🐾Octavo Omega🐾

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Aromas

- No puede ser tan complicado, Hyung. Solo es cuestión de que sepa y aprenda a ser un buen Alfa - comento tomando entre sus largos dedos la bebida de Uva que había comprado hace unas cuadras el menor. El mayor de cabellos azabaches miro con repelencia a su menor.

- Tú callate y mejor esperemos a NamJoon - habló disgustado mientras se hacía paso entre una de las mesas en ese centro comercial y dejaba descansar su cuerpo el las duras sillas del lugar acompañado de su dongsaeng.

Con cierto repelús se dispuso a mirar su alrededor, notando como el clima hacia de las suyas en pleno septiembre, notando como cada vez todo su entorno era más frió.

Las personas pasaban felices y con una sonrisa plasmada en sus labios, disfrutando de su convivencia y reflejando en sus rostros lo alegres que se hacía saber que pronto el año acabaría.

Era como si estuvieran atentos a recibir el año nuevo con euforia. Casi tratándose como una madre que quería ya tener a su cachorro recién nacido en sus brazos.

- ... A mí no me importa que sea un mal humorado, Hyung. Pero a Sora-Noona le desagradan de sobre manera a las personas amargadas - hablo el de cabellos cenizos y encrespado tomando la última gota de su refresco y ponerlo sobre la mesa, sin darse de cuenta que el mayor no escuchaba ni una palabra que salía de su boca. Solo estaba envuelto en la nada, esperando a su amigo en común.

Rodó los ojos después de jugar indignado y se dispuso a hacer lo mismo que su Hyung.

Personas caminando, Omegas empalagosos con sus Alfas, tiendas llenas de variedad de productos, el ambiente aburrido y monótono.

Todo era taaan aburrido.

- Creo que no conseguí lo que quería mi madre - se escuchó una tercera voz que le llegaba y hablaba directamente a ellos, sacando de su ensoñamiento al mayor y de su etapa de aburrimiento en el menor.

El ahora cabellos rubios miraba a sus amigos con una sonrisa tétrica en sus labios mientras mantenía entre sus manos dos bolsas cargadas de objetos.

- Creo que con eso bastará, Hyung - alentó el menor de los tres sonriendo en grande mostrando su sonrisa cuadrada y levantándose de la mesa en que minutos antes se hallaba.

- Claro, debemos irnos - susurro ahora el de ojos felinos mirando penetrante a sus dos compañeros, que retomaron caminos en cuanto esté se levantó.

- Creo que deberíamos venir más seguido aquí, ¿No creen, chicos? - pregunto está vez el rubio mirando con simpatía a su amigos mientras caminaban cerca de una peluquería.

- Si, Nam-Hyung, considero que deberíamos ve -

A costo de la circunstancias, el cenizo no pudo evitar atropellar sus palabras en los más profundo de su garganta al reconocer el fragante olor a melocotón combinado con frutillas que hizo despertar su adormilado lobo, que no evitó a toda costa removerse en su interior y rasgarle las entrañas emocionado, moviendo su felpuda cola y agitando su lengua. Ante el repentino ataque, los dos mayores no pudieron evitar frenar su caminar y mirar con confusión a su dongsaeng.

- ¿Pasa algo, TaeHyung? - pregunto cuidadosamente el de ojos oscuros y felinos como los de un gato, frunciendo de a poco su nariz de botón. El recién nombrado aspiro el aire en busca de más de aquellas fragancia.

"Omega. Mío. Mío"

Demandaba el lobo del menor mientras sentía que el olor se volvía más abundante y cercano, sin evitarlo, se giró y busco con la mirada a todos partes que se le podía en aquel centro comercial.

¿𝑸𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒂 𝒖𝒏 𝑨𝒍𝒇𝒂? (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora