XI

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Su boca se mantenía entreabierta, a la vez que su abdomen subía y bajaba al compás de su respiración irregular.

¿Se sentía bien? No, esa palabras se quedaban cortas para poder expresar su sentir. Se sentía arder.

Sentía placer, uno jodidamente inexplicable.

Gimio, fuerte, sin temor, y es que el goce era tanto que era imposible sentirse avergonzado. Y él que aún era víctima de la pureza de su cuerpo, a causa de que aún no era capaz de experimentar el placer carnal, porque cada caricia, cada beso no eran nada comparados con el sexo.

Aquella lengua ajena como habilidosa, recorrió toda la longitud de su cuello, repartiendo tanto besos como profundas succiones, lo que conseguía que su cuerpo se estremeciera.

Y ni hablar de aquella caliente mano, que subía y bajaba a toda prisa por la longitud de su miembro, el cual se mantenía erguido cual mástil, firme y duro.

Volvió a gemir, a la vez que se retorcida de goce.

Y gimio otra vez.

TJ era tan sabio a la hora de tocarlo. Conocía tan jodidamente bien su cuerpo, tan bien, que a veces maldecia esta verdad, que prometía arrebatarle su heterosexualidad. Y es que cuando ni él se tocaba se sentía tan bien, y lo había intentado…

TJ lo besó, sin detener el labor de su mano, besó una y otra vez sus labios, descendiendo lentamente, besando en el proceso su mentón para poder darse el lujo de volver a atacar su cuello.

Y cuando el pulgar de su mano, acaricio el glande del erguido sexo que sostenía, consiguió que su mano se llenará de abundante semen.

Debía admitir que esta vez había demorado más que antes, quizás era porque cada vez hacían aquello más seguido, y Cyrus comenzaba a mostrar más resistencia.

Y cuando su respiración volvió a la normalidad después del orgasmo vivido, Cyrus habló, sin moverse de la cama, ni del lado de su acompañante.

—¿Esto me hace gay? 

Necesitaba saberlo. Y para aclarar sus dudas estaba el de ojos verdes.

—No—le miró fijo—por ejemplo, te quiero follar y no por eso soy gay, porque el sexo sólo es sexo.

Y es que mentir le salía tan bien y mentía tan bonito, que Cyrus le creía.

Y cuando su pequeña boca, acuno el sexo de TJ, y este gimio de puro placer, Cyrus admitió que a pesar de ser heterosexual, le gustaba mucho sentir el pene de TJ violar su boca.

La incomodidad y tú [Tyrus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora