XV

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Una gran sonrisa se pudo ver en su rostro, mientras que sostenía su celular, y es que estaba viendo un vídeo, que había alcanzado a grabar el último día de campamento, en donde por más de tres minutos, no había hecho más que comerle la boca a besos a Cyrus, mientras que no muy lejos de ellos, estaban sus amigos, desarmando el campamento para ya ir a sus hogares.

Había sido una tarde genial, porque no había importado cuántas veces Cyrus había mordido su boca, él simplemente no lo había dejado de besar.

Y cuando la puerta del lugar se abrió, apareciendo un hombre mayor, para comprar su medicamento, lo atendió de inmediato y cuando este se despidió e intento abrir la puerta del lugar sin tener éxito, se apresuró a ayudarlo pero antes de que llegará hasta a él, la puerta en cuestión se volvió a abrir, apareciendo Amber, ayudando así al anciano a salir, estando muy agradecido por esto.

Estando de muy buen humor, saludó a su amigo, acercándose a él, deteniéndose cuando el mostrador entre ambos, así la obligó.

—¿Qué te trae por aquí?

Preguntó él.

Sin perder su hermosa sonrisa, sacó su móvil de su cartera y se lo cedió a su amigo, este al tomarlo, se sorprendió tanto pero tanto, que las palabras fueron incapaz de salir.

El móvil en cuestión mostraba una foto de él junto a Cyrus, a la vez, que muy dulcemente, le daba de probar de su helado, el problema en sí, era que ellos no se habían tomaron esa foto, se las tomaron, además de que esa foto no había sido tomada por su amiga, se la habían enviado ¿Pero quién? Quiso ver el remitente pero su amiga le quitó el celular de la mano sin más.

—¿Te haz acostado con el chico de la foto?

TJ se quedó pasmado.

¿Qué mierda estaba pasando? Necesitaba muchas explicaciones pero Amber no parecía estar dispuesta a disipar sus dudas, más bien parecía estar ahí para llenarlo de preguntas para las cuales no tenía respuesta.

—A mi me tiene muy sin cuidado tu estúpida bisexualidad pero con él no te metas.

Faltaba más, ya bastante tenía con sus problemas como para que el basquetbolista viniera a generarle más, después de todo lo que ella había hecho por él.

Entonces TJ dijo lo único en lo que podía pensar en ese momento.

—¿Cómo sabes de Cyrus?

Amber, sintió de pronto un gran dolor de cabeza, y es que tenía la esperanza de que el idiota de su amigo negara todo y de esta forma le pusiera las cosas más fáciles.

—Es hijo de Leslie.

—¿La terapeuta? 

Mierda, mierda, mierda.

Tenía que ser una broma. Debía ser una broma.

En ese momento en serio se lamentó tanto pero tanto, y es que Leslie no sólo era la terapeuta de Amber sino también lo era de él.
Incluso como consejo de ella, había comenzado a trabajar como farmacéutico, le había dicho que de esta forma podría despejar un poco su mente, que el trabajar lo ayudaría a aclarar su orientación sexual, además de que lo ayudaría a superar la separación de sus padres.

La consideraba una gran mujer, digna de su respeto, alguien a quien admiraba mucho…¿Cómo mierda la miraba ahora? Después de haber puesto los ojos en su hijo, en su muy guapo hijo.

Se aterrorizo ante la idea, no quería ocasionarle aquel gran disgusto ni a ella ni a Cyrus, tampoco quería que Leslie lo viera como la persona que torció la sexualidad de su hijo, ni como el culpable de que nunca pudiera tener nietos, después de todo lo que ella hizo por él.

Mierda, más le valía estudiar como nunca y recibirse en una buena universidad (mínimo Harvard), si quería ser un adulto apto para adoptar un niño y así conseguir el perdón de su futura suegra, porque  Leslie no lo sabía pero sería su suegra y su sexy Cyrus, su esposo.

…..

Sin dejar de reír por las ocurrencias de su hijo y la novia de este, se dedicó a partir el pastel de chocolate, que su esposo Todd le había cocinado, y es que al ser sábado y estar todos en casa, se le había ocurrido sorprender a su esposa.

Y cuando ya todos tuvieron su porción servida,  Iris lleno sus vasos con limonada, observando como Leslie de repente soltó su vaso, provocando que parte de la limonada cayera sobre su pastel.

—¿Estás bien, mamá? 

Cyrus habló.

Leslie quien sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, negó con la cabeza.

—Tengo un mal presentimiento...



La incomodidad y tú [Tyrus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora