Le dejaron cruzar el umbral solo, cosa que le sorprendió. ¿Acaso no pensaban que fuera un peligro para su monarca? El chico se miró la muñecas. No, estaba claro que con las dos manos inutilizadas poco iba a poder hacer sin embargo, tenía piernas. Y era bueno usándolas, ya se lo había demostrado en el mercado. Avanzó por la sala blanca, recorriendo los retratos colgados en la pared y las columnas de dibujo dorado que creaban un pasillo por el centro de la sala. Luego, sus ojos fueron a parar al hombre sentado en aquel trono de madera labrada de color claro.
Según avanzaba, pudo observarle con más claridad. Llevaba una camisa de color rojo, casi granate, a Karam le recordó al color de la sangre cuando mancha la ropa y unos pantalones negros, no como los de él, más ceñidos y unas botas de caña alta del mismo color que sus pantalones. Si Karam hubiera entrado sin saberlo en aquella sala, no diría que aquel era el rey.
_Detente.
Su voz era profunda, con un tono que demandaba obediencia y que al chico lo hizo detenerse de golpe mientras un escalofrío le subía por la columna. Y más cuando había hablado a Karam en su idioma natal, y no el de su pueblo.
Él bajó las pequeñas escalerillas que separaban el trono del resto del salón y se acercó con paso resuelto al muchacho. Oh, joder... Vale, debía reconocer que el cabrón era atractivo. Sus rasgos estaban bastante marcados, no hasta resultar desagradables y por el pedazo de pecho musculoso que asomaba por el cuello de la camisa cada vez que se movía, podía deducir como sería el resto. Se sacudió suavemente su cabello negro y ligeramente rizado que caía en bucle sobre sus hombros antes de clavar sus ojos dorados en los grises de Karam.
_Mi nombre es...
_No te he dado permiso para hablar.
_Pero...
El más joven intentó hacer de tripas, corazón y respiró hondo cuando él empezó a observarle con interés, dando vueltas a su alrededor.
_Karam Siddhartha. Soy el... el heredero de... la corona de Aryam.
Silencio. Sólo se oían los tacones de sus botas contras las blancas baldosas.
_Mi... mi tío... Estará buscándome. Te pagará lo que quieras si me devuelves. Kumaria y Aryam nunca han sido pueblos enfrentados,no tenemos porqué empezar ahora...
_¿Qué entiendes por no tienes permiso para hablar? Además, si eso que dices es cierto ¿por qué habría de pagar tu tío por un esclavo?
_¡Porque soy el heredero y me quiere!
Aquella sonrisa torcida no le dio demasiadas esperanzas de que fuera a escucharle.
_¿No te has dado cuenta todavía...? Ahora eres un esclavo, no un futuro rey o un heredero. Sólo un esclavo al que compré en el mercado.
Su susurro contra su oreja le dejó helado. No pudo pronunciar palabra alguna, ni cuando él lo tomó del mentón y rozó sus labios con el pulgar sin dejar de sonreír. No podía dejar que le ganara,no. No iba a permitir que aquel tipo se riera de él.
_Mi nombre.
_Ya lo has dicho.
_Soy.
_Un esclavo.
_No es verdad.
_Lo eres. Cuanto antes empieces a asimilarlo, mejor.
Cuerpo fuerte, labios dulces y aquellos ojos de gris tormenta que, a pesar de que estaba aterrado, le observaban como si fuera capaz de desatar un huracán en cualquier momento . Debía reconocer que había sido un simple arrebato, en cuanto le vio decidió que debía ser suyo y Bhaskar no podía estar más satisfecho con su compra.

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Slave
Fiksi UmumKaram Siddhartha, legítimo heredero del trono de Aryam, da con sus jóvenes huesos en un barco de esclavos tras un ataque en palacio. Su destino: Kumaria, hogar del mercado de esclavos más grande de la tierra conocida y donde acaba en manos del sobe...