Capitulo 4

3.3K 263 108
                                    

- No me voy a poner eso.

- ¿Qué? ¿Tienes miedo a que te secuestre, Alexia Clark? - De nuevo con mi apellido. Nunca pensé que un simple Clark, podría sonar tan excitante. ¿Me había vuelto loca? Si, probablemente. Me encontraba frente a la Royal Enfield de Blake, el estaba recargado en esta sosteniendo una cinta en su mano derecha, con la idea que yo me la pusiera en los ojos.

- ¿Debería?

- Buena pregunta. - Su típica sonrisa burlona no se desvanecía de su rostro. Se me quedó mirando descaradamente y no me quejo, con gusto me desnudo frente a él. Pero si el llega a hacerlo, quiero verlo todo, no que una venda cubra mis ojos. ¿Quien me cree? ¿Anastasia de 50 sombras?. - Se te ve bien el cuero. - Mis ojos bajaron a mi chaqueta. Llevaba los mismos jeans que me había puesto hoy, una camisa vino tinto un poco escotada, unos botines negros y una chaqueta de cuero del mismo color. ¿Me quería ver algo sexy? Si. Se que Blake me desea, incluso más de lo que yo lo deseo a él. Pero le quiero incentivar a que de él primer paso. Que deje la cobardía. Que sea hombre.

- ¿Gracias? - Fingí indiferencia. No quería sonar como una fangirl lanzada y urgida frente a mi lindo acosador.

- Venga. - Insistió extendiendo la cinta de seda. - Es para la sorpresa, las próximas veces ya conocerás el sitio y no tendrás que usarla. - Hizo unos ojos de perro que debilitaron mis piernas. Si como chico rudo se veía sexy, con su faceta tierna podría gobernar todo el puto mundo. ¿Dijo próxima vez? ¿Blake no me sé su apellido me va a volver a invitar a salir?.

- ¿Próximas veces? - Su perfecta sonrisa coqueta fue curvándose en su rostro.

- No soy los de una noche, si la chica me gusta. - Me guiñó el ojo.

¿Estaba insinuando que...?

- Bueno, vamos. - Me extendió la venda por última vez y yo la agarré con desconfianza. Obvio que amaba la idea que mi secuestrador fuera Blake, con gusto acepto mi síndrome de Estocolmo. Pero de cierto modo me asustaba el irme sola con este encantador castaño. - Ven. - Volvió a agarrar la venda y se acercó a mi espalda. - Quítate la chaqueta. - Comentó en tono mandatorio.

- Esta haciendo frío - Hice un puchero cruzándome de brazos sin verlo, una corriente recorrió todo mi cuerpo al sentir su mano sobre mi abdomen atrayéndome hacia el.

- Quítatela. - Ordenó en un tono más suave contra mi oído. Vale, eso fue directo a mi pelvis. Como si yo fuera un celular y el mi dueño, comencé a acatar su orden bajando lentamente mi chaqueta de cuero dejando a descubierto mis brazos. El frío de Madrid me dio escalofríos. En Octubre no es tan frío, pero joder, está noche estaba helada. Me sacó de mis pensamientos el no ver nada.

¿Me desmayé? ¿Me morí?

La tranquilidad alivió mi cuerpo al sentir como Blake estaba amarrando la venda atrás en mi cabeza. Sus manos fueron bajando, dejando un recorrido de electricidad con cada roce de sus dedos sobre mi piel, desde mi pelo, mis hombros, mis brazos hasta entrelazar nuestras manos. Subió nuestra unión hasta mi vientre.

- No sabes lo hermosa que eres. - Murmuró contra mi oído seguido de morder el lóbulo de mi oreja. Sentí como mis piernas comenzaron a debilitarse, como si se evaporaran en el aire. Por inercia eché mi cabeza hacia atrás, apoyándola en su hombro. - ¿Por que lo haces? - Sentí como con su pulgar comenzaba a acariciar la parte de atrás de mis muñecas.

Las cicatrices.

- Quiero sentir algo. - Siempre he sido demasiado honesta con el, y dudo que eso cambie. No se porque pero este chico me trae mucha confianza. Es inexplicable, como si fuera un amigo íntimo de toda la vida.

Solitariamente juntos © [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora