La incomodidad y tú [Tyrus]

VIII

—Entonces si ella es tu novia…¿Soy tu amante?

Miró de reojo a Iris, quien ignoraba su presencia sin querer realmente, ya que la conversación que tenía con Olivia, la novia de Jonah la mantenía muy ocupada dado que parecía haberle agarrado gusto al lenguaje de señas que le había enseñado su aún novio.

Cyrus rodó los ojos, ese chico se estaba volviendo un problema, vamos quizás a veces se dejaba tocar y besar por él, pero esto no quería decir que estaban en una relación, menos en una clandestina.

Y es que desde que se habían conocido habían pasado varios meses ya, y desde entonces no muchas cosas habían cambiado, a menos no muchas cosas que el hijo de los psicólogos pudiera notar, pues aún seguía en su perfecto mundo en donde nunca había conocido a cierto chico de ojos verdes, y donde este nunca lo había hecho dudar de su sexualidad aunque la realidad era otra, tan así que Buffy, la mejor amiga de Cyrus  a duras penas la aceptaba, Andi también, Marty de igual manera, Wallker también, e incluso Jonah e Iris la aceptaban, todos parecían ser consciente de esta nueva realidad, bueno todos, excepto el mismo Cyrus Goodman claro.

Camino a paso firme hasta su novia quien reía ante las bromas que Olivia le contaba que le hacía al siempre distraído Jonah Beck, pero al ver como la mirada de la rubia se dirigía al frente, levantó la vista y observó a su novio dirigirse hasta ella, acompañado como siempre de Kippen, lo cual se había vuelto tan normal.

Le sonrió a ambos chicos, y acomodó un cabello rebelde que le estorbaba, detrás de su oreja, entonces Cyrus le pidió que no olvidará que habían quedado de ir al cine al salir del colegio, y cuando la pelinegra le pidió a TJ que saliera antes del entrenamiento de su equipo de básquet para no llegar tarde a la función de la película que querían ver, se desconcerto tanto, ¿El odioso de Kippen iría? Iris debió al menos preguntarle si estaba de acuerdo como mínimo.

Más tarde en la sala de cine, cuando pensó que su novia se iba a sentar a su lado, como debería ser, esta le cedió su lugar a TJ como si fuera lo más normal del mundo, y cuando estuvo a punto a protestar la película inició y las luces de la sala de apagaron, por lo que ese momento ya no era el indicado para protestar.

Una hora después cuando despertó, porque la película no había atraído su atención como para impedir que se durmiera en plena función, casi salta de su silla al darse cuenta de que se había quedado dormido sobre el pecho de TJ, mientras que Iris miraba de lo más atenta la película al igual que el idiota de Kippen.

Se lo había preguntado mucho últimamente pero, ¿En serio todo estaba bien entre ellos tres? ¿O estaba ignorando algo importante? 

Entonces cuando pasó la noche en su habitación, en los brazos del de ojos verdes, en lugar de estar con su novia, supo que quizás algo no estaba andando del todo bien como pensó.

Y lo más extraño era que al parecer todos sabían esto menos él.

—¡No soy gay! ¡No lo soy!

—Perfecto porque tampoco lo soy.

Admitió TJ con una sonrisa ladeada.

Ese idiota se estaba burlado muy descaradamente de él y la impotencia de no poder hacer nada al respecto le ponía los nervios de punta.

—Ya que aclaramos nuestra obvia heterosexualidad...me devuelves mi ropa interior, por favor.

Es que ya estaban a mitad de la mañana, y tenía hambre porque tampoco era de piedra.

Entonces Cyrus quiso desaparecer al caer en cuenta de que llevaba puesto los boxer del insoportable de mirada verde.

Debió quitarselos la noche anterior o como mínimo usar los suyos, pero eso ya era algo que tendría en cuenta para otra ocasión.

—¿Entonces pasaste la noche con TJ? 

Qué era un hombre.

Preguntó su psicólogo, en la sesión de ese día.

Si bien era verdad que desde siempre se había hecho atender con su madrastra Sharon, desde que había llegado a adolescencia, había decidido que era mejor cambiar de terapeuta, ya que no era nada cómodo o saludable hablar sobre sus problemas con la mujer de su padre.

—Si, pero no tuvimos sexo—admitió satisfecho ya que sólo habían sido caricias subidas de tono—Porque no soy gay.

—Ajá…

Y El Chavo no era el Chapulín Colorado, pensó el terapeuta.