.Tini ,¿no tienes frío? - Le preguntó Mechi arqueando una ceja. Ella se miró de arriba a abajo. Había escogido unos jeans negros y una camiseta de manga larga en color celeste. Llevaba una chaqueta negra que hacía juego con los pantalones pero la tenía doblada en el banco.
-No, estoy bien. Aún conservo el calor del bochorno.
-¿Todavía sigues con eso? Ya han pasado cuatro días.La miró y los colores volvieron a saltársele.
-Tú no fuiste la que salió del despacho del profesor Dominguez en brazos inconsciente.
-¡Fue digno de un cuento! - Exclamó poniendo los ojos en blanco y suspirando. - Llevábamos tiempo preguntándonos por qué tardabas tanto cuando el profesor solo concede unos diez minutos por alumno, y de repente la puerta se abre y aparece contigo en brazos.
-¡No me lo recuerdes, no me lo recuerdes! - Gritó tapándose los oídos. - No me enteré de nada pero soy el hazmerreír de la clase.
-El profesor nos dijo que te desmayaste de la presión. Y tardasteis treinta minutos en salir. Ya pensábamos que te lo estabas tirando. - Le dijo riendo.Martina agachó más la cabeza sintiendo cómo el rubor cubría su cara. No se lo había tirado, pero el profesor le dio el mejor orgasmo de su vida y, si hubiera seguido consciente, estaba segura de que no sería el único de esa tarde.
-Anda, relájate. Ya verás como se acaban olvidando. - Animó pasándole un vaso con alguna bebida.
Ella lo bebió hasta la mitad antes de fijarse en los demás. Estaban en la calle en la fiesta de nochebuena que su clase había organizado y casi todos estaban allí. Era cerca de medianoche y algunos parecían haberse pasado con el alcohol. Hacía bastante frío y llevaban chaquetones y chaquetas puestos. Mechi se sentó a su lado en el banco.
-¿Y bien?
-¿Y bien qué?
-¿Qué le vas a pedir a Papá Noel?
-Como si hiciera realidad los deseos... - Masculló.
-¡Vamos, Tini, no seas aguafiestas! - Gritaron unos cuantos que las estaban oyendo.
-Ok,ok. ¿Quieres saberlo? - Mercedes asintió igual que los demás. Martina se acercó a ella y le susurró al oído. - Quiero al profesor Diego DominguezMercedes se echó a reír a carcajadas.
-¡Ya te dije lo que tienes que hacer! - Exclamó entre risas.
-¡Hey, hey, comparte con los demás! - Gritó un chico. Se acercaba a ellas algo tambaleante y la forma de hablar les indicaba que estaba borracho. - ¿Cuál es el regalo que quiere Martina , Mechi?
-¿Por qué no dejas ya de beber Jorge?
-¡Vete a la mierda Mercedes! ¡Tini, vamos suéltalo!
-No te lo diría ni aunque fueras el único en la Tierra.
-Eso duele Martina.- Replicó echándose la mano al corazón solo que tenía un vaso grande lleno de alcohol y se echó un poco en su ropa.
-Martina ,vámonos.
-Si, es lo mejor. Jorge, como tu novia te vea así te echa a la calle otra vez.
-Vamos Martina.- Le dijo agarrándola de la muñeca. - Suelta lo que quieres por Navidad. Seguro que aquí alguno podrá conseguirlo.Martina miró la mano de él y trató de soltarse sin resultado.
-Suéltame Jorge.
-Ya se, seguro que has pedido alguna fantasía sexual. Dime, ¿te gustaría hacerlo con varios? ¿Y en público?
-Jorge estás borracho. Y si no quieres acabar con un ojo morado yo que tú me soltaba.Jorge se echó a reír y apretó más fuerte su agarre.
-A lo mejor necesitas más alcohol para desatarte. - Dijo al tiempo que le echaba encima el vaso lleno de alcohol empapándole todo el pelo y la camiseta.
Martina se quedó paralizada sin saber qué hacer. La ropa estaba empapada y comenzaba a tener frío.
-¡Vaya! Ropa interior de color azul, y encima muy coqueta... - Murmuró él sin contener sus manos para tocarla.
