• Capítulo 36 "Love me" •

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Aburrida. Esa era la palabra que me describía perfectamente, gracias al embarazo Sehun no me permite realizar demasiadas cosas, y cuando él no se encuentra a mi cuidado es turno de mi tía Linn de hacerlo. En dado caso que mi tía tenga cosas por hacer, le pasan el trabajo a Lea quién gustosa acepta cuidarme como una madre lo haría, mis hermanas y en algunas ocasiones mis hermanos vienen a visitarme, prácticamente me siento como una enferma pues son pocas las cosas que de verdad consigo que al menos me dejen hacer a mí. El doctor Lee ya tuvo tiempo de checarme y nos ha dicho que la gestación va muy bien, todo en orden y no hay de que preocuparnos.

Dado que Sehun está en el trabajo y casi se llega la hora de que regrese, Lea es quien está conmigo ahora pues mi tía salió a comprar algo que necesitaba o eso me dijo.

—¿Necesitas algo más, mi niña? — pregunto Lea entrando a la habitación.
—Por ahora no, gracias Lea — agradecí sonriendo. —Oye, Lea...— la llamé pues estaba por irse de nuevo.
—¿si? — se devolvió girando sobre su eje.
—¿Así te sentías cuando estuviste embarazada de Dorian? ¿no te sentías frustrada por no hacer mucho de lo que antes hacías? — pregunté.
—Bueno...— comenzó sentándose en el borde de la cama a un lado mío. —dentro de los primeros meses si es crucial que tengas más precaución ya que en estos meses se corre el riesgo de un aborto por lo que es indispensable que tengas cuidado. Pasados esos meses, ya puedes tener más movibilidad siempre y cuando no dejes de tener cuidado ya que habrá cambios en ti, por ejemplo tus pechos van a crecer en tamaño para su siguiente función que será la de alimentar a tu bebé o los antojos, créeme éstos últimos son durante casi todo el embarazo y a veces son un poco raros —dio una risita recordando su época de embarazada. —Imagínate, yo incluso llegué a pedirle a tu hermano que se bañara tres veces al día —volvió a reírse, esta vez más fuerte. —mi sentido del olfato incrementó y podía oler a larga distancia. Pero fuera de todo eso, el cargar una vida dentro de ti es una sensación que toda mujer anhela, cuando empieces a sentir que se mueve o sus pataditas vas a experimentar algo realmente hermoso, mi niña — acarició mi vientre que para entonces ya era como un pequeño bulto.
—Lo sé, Lea y sé que este bebé alegrará nuestras vidas así como ya lo está haciendo conmigo. Ya quiero que nazca y poder abrazarlo, mimarlo y sobre todo darle todo el cariño que se merece — puse mi mano sobre la de Lea que aún seguía en mi vientre. —¿Te digo una cosa? —Lea volteó a verme como diciéndome que continuará por lo que así lo hice. —Jamás pensé que llegaría a este momento, desde que mi mamá nos trataba mal a mi hermana y a mí no me daban ánimos de algún día ser mamá. Creí que estaría en la profundidad para siempre, hasta que apareció Sehun en mi vida y sentí como si tuviera la oportunidad de salir. ¿Sabes? Sehun encontró la luz en mí que yo no pude encontrar y eso me tiene feliz — para cuando terminé de hablar Lea me miraba atenta, escuchando cada palabra.
—Aww mi niña, te quiero tanto — me abrazo el cual correspondi. —Eres esa hija que nunca tuve y siempre quise, tus hermanas, Dorian y tú son mi adoración como mis hijos. Ay, ya me puse de sentimental — dijo limpiándose unas lágrimas que habían salido.
—Hola, ¿cómo está la embarazada más preciosa del mundo? — Sehun entraba a la habitación con una sonrisa cubriendo su rostro.
—Yo los dejó, tengo que prepararles la comida y enseguida pasar por Dorian donde Aria, adiós mi niña —me dio un beso en la cabeza. —Adiós Sehun, la cuidas mucho ¿eh? — se despidió besando su mejilla.

Sehun asintió cerrando la puerta, cuando menos lo esperé a velocidad vampírica ya lo tenía sentado en el mismo lugar donde estaba Lea anteriormente.

—¿La quieres mucho, verdad? — pregunto tomando mi mano.
—Es como la madre que siempre quise, no quiero decir que mi verdadera madre no haya sido buena —me corregí. —En parte lo fue, pues nos crió a mi hermana y a mí...en un ambiente no tan cariñoso como quisimos pero lo hizo, a su manera pero confío en que muy dentro de ella al menos sintió aunque sea un poco de cariño hacia nosotras —recordé aquellas veces en que todo estaba bien. Jugábamos todos en familia cuando Aria tenía unos cinco años mas o menos.
—Y ella te quiere a ti, amor. — agregó regalándome una sonrisa digna de él. —¿Cómo te sientes? ¿Todo bien? — cuestionó tocando mi vientre. Deberé acostumbrarme a que lo toquen con más frecuencia.
—Me siento bien, un poco cansada pero Lea dijo que era normal sentirse así. También me habló sobre los cambios que tendré tanto fisiológicos como psicológicos — comenté.
—¿Y estás lista para esos cambios? —preguntó curioso.
—Si, pero aquí la pregunta es: ¿tú estás listo para esos cambios? — le devolví la pregunta riendo. Amaba molestarlo.
—Lo estoy ¿y por qué te ríes? — frunció su ceño.
—Cariño, será mejor que te prepares porque se vienen muchas cosas. — acaricié su mejilla. —Entre ellas, cambios de humor un segundo puedo estar feliz y al siguiente estar enojada o triste, antojos repentinos de madrugada, mi sentido del olfato va a incrementar más de lo que ya está, etc. ¿de verdad estás listo? — volví a preguntarle. Su cara me dio risa por lo que no evité el reírme.
—Vaya...si que son muchas cosas — rascó su cabeza. — ¿hay más que deba saber? Digo, para tenerlo en cuenta —río nervioso.
—Bueno, tendré que comprar ropa más holgada pues mi vientre va a crecer y la que tengo no me va a quedar, además de comprar sujetadores más grandes... —me interrumpió.
—¿Mas grandes? ¿qué va a pasar con los que tienes? — pregunto alzando sus cejas pervertidamente.
—Si, grandes. ¿crees que alimentar a un bebé es fácil? Obviamente no, mis pechos van a crecer y serán más sensibles y para que te alegres más, será durante los 9 meses y parte del postparto —agregué sabiendo que se alegraría al saberlo.
—Será algo digno de ver por un buen tiempo —sonrió ampliamente.
—¡Oye! No estés de pervertido —le di un golpe en su brazo.
—¿Qué? — se encogió de hombros. —Es mi instinto de hombre, no puedo negarlo. Se verán de maravilla en ti —agregó bromista.
—¡Yah! — grité cubriendo mi cara con mis manos. —Ve por la comida, ándale que tu hijo o hija y yo tenemos hambre —lo empujé levemente para que se parará.
—Okay okay, ya voy no te alteres, fiera — bromeó. Y cuando estuve a nada de golpearlo salió corriendo lejos de mí.
—¡Tendrás que volver, Sehun y no te salvarás de mí! —grité riendo para que me escuchará.

Always & Forever [Blood Segunda Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora