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Capítulo seis:
"Confesiones"

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Entro al auto sin mediar palabra alguna, Chan me mira curioso pero no dice nada, después de todo nunca hemos sido realmente cercanos.

— ¿A dónde vamos? — pregunto al notar que no vamos en dirección a nuestra casa.

— Quiero que me acompañes a un lugar. — su vista en ningún momento se dirige hacia a mí, está totalmente concentrado en el camino, bufo y saco mis auriculares para oír música mientras vamos a quién sabe dónde.

Llegamos a un edificio un poco alto, él apaga el motor del auto y se baja. Miro curiosa todo el lugar, ¿a dónde me trajo?.

Entramos, la entrada es muy limpia y hay muchas plantas, también hay una pared completa de espejos y una fuente, al acercarme me sorprendo de ver algunos peces ahí, mi hermano pasa por delante de mí y llega hasta los ascensores, él saca unas llaves y con una llave magnética logra llamar el ascensor. Le veo sorprendida.

— ¿Pero qué...? — muchas preguntas rondan mi cabeza, ¿dónde estamos?, ¿porque estamos aquí?, ¿porqué quería que viniera con él a éste lugar? ¿qué sucede?.

Él me dedica una sonrisa antes de marcar el número 9 en el ascensor. Al estar en el piso el mantiene pulsado el botón para mantener las puertas del ascensor abiertas y me invita a salir primero, él rápidamente camina frente a mí y me guía por el pasillo, está muy bien decorado todo, caminamos hasta llegar al apartamento 9-17, él saca las llaves nuevamente y abre la puerta, me invita a adentrarme.

— Chan, ¿qué es éste lugar?. — pregunto mirando minuciosamente todo.

— Es mi apartamento. — mis ojos casi se salen de sus órbitas y por poco mi mandíbula toca el piso.

— ¿Papá te dió el dinero? — él niega con la cabeza y una sonrisa divertida comienza a formarse en sus labios, él se quita el abrigo y lo cuelga en el perchero.

— Siéntate, necesito hablarte de ésto.

Hago caso sin rechistar y él toma una gran bocanada de aire, veo como muerde su labio inferior y se pasa la mano por el cabello, demostrando así que se encuentra nervioso.

— ¿Por qué de repente? — la pregunta se escapa de mis labios antes de siquiera pensarlo y él me mira.

— Verás y-yo... — el nerviosismo es bastante notorio en él pero le aliento a seguir hablando. Él suspira. — hace un par de meses vendí un par de... cosas, estuve reuniendo todo el dinero posible para ésto y sé que me apoyarás. — dice y mi ceño se frunce, no entiendo mucho de lo que dice pero aún así termino asintiendo.

— ¿Quieres independizarte? — él asiente. — no veo nada de malo en ello y seguro mis padres tampoco lo verán mal. — digo y él aparta la mirada. — ¿o sí? — trato de buscar su mirada pero él continúa apartándola, algo esconde, estoy segura.

— La cuestión es que sé que me echarán de casa en cuanto sepan la verdad, por eso he hecho todo lo posible por conseguir un lugar. Aunque éste apartamento no es completamente mío, lo estoy compartiendo con alguien más.

No entiendo. ¿Enterarse de la verdad? ¿a qué se refiere exactamente?, ¿acaso vendió cosas de nuestros padres sin que lo notaran?, ¿hizo algo malo?, ¿qué tan grave tendría que ser como para que mis padres le echen de casa?

— Déjate de tanto misterio y dilo ya. — suelto, impaciente.

— Nunca cambias. — ríe. — bien, te cuento ésto porque sé que eres la única de nuestra familia que me entenderá. — asiento y le animo a continuar. — hace un tiempo comencé a estudiar música, finalmente dejé mi carrera, no quiero ser un aburrido abogado —resopla—, quiero componer música.

Sorpresa. Es todo lo que mi rostro refleja, siempre creí que su sueño era ser un gran abogado, convertirse en juez luego o quién sabe qué otro cargo asociado con esos, nunca me habría imaginado que su pasión no era aquello si no la música, ¿desde cuando?.

— Creí que era eso lo que querías. — respondo sinceramente y él bufa.

— No, jamás lo quise, acepté estudiar aquello porque realmente no tenía idea de qué hacer con mi vida.

Definitivamente aquella respuesta no era lo que me esperaba, siempre había visto a Chris como alguien sumamente centrado en sus estudios, en su futuro, en lo que quería lograr pero aquí, con él confesando todo aquello me doy cuenta que nada es lo que parece.

— ¿Hace cuánto dejaste la carrera? — no tardo en preguntar, ahora que él está siendo completamente sincero conmigo debo aprovechar de preguntar.

— Hace unos meses, pero estudio música hace un par de años, a escondidas de nuestros padres, por supuesto. —aclara.

— Y exactamente... ¿qué vendiste? — trato de ser cuidadosa al preguntar, la curiosidad me gana y si realmente quiero saber debo tener cuidado.

Él muerde su labio inferior, si le dieran un won por cada vez que hace eso sería millonario.

— Yo... — suspira, está pensando en cómo decirlo. — ya estamos en éste punto así que te lo diré. No, mejor te lo muestro.

Lo veo confundida, él se dirige hacia una habitación, mi mirada lo sigue hasta que él sale con un cuaderno entre manos, al estar frente a mí, me lo tiende, dudoso.

Escudriño el cuaderno, mis ojos viajan hasta la página que él me muestra y veo letras, las leo y me sorprendo al notar que son canciones, escritas por él.

— Tú... — veo más detalladamente las demás páginas y mis ojos se abren de la sorpresa alcomprender de qué trata. — ¡vendiste las letras!, ¡escritas por tí!, oh por dios... ¡mi hermano es un artista!. — él me sonríe enternecido y algo avergonzado.

— Las vendo bajo el nombre CB97.

— ¡Eso es genial!

— Nunca te había visto tan emocionada. — dice y algo de vergüenza llega hasta a mí, siento mis mejillas encenderse. — pero bueno, nunca hemos sido realmente cercanos ¿no?. — suelta una risita y yo paso saliva.

— No, por eso me sorprende que me muestres y confieses todo ésto, ¿a que quieres llegar? — recupero mi compostura y trato de ocultar mi repentina emoción y alegría.

Él suspira, — Eres mi hermana, Steph, siempre quise acercarme a tí, me hace sentir tan malditamente mal cada vez que mi madre te trata así, como si no valieras nada, comparándote con Jacob o conmigo, haciéndote sentir inferior en lugar de darte el cariño de una madre, de darte apoyo a pesar de tus decisiones o de ayudarte siempre que lo necesites. — suelta sincero y mi corazón se estruja ante eso. — te amo aunque no te lo diga, aunque no lo creas siempre te he protegido, y siempre lo haré, eres mi hermanita menor, Stephanie, y te apoyaré en todo lo que quieras lograr, ¿está bien? — a éste punto ya unas cuantas lágrimas se acumulan en mis ojos, él rápidamente me envuelve con sus brazos en un repentino y cálido abrazo. — no llores, me harás llorar también.

Y con eso una risa escapa de mis labios, él ríe también. Nunca creí que ésto pasaría, pero de alguna manera me hace sentir bien, saber que alguien de mi familia estará para mí a pesar de todo me llena de una satisfacción inexplicable.

Y acercarme, aunque sea un poco, a mi hermano, es algo que hasta ahora no sabía que necesitaba o que me haría sentir tan bien.

fallin' all in you; hwang hyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora