Capítulo 8: Enfermedad.

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Después de aquel día en que la voz de John fue revelada ante Thel, ambos comenzarían a verse más seguido. John iría a ver a Thel en la cafetería, pues ya no solo lo haría por su café favorito, sino que también iría a verlo. Mientras tanto, Thel iría al hogar de John para hablar, o recogerlo en caso de citas o paseos. Todos los momentos que esperaban compartir de risa y diversión eran maravillosos.

Al segundo día de lo sucedido en el karaoke decidieron salir a caminar, pero sin que lo supieran terminaron llegando al parque. Por lo que decidieron entrar, y ya dentro de este, comenzaron a avanzar por el sendero principal. Mientras lo hacían continuaron hablando entre ellos, al hacerlo, las risas no dejaron de salir a flote por parte de ambos.

Pero sin que se dieran cuenta, terminaron llegando al mismo árbol donde se habían refugiado del sol aquella vez. Al observarlo, ninguno de los dos dudó y fueron a este. El primero en sentarse fue el mayor.

—John, ¿te gusta este lugar? —cuestionó el mayor.

—Sí. Es muy pacífico. —respondió tomando asiento a su lado.

—Es cierto. Es pacífico. —sonrió. —; ¿Cómo te sientes ahora, John? —cuestionó.

—¿Ahora? ¿Qué quieres decir? —cuestionó de regreso.

—Ahora que somos pareja, ahora que nos hemos acercado más. Puede que no sea mucho tiempo, pero ahora somos más cercanos que antes. ¿No lo crees? —cuestionó. —; Así que, ¿cómo te sientes aquí, ahora? —sonrió.

—Bueno... No lo sé. —respondió. 

—¿En serio? —cuestionó de nuevo.

—Sí... Lo que quiero decir es que, no sé que decir. —respondió aclarando. —; Sé que me siento bien, pero también hay algo más, pero no sé como decirlo... Quizás... —se detuvo.

—¿Quizás? ¿Qué sucede? —cuestionó mientras observaba al contrario con una expresión que denotaba preocupación.

—... Quizás..., ¿este es... un amor demasiado... bueno para mí? —respondió cuestionándose.

Ante eso, el mayor colocó sus manos en los hombros del contrario, esto ocasionó que este volteara a observarlo, y al suceder eso, el mayor procedió a hablar.

—John, quítate esa idea de la mente. —dijo mirándolo a los ojos.

—Pero... ¿Y si es verdad? —cuestionó. 

—¿Por qué sería eso verdad? —cuestionó confundido.

—Porque no soy como tú. —respondió. —; No me crié en la misma parte de la ciudad que tú, no soy tan culto o educado como tú, no provengo de una familia como la tuya... ¿Me equivoco en eso?... En serio, ¿estoy a la altura del amor que me das? ¿Debería esforzarme más? —cuestionó algo agitado.

—Sí, estás a la altura. Y de sobra. —respondió haciendo que el menor se calmara un poco.

—¿Cómo lo sabes? —respondió con otra pregunta.

—Quizás lo que dices sea cierto, o muy probablemente no. Pero tus sentimientos no se quedaron detrás de los míos. Eso es todo lo que importa. —respondió sonriendo. —; Quizás creas que eres un chico común y corriente. Pero para mí no lo eres. Eres especial. Al igual que yo, eres alguien que ha pasado por tanto en busca de afecto verdadero. Eres una buena persona que no merecía pasar por tanto. —respondió. —; Y yo, te daré todo el afecto y amor que necesites y quieras. —respondió con una sonrisa cálida y sincera.

El menor al escuchar esto no sabía que hacer, estaba totalmente inmóvil. Pero a los pocos segundos reaccionó, y lo hizo comenzando a soltar algunas lágrimas de felicidad. Ante esto, el mayor lo abrazó dejando que las derramase de manera tranquila. 

Lazos Ancestrales | Halo Gay (Yaoi) | Arbiter X Master chiefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora