Heterosexualidad, ¿Qué es eso?
Las tonalidades naranjas, amarillas y casi durazno de atardecer decoraban el cielo apaciguada mente, calmando con su ambiental tonalidad el entorno a un par de chicos.
- Es muy alargador para mí estar aquí contigo, YoonGi - susurro cohibida y sonrosadas la pelinegra, mirando con sus pequeños ojos azules al de tez pálida y lechosa, que la miraba casi igual con la misma atención a ella, adecuándola con sus ojos oscuros gatunos.
- El gusto es mío, Sora - susurro embobado, dándole pasó a una sonrisa bobalicona a sus delgados labios y apoyar su cabeza entre las palmas de sus manos.
Vaya que el chico estaba loco por esa Omega.
En aquella playa, a pesar de que el clima últimamente en ese mes era frió y calador de huesos, no pudieron evitar concordar una tan ansiada cita por ambos y reunirse en el dulce atardecer, disfrutando de los susurrantes frotes del mar y de la desquiciante brisa abrasadora que los cubría, junto al ruido de las gaviotas y los constantes murmullos de las personas que también cenaban cerca.
En aquel pequeño local, en una mesa para dos redonda, se encontraba ambos cuerpo disfrutando de la compañía del otro, esperando la tan deseada pizza de piña y disfrutar de la noche como se debía.
- ¿Cómo va tu carrera de modas? - pregunto ahora más interesado en saber algo de la chica, que gustosa dejo de mirar las suaves olas que creaba el mar y miraba con atención el bonito rostro de su acompañante.
La joven coreana no pudo evitar sentir un pequeño revoltijo en su estómago, sintiendo como todos sus nervios salían a flote y dejaba salir un poco de su aroma a rosas y manzanas.
Le gustaba Min YoonGi, lo hacía desde que lo había conocido hace dos meses.
Pero su lobo no lo aceptaba, no le gustaba.
Ignorando el molesto malestar que estaba en su vientre, sonrió en grande y llevo una de sus manos a la del pálido, acariciando un poco.
- Muy bien, Yoonie. Estoy más que encantada al avanzar con regularidad en mi carrera, ¿A ti cómo te está yendo en eso de la música? - pregunto ahora la chica, notando como el mayor juntaba sus manos y entrelazaban sus dedos, la emoción que sintieron ambos no pudo ser más delicada y bonita.
- Me está yendo de maravilla, pequeña - y se miraron enternecidos por sus propios sentimientos, quedándose minutos en espera mirando al otro como si fueran la joya más hermosa que nunca habían contemplado.
Una pequeña bandeja con siete trozos de pizza de piña se plato frente a sus caras y dejada con delicadeza en la mesa, interrumpiendo la pequeña atmósfera que habían creado el par de jóvenes adultos.
- Aquí está su orden - anuncio una joven Omega, que miraba a la pareja feliz y enternecida - Disfruten de su comida - y dejó el ambiente.
El de piel lechosa no tardó en apaciguar su hambre y tomar entre sus largos dedos huesudos un triángulo pedazo de pizza, que llevo a su boca y disfruto gimiendo de gusto al sentir sus papilas dichoso sabor.
La chica miro atenta los movimientos del chico y no tardó en copiar los movimientos y comer al igual que el.
- Esto está delicioso - susurro cohibida la ojiazul comiendo de apoco mordiscos su rebanada de pizza, el potente Alfa no pudo evitar sonreír de boca cerrada y mirar latente a la Omega.
- Estoy muy feliz de que aceptes mi cortejo, Sora - hablo ahora más calmado el chico acariciando con sus dedos la palma de la mano de la joven, que no tardó en teñir sus mejillas de un fuerte rojo y apartar la mirada del Alfa apenada.
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¿𝑸𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒂 𝒖𝒏 𝑨𝒍𝒇𝒂? (Pausada)
FanfictionKim SeokJin, Park JiMin y Jeon JungKook. Tres estudiantes universitarios muy reconocidos en su sede ante sus talentosos movimientos en la danzas y su apariencia física adorables y sexis. Unos hermosos y talentosos omegas. Porque si, ellos eran omega...