Karam se acercó a la cama donde Navi estaba tendido y sus ojos buscaron una respuesta en los del médico que negó con la cabeza. El joven acarició los cabellos negros de su amigo. Estaba pálido y su piel fría.
_Navi... - susurró, intentando retener las lágrimas.
_¿Qué ha pasado? - quiso saber Bhaskar, dirigiéndose al médico. - ¿Estaba bien esta mañana?
_Era normal. Todo era normal. Solo puede ser causa del tatuaje,drena demasiada energía.
_¿Hay alguna solución? ¿Algún hechizo?
_He intentado todo lo que estaba en mi mano. He conseguido estabilizarlo pero, ese estado no durará mucho.-respiró hondo antes de continuar. - Deberíamos esperar al señor Yamir para que tome la decisión.
Karam se volvió hacia ellos.
_¿Decisión? ¿Qué decisión?-inquirió a los dos hombres. - ¿De qué habláis?
_La decisión, Karam, es elegir quién de los dos va a morir.-respondió Bhaskar.
Los ojos grises del muchacho mostraron su horror ante aquella frase. ¿Cómo que quien moría? ¿Navi o el bebé? Inconscientemente, tomó la mano de su amigo y negó con la cabeza.
_Van a vivir los dos.
_Karam...
_¡No! ¡No voy a permitir que mateis a su bebé!
_Esa no es una decisión que te corresponda a ti.
_ Seguro que podemos hacer algo. ¡Tenéis magia!
_La magia no es todopoderosa, Karam.
_Entonces ¿para que sirve si no? ¿Para qué?
Notó cómo las lágrimas comenzaban a caer sin control por sus mejillas y la vista se le nublaba. Se refugió contra el cuerpo del muchacho moreno, sollozando hasta que Bhaskar lo sujetó del brazo para sacarlo fuera.
_¡No! ¡Déjame! ¡No voy a ir a ninguna parte! - gritó, asiendo con fuerza las sábanas de la cama de Navi. - ¡Suelta! ¡Bhaskar, suéltame!
Sin embargo, él era demasiado fuerte para que el chico pudiera resistirse mucho tiempo. Gritó el nombre de Navi, sin dejar de patalear, mientras Bhaskar lo llevaba en volandas al exterior. Lo dejó en el suelo y lo arrastró sin delicadeza alguna por los pasillos hasta sus aposentos. Fue allí donde le soltó. Karam chilló de rabia, le golpeó el pecho con los puños, le arrojó todo lo que encontró sobre la mesita de noche y luego, simplemente se detuvo. Clavó sus ojos en los dorados del rey y corrió a refugiarse entre sus brazos, rompiendo a llorar a mares. Notó sus dedos entre su cabello y como lo estrechaba con firmeza contra su pecho.
_No lo entendéis. Navi ama a ese bebé con toda su alma. Si se lo quitáis se morirá igual. Y si él se muere, Bhaskar, yo me muero. - gimoteó, aferrándose con más fuerza a su ropa. - Me muero. Es lo único que tengo. Por favor, te lo suplico.
_Karam, yo...
Se quedó en silencio, cerrando los ojos un instante y suspiró, apoyando la mejilla sobre su cabeza. Podía acudir a un lugar, sin embargo no estaba cien por cien seguro de que aquellos libros contuvieran una solución para Navi y su bebé.
_Está bien. Solo no llores ¿de acuerdo? - susurró, deslizando sus dedos hasta su mentón para hacer que le mirara.-Pero cálmate. No puedes hacerle compañía a Navi chillando como un loco ¿lo comprendes? Es una enfermería.
El rubio asintió, limpiándose las lágrimas con la manga y se puso de puntillas para rozar sus labios en un suave contacto que Bhaskar no desaprovechó. Pegó los labios a los suyos, sintiendo los brazos del muchacho rodear su cuello, correspondiendo a aquel intenso beso. Karam soltó un leve jadeo cuando se separaron. Llevó las manos a su rostro, ocultando sus mejillas completamente sonrojadas y rogó porque Bhaskar no tuviera tan buen oído como para poder oír los latidos de su desbocado corazón. Evitó la mano del rey y se alejó a una buena distancia.

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Slave
General FictionKaram Siddhartha, legítimo heredero del trono de Aryam, da con sus jóvenes huesos en un barco de esclavos tras un ataque en palacio. Su destino: Kumaria, hogar del mercado de esclavos más grande de la tierra conocida y donde acaba en manos del sobe...