Vecinos [Joker x Lectora]

6. La tormenta antes de la tormenta

Ya era muy tarde. A estas horas, la mitad de los habitantes de Gotham debían estar durmiendo en sus camas, y la otra mitad repletando la infinidad de bares y clubes nocturnos que perforaban la noche con sus miles de minúsculas luces. A pesar de ello, no tenías ni una pizca de sueño: Trasnocharte el día anterior para terminar un informe, y luego recuperarte durmiendo una siesta que duró toda la tarde te había dejado el reloj biológico bastante alterado.

Justo hoy, por alguna extraña casualidad del destino, te encontrabas completamente sola en tu apartamento. Sandy por fin había encontrado una chica que le gustara lo suficiente para tener una cita con ella, e Isaac iba en un autobús rumbo a su pueblo natal para visitar a sus padres.

Siendo honesta contigo misma, te sentías algo sola. Ya habías ido a tocar la puerta de Arthur un par de veces, pero la única que contestó fue su madre. Y no era que ella te cayera mal, pero te trasmitía una sensación de temor e incomodidad demasiado real e imposible de describir.

De pronto, tomándote completamente por sorpresa, escuchaste tres fuertes golpes contra la puerta de tu apartamento.

- ¿¡Quién es!?- Preguntaste, levantándote del sillón para ir a recibir a quien estuviera allá afuera- ¡Ya voy!

Presurosa, retiraste todos los pestillos y cadenas de la puerta para poder abrir y descubrir por fin quién era esa persona que había ido a visitarte tan tarde.

Era Arthur.

Sin duda, venía recién regresando del trabajo: Aún llevaba sus ropas de payaso y el rostro completamente maquillado, con la pintura corrida en algunos lugares. Era posible que se hubiera visto obligado a trabajar horas extra y por eso regresara tan tarde, pero pronto notaste algo que te extrañó por sobre todo lo demás: Parecía totalmente consumido, como si acabara de correr una maratón desde donde sea que hubiera estado hasta tu puerta.

- Hola Arthur -Lo saludaste con extrañeza, examinando su rostro- ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?

Él no dijo nada. Sólo permaneció en un silencio sepulcral, que se te hizo demasiado agobiante.

- ¿Necesitas pasar? - Le ofreciste con la voz temblorosa. Había algo en sus ojos que no podía transmitirte confianza. Casi te sentías como una pequeña presa hipnotizada por los ojos de una serpiente.

Él continuó observándote en silencio, asintiendo levemente con la cabeza por toda respuesta.

Con el corazón atrofiado por el temor, suplicando para que su actitud no fuera el resultado de una quebradura de mente irreversible, retrocediste un paso hacia el interior de tu apartamento.

Él avanzó un paso.

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Notas al margen:

¡YA EMPEZÓ LA RUMBA!

Ahora gente, me voy a demorar un poco más en subir el siguiente capítulo. Como ya habrán notado, será un lemon. Me quiero tomar mi tiempo para que quede bieen bueno