XVII

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Esa última semana no había sido muy buena y es que muy pocas cosas, o mejor dicho nada había salido como había querido, y tal hecho lo había estresado tanto, que lo único que quería en ese momento era comprarse mucha ropa, toda la posible, o mejor dicho, toda la pudiera comprar con su tarjeta de crédito. Y es que en momento como aquellos agradecía tanto el que sus padres le hayan dado dicha tarjeta hacía un año ya.

Porque si bien había gente que llenaba su tristeza con comida, Cyrus Goodman lo hacía con ropa, porque ni loco se atrevería a perder su figura, además de que no estaba seguro de sí TJ aceptaría tener sexo con alguien con sobrepeso por lo que era mejor no arriesgarse ¿Verdad? Como bien decía el dicho, mejor prevenir que lamentar.

El asunto era también, que no había venido solo sino acompañado por su novia, Iris, la mejor compañía para ir de compras, y es que tenía tan buen gusto.

Y aunque ya había comprado en tres locales diferentes, no había conseguido sentirse mejor, lo cual era extraño porque para ese momento ya debería tener una gran sonrisa, pensando en la ocasión perfecta para estrenar su ropa nueva, pero seguía deprimido por el idiota de su novio, porque Cyrus Goodman, eran uno de las pocas personas que podía ser bisexual y gozar plenamente de esto, era así como contaba con una linda novia y un muy atractivo novio.

Sin embargo, a pesar de tener a dos personas a su lado no estaba para nada feliz porque el que era su novio, desde hacía varios días parecía no tener ni un solo minuto para él, claro que en un principio no le dio importancia pero cuando después de que  prácticamente le pidió que tuvieran algo de acción en la cama y este se negó, Cyrus se sintió tan ofendido que quiso mandarlo al demonio pero no lo hizo pasando que TJ pronto se disculparia pero no lo hizo.

—¿Y tú Cyrus qué vas a ordenar?

Preguntó Iris, una vez que pidió un latte al mesero del lugar.

Volviendo a su realidad, observó la carta de recomendación.

—Un capuchino.

Entonces el mesero se marchó, dejándolos solos, claro que a pesar de esto, Cyrus no despegó su vista de la pantalla de su móvil, claro que no pasó mucho tiempo antes de que Iris lo tomara desprevenido y consiguiera quitarle el móvil, al hacer esto, pudo darse cuenta de que su novio estaba espiando las redes sociales de TJ.

—Aunque me gusta que pasemos tiempo juntos, es raro estar sin él.

Confesó con absoluta sinceridad, ya que desde hacía tiempo el chico de mirada verde solía siempre acompañarlos a sus salidas, claro que desde hacía unos días esto había cambiado, tanto que ya no veía a aquel chico pegado a su novio como siempre.

Cyrus la observó, ¿Incluso ella lo extrañaba? Qué problemático.

—No lo necesitamos—argumentó de repente—podemos divertirnos sin él, como hacíamos antes.

No necesitaban de él, sobre todo él no necesitaba de TJ, ni de sus malos chistes, ni de sus palabras sucias ni de sus manoseos, ni de sus absurdas promesas, en donde aseguraba un día robar su castidad.

Bebiendo de su capuchino se preguntó cuánto más podría soportar aquella situación que sin duda le generaba tanto estrés.

Iris en un intento por conseguir subirle el ánimo, le compró sus tan amados muffins de chispas de chocolate, pero aquel postre no hizo más que aumentar su malestar ya que la última persona que le había obsequiado tal postre había sido el mismo TJ.

Cyrus observó el muffin y de inmediato decidió que era mejor no probarlo, cosa que sorprendió mucho a su novia.

A pocos días de aquella salida, Cyrus y su novia se encontraban como cada mañana en el colegio.

Estaban en la cafetería del mismo, aprovechando el receso hasta que iniciará la próxima clase.

Y todo hubiera estado bien, de no ser porque de la nada apareció TJ, quien parecía acercarse a ellos, gozando de una gran sonrisa, mientras cargaba un libro en mano.

El chico de mirada verde, se acercó con toda confianza hasta su chico y sin más, se sentó a su lado, saludando a Iris, para después centrar su vista en su novio.

—¿Está todo bien?

Preguntó extrañado por la seriedad de Cyrus, la cual estaba muy lejos de ser normal.

—No sé, tú dime—Sentenció Cyrus—o no sé, ¿Prefieres que desaparezca una semana completa para que comprendas?

TJ arqueó una ceja ante su comentario, evidentemente nada estaba bien.

—He estado trabajando en turnos nocturnos y estudiando también.

Para ser un gran esposo frente a sus futuros suegros, que para colmo no eran dos sino cuatro.

Cyrus sonrió de mala gana.

—Y yo me llamo Joshua ¿No?

Espeto de mala manera, dado que no creía nada de lo que TJ estaba diciendo ¿Desde cuándo él estudiaba? Por favor, tremenda mentira le acababa de echar.

Encima era pésimo mintiendo.

No podía sentirse más molesto.

La incomodidad y tú [Tyrus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora