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Capítulo cuatro:
"Dolor y vergüenza"

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Durante la cena me mantuve callada para evitar soltar comentarios hirientes o de mal gusto —como suele decir mi madre—, Christopher por otro lado estuvo muy hablador, siendo bastante divertido y agradable -todo lo contrario a mí, claro está-, yo sólo me limitaba a responder preguntas que mi hermano mayor hacía.

Durante la cena sólo hablamos inglés —debido a que la novia de Jacob no tenía conocimiento del coreano y mi hermano sólo habla lo básico—, era una costumbre para mí hablarlo, desde hace seis años aproximadamente que llegamos a Corea, en casa mamá y papá nos obligan a hablar sólo inglés para no olvidarnos, ya fuera de ésta sí hablamos coreano.

Sin embargo, Jacob —mi hermano mayor— al no venirse a vivir con nosotros a Corea por terminar sus estudios, no habla coreano así que la sorpresa fue grande cuando nos comentó que él junto a su novia se vendrían a vivir a Seúl.

Se quedarían un tiempo en casa mientras conseguían algún apartamento que rentar. Tiempo indefinido en el que debía comportarme adecuadamente —ésto según mi madre—.

Con una advertencia de mí madre me dirijo a la habitación que compartirían de ahora en adelante Katherine —la novia de mi hermano— y Jacob, éste último se ha quedado abajo ayudando a recoger la mesa, mientras Katherine me seguía con maletas en mano hasta la habitación. Luego de indicarle cual era y darme vuelta para ingresar a la mía, ella me llama.

— ¿Podrías ayudarme con las cosas? — pregunta y yo asiento ingresando a la habitación para ayudarle a desempacar. — ¿Siempre eres tan callada? — pregunta al cabo de unos minutos de silencio.

— Un poco.

Has estado callada durante toda la cena. — comenta y comienzo a incomodarme.

— No quiero sonar grosera pero ¿podríamos hablar de otra cosa? — digo con cuidado y ella asiente.

— Lo siento — se disculpa — no quería sonar como una entrometida, es sólo que...

Entonces no lo hagas. — la interrumpo sin pensar muy bien en lo que digo, ella me mira sorprendida.

Mierda.

Unos sutiles toques en la puerta hace que ambas desviemos nuestra atención hacia ésta.

— Steph. — la voz de Chan suena tras ella y, como si tuviera un resorte en el culo, me levanto de la silla en la que me encontraba sentada para dirigirme a abrir la puerta. — mamá quiere hablar contigo. — me habla en coreano e inmediatamente aprieto los ojos, seguro me va a regañar.

Asintiendo salgo de la habitación y comienzo a dirigirme a la sala a paso lento. Mi madre al verme me hace señas para que la siga y se dirige hacia la cocina, conmigo detrás.

— Me hablaron del colegio. — comienza a decir. — ya me contaron del proyecto que tienen, espero no hayas faltado. — trago saliva al oírla, su semblante se encuentra completamente serio. — debes comenzar a tomarte tus estudios en serio, Stephanie. — y aquí vamos. — mira a Jacob, está graduado y con honores. — comienza a limpiar los mesones y yo bajo la cabeza, intentando ocultar las lágrimas que amenazan con salir. — Christopher va por el mismo camino, el año que viene se gradúa, sus notas son excelentes, dime ¿cuando te tomarás en serio las clases? ¿no te dan vergüenza las notas mediocres que sacas? —trago saliva— ni inscribiéndote en el mejor instituto de Corea logras ser un orgullo para mí. — sus palabras son crueles, como siempre suelen serlo.

Detesto que me compare con mis hermanos mayores, lo sabe y aún así cada vez que quiere lo hace.

— Lamento no ser esa hija perfecta que quieres que sea. — a pesar que intento ocultarlo mi voz sale en un hilo, las lágrimas están a punto de salir.

— Aveces dudo que seas mi hija. — y sin más las lágrimas salen, no intento detenerlas ni ocultarlas. — ni siquiera te comportas como una chica, dime ¿también eres lesbiana? es lo único que falta. — una molestia se aloja en mi pecho.

Sí, no soy muy femenina que digamos, no suelo usar maquillaje y jamás me ha gustado tener el cabello largo, prefiero vestir ropas un poco más grandes de mi talla u holgada, los zapatos me resultan mucho más cómodos que los tacones o incluso las sandalias pero, ¿qué tiene que ver eso con mi preferencia sexual?.

— ¿Y qué si lo soy? — me atrevo a responderle, sin medir lo que digo o el tono de voz que he usado. Siento un ardor en mi mejilla, su mano se ha estrellado contra ésta, logrando que mi cabeza quedara completamente ladeada.

— A mí no me contestas y mucho menos en ese tono. — al instante veo a Christopher cruzar el umbral de la puerta completamente alarmado y al verme llorando intenta acercarse a mí, yo le paso por un lado, chocando su hombro con el mío.

Al llegar a mí habitación cierro de portazo y le pongo el pestillo a la puerta, al instante escucho unos leves toques en ésta y sin preguntar quién es contesto; —vete.

Quien sea que estuviese tras la puerta no insiste y me sumerjo en la completa oscuridad y silencio que mi habitación me proporciona, cubriéndome con las cobijas de pies a cabeza y soltando las lágrimas hasta quedar completamente dormida.

 

Ya estábamos a viernes, las tutorías procedían como unas clases normales, en casa llegaba solo a encerrarme, hablaba sólo cuando me preguntaban cosas y así

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Ya estábamos a viernes, las tutorías procedían como unas clases normales, en casa llegaba solo a encerrarme, hablaba sólo cuando me preguntaban cosas y así. Había sido todo muy monótono y aburrido.

Ésta mañana Chan se ofreció a traerme al colegio, me habría negado de no ser porque llegaba tarde.

— Vendré a recogerte también. — es lo último que dice antes de acelerar el auto.

Acomodo mejor mi mochila al hombro y comienzo a caminar, algunas chicas me miran extrañadas, incluso algunas susurran en cuanto pasó por su lado.

— ¿Qué tanto me ven? — les grito, el grupo que susurraba se asusta y salen disparadas pero unas tres chicas se me acercan.

— ¿Es tu novio? — pregunta una de ellas, la veo con una mueca en la cara, las otras dos se colocan a su lado.

— ¿A ti qué te importa? — digo cortante y me doy vuelta para irme pero una de ellas detiene mi paso cuando me toma del brazo.

— ¿Chan es tu novio? — miro la mano que me sostiene y tiro de ésta bruscamente halando a la chica, ésta termina frente a mí y noto que es la que sigue a Félix a todos lados.

— Deja de ser tan metiche y búscate una vida, ridícula. — escupo las palabras cruelmente en su cara y sin más entro a la institución a paso decidido, oigo que me llaman a mis espaldas pero las ignoro.

Siento que me toman del brazo nuevamente y sin pensarlo dos veces lanzo un golpe directo a su cara, con lo que no contaba era que en lugar de ser una de esas chicas fastidiosas era Hyunjin quien se encontraba sosteniendo mi brazo, para cuando me doy cuenta mi puño ya se ha chocado contra su mejilla y él se soba esa parte del rostro.

Ay dios, qué vergüenza.

fallin' all in you; hwang hyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora