fallin' all in you; hwang hyunjin

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Capítulo veintiséis:
"Dos corazones, un sentimiento"

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Chan abre sus ojos a tope.

—¿¡Cómo dices!? —pregunta alarmado, luego pregunta con un poco más de cautela:— ¿Estás completamente segura de ello?.

Asiento, pues realmente estoy segura de eso, aunque también me pone nerviosa el pensarlo.

¿Por qué? Simple, para poder comenzar a soltar debo aceptar que lo nuestro no puede ser, me confesaré pues no quiero quedarme con esos sentimientos dentro, voy a entregárselos y así podré comenzar a soltar lo que fue mi primer amor.

—Vaya... mi hermanita va a confesarse por primera vez... —murmura con una sonrisa y es inevitable el sonrojarme ante eso—. Eres muy valiente, Steph —le miro con curiosidad—. No todos son capaces de hacerlo. —estira sus piernas y luego entrelaza sus manos por sobre su abdomen para ver al techo con una leve sonrisa.

—¿La canción de antes... —muerdo mi labio con indecisión, preguntándome si es correcto o no el preguntarle, él me dedica una mirada por el rabillo del ojo. —...la escribiste por papá?

Es entonces que su sonrisa flaquea y traga saliva antes de responder.

—Desde antes de ese día... —comienza a hablar luego de un par de minutos de silencio, su garganta parece arder pues carraspea antes de continuar—. Papá rompió nuestra promesa mucho antes de irse.

Su voz suena rota, realmente dolida.

—¿Y qu-qué promesa era esa? —pregunto con cautela, con el miedo a ser imprudente, de alguna forma.

—Él prometió que no nos abandonaría, nunca.

Silencio, esa es la respuesta tras su revelación. Trago saliva, sintiendo algo de tensión en el aire, él suspira antes de volver a hablar.

—Aún así, lo hizo, incluso antes de morir. —su voz sale en un hilo y yo uno mis labios en una fina línea—. ¿Cuantas veces te defendió de mamá, Steph?.

Fueron muy pocas, realmente, incluso creo que la última vez fue hace mucho tiempo. Él prefería no interferir cuando mamá se molestaba conmigo, al menos que el castigo fuera realmente grave, pero por lo general no hacía nada.

Chan llama mi atención al soltar una risa sarcástica: —Ni siquiera puedes responder a eso, sabes que tengo razón. A mí, en cambio, me abandonó al dejarme ir de casa sin siquiera dar su opinión al respecto, sólo dejando que mamá tomara las riendas de la situación, como siempre.

Quema, el oírlo hablar de ésta forma, como si estuviese resentido, no hace más que llevarme a preguntar ¿él siempre se sintió así? aún cuando su relación parecía ser buena con papá, parece que ahora solo puede dar a relucir su impotencia.

—¿A-acaso no estás triste por la muerte de papá? —pregunto, sin entender del todo cómo se siente realmente.

—¿Qué? Claro que lo estoy, pero llorar frente a mí hermana menor no me hace genial ¿sabes? —intenta contagiarme su sonrisa, lo cual logra por poco.

—Tonto, te he visto llorar más veces que a un bebé recién nacido. —bromeo un poco y él chasquea la lengua, aún así no deja de sonreír.

—Estoy bien, Steph, no tienes de qué preocuparte. —su sonrisa parece ser sincera, pero ésta no llega completamente a sus ojos.