  Giorno no tenía idea,  me he sorprendido bastante al saber que tú enamorado era él–dijo en tono de broma,  siendo callado por la furiosa e interrogante mirada de Jotaro.
–¡Espera viejo, debería saber esto también mamá!
–Tranquila Jolyne–le dijo Giorno,  tomando su mano y ella se calmó un poco.
–Quita tú mano de mi hija
–No creo que sea el momento de esto,  Jotaro-san...
–Me importa una mierda, ¿Cuanto hace que siquiera se conocen?  Y le llevas como 8 años a Jolyne ¿no tienes vergüenza? –dijo levantandose y agarrando del cuello de la camisa a Giorno.
–Señor Kujo,  yo realmente quiero a Jolyne,  aunque no hace mucho que nos conocemos realmente estoy seguro de mis sentimientos,  aunque que sea usted no pienso echarme para atrás– soltó levantandose de la mesa para encarar a Jotaro agarrando su mano.
Tanto Jolyne y Josuke percibían el ambiente asesino y se cuestionaban sobre intervenir,  sin embargo el sonido de las risas que provenía de la puerta término aquel ambiente.
–¿Eh? ¿Giorno,  Jotaro,  Josuke,  Jojo? ¿Qué sucede? No me avisaste que Giorno vendría a comer.
–¿Tú también conoces a Giorno?
–Es mi culpa,  Señora Elise,  yo invite a Giorno. Aunque no pensé que le conociera–dijo nervioso Josuke,  mirando al hombre que estaba al lado de Elise y después a Jotaro quien solo apartó la mirada.
–Oh,  no te preocupes,  es cierto,  él es Alfred es doctor en el hospital donde trabajó,  vino a revisarte Josuke.
–Es un placer conocerlos a todos.
Tras aquel suceso,  y después de una revisión algo larga Alfred se fué,ahora todos se encontraban sentados a punto de acabar de comer.
–Señora Williams,  he venido aquí para pedirle su permiso para iniciar una relación con Jolyne.
Aquellas palabras salidas de Giorno provocaron que Jotaro y Josuke casi se atragantaran con su comida e Jolyne escupiera sonrojada un poco de su jugo.
–Seré sincera,  no estoy de acuerdo creó que ustedes solo sé conocen muy poco,  además la diferencia de edad...

Una sonrisa de satisfacción se hizo presente en Jotaro,  mientras algo desanimados Giorno y Jolyne bajaban la mirada,  Josuke se limitó a comer pensando como ayudarles.

– Pero realmente veo que amas a Jolyne así que por el momento aceptaré,  sin embargo tienes que ser conciente que aunque Jolyne sea un poco más madura para su edad aún es una adolescente. Es terca, tiene un fuerte temperamento, suele ser desordenada e indecisa pero también es dulce así que cuento contigo para cuidar a mi hija Giorno.
–¿Qué? ¿Lo aceptaran fácilmente y ya? – dijo enfadado Jotaro.
–No creo que estés en posición para dar lecciones de moralidad,  así que por una vez apoya a tu hija.
Elise se levantó el rápidamente recogió los platos sucios,  la mano de Jotaro se movió inconscientemente hacia ella pero de inmediato se alejó,  por primera vez en su vida Jolyne sentía lastima por su padre ahora comprendía lo que significaban las palabras que dijo antes.
–Mamá... Hay algo que él... Que Papá quiere decirte.
–¡Que bueno Jolyne!¡Al fin le dijiste Papá y no viejo! Pero debo regresar al trabajo, será en otra ocasión.Espero puedas acompañarnos en la cena Giorno,  Adiós y Jolyne cuida que tu tío se tome su medicamento–Dicho esto salió de la cocina y después de la casa.
–Señor Jotaro... ¿Esta bien?
–Ya la oíste,  pero eso no significa que yo te apruebe.
–No creo que Giorno se refiera a eso Jotaro-san.
–Estaré en el estudio,  aún tengo trabajo,  los estaré vigilando.
–Estaremos aquí en la sala Señor...
–Sí,  Papá.
Ante aquellas palabras Jotaro sonrió para luego lanzar una mirada furtiva antes de desaparecer tras la puerta.