fallin' all in you; hwang hyunjin

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Capítulo treinta y cinco:

"El refugio de un corazón cansado"

—¡No!

El grito de Yeji me hace sobresaltar, pero me calmo al instante que veo que estalla en risas junto a Ryujin.

—¡Te juro que sí! ¡Yo misma lo ví!

Nos reunimos, decidieron invitarme al apartamento que comparten y así hacer una pijamada, solo las tres. Ahora estábamos pintando nuestras uñas mientras cotilleamos un poco.

—No puedo creerlo...

Hace un rato que me perdí en la conversación, pues hablaban de un acontecimiento de una fiesta a la que habían ido juntas hace poco, así que yo no estaba muy al corriente de lo que decían.

—¿Y tú, Steph? ¿te nos unes a nuestra siguiente fiesta? —inquiere Ryujin, con una sonrisa ladina en labios. Yo arrugo la nariz un poco.

—La verdad es que ese tipo de ambientes no me van...

—¿Has ido a alguna antes? —pregunta y podría ser con mala intención pero realmente parece curiosa por saberlo, no veo malicia alguna en su mirada.

—Realmente no.

—¡Ya ves! Seguro ni sabes si te gustan, ven con nosotras la próxima vez, tal vez te agrade el ambiente.

—Me lo pensaré.

—Hablando de fiestas... se acerca la fiesta de graduación, ¿mi hermano ya te invitó? —pregunta la más alta de las tres, puedo observar como sonríe con cierta picardía.

—Aún no...

—Seguro no tarda en hacerlo, debe estar organizando alguna cita para luego preguntarlo, le gusta mucho esas cursilerías. —la veo rodar los ojos antes de sonreír ampliamente hacia a mí—. Seguro finalmente te pida ser su novia.

Comienzo a toser, ahogándome de forma repentina con mi propia saliva.

Cómo los pendejos, diría Minho.

Siento los colores subir a mis mejillas e incluso mis manos tiemblan ligeramente ante el nerviosismo. Me pongo creativa, imaginando el escenario completo: él y yo bailando, bajo luces de colores, con música de fondo, él vestido de saco y pantalones de vestir, mientras yo llevo un lindo vestido. Nuestra cercanía, la complicidad en nuestras sonrisas y el susurro de la ansiada pregunta "¿quieres ser mi novia?", yo lanzándome a sus brazos para besarlo...

—¿En qué estás pensando, pequeña pervertida? —sonríe Ryujin, sacándome de mi repentina ensoñación y logrando que me sonroje con aún más fuerza que antes.

—¡Nada!

Yeji y Ryujin se ríen de manera escandalosa ante mi chillido.

—Ya. —Ryujin sonríe ladina, parece divertirse con mis respuestas y mis reacciones, o tal vez, es parte de su personalidad el parecer tan burlesca—. De todas formas, no debes esperar a que él lo haga, siempre puedes lanzarte tú y pedirle ser novios.

Trago saliva.

—¿Y si... me rechaza? —pregunto con cierto temor.

—¿Bromeas? ¡si se le nota lo mucho que le gustas!

Y no evito sonreír como una tonta. Recuerdo la vez que le confesé mis sentimientos, pensaba que no me correspondería pero no fue así. Tuvimos nuestra primera cita y fue tan mágico... No puedo imaginarlo rechazándome en un futuro, pero... la inseguridad está ahí.