Capítulo ocho

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Mason Percy

Desde que me trajeron a ese lugar ya no me amarraban o esposaban, pero sí tenía vigilancia las 24 horas del día.

Will y Julie se turnaban para quedarse la noche conmigo en una cama extra.

Con Julie era sencillo, era de sueño pesado. Pero Will era otra cosa, tenía la vista de un halcón y el oído de un murciélago.

Esa noche me había escapado para ver a Patry -la chica de melena castaña que ya poseía nombre en mi cabeza-, tenía que ser muy sigiloso, me costó mucho salir de la habitación ya que Will estaba custodiándola, pero al ser el relevo y que Julie se quedara dormida, a los pocos minutos pude salir.

Esperaba que siguiera dormida, así sería más sencillo.

Y gracias al destino así fue, pero el alivio que sentí se esfumó en un cuarto de segundo.

Will estaba ahí.

Me congelé en la puerta que acababa de cerrar a mi paso.

Will tenía sus manos en los bolsillos de sus pantalones de pijama, al verme como hielo en la puerta sacó las manos y golpeó las palmas los costados de su cuerpo, y aunque el sonido fue algo fuerte no despertó a Julie.

—Ya iba a salir a buscarte —informó—, pero regresaste.

Estaba atónito, esperaba que al verme como estatua se lanzara hacia mí y me torturara hasta dejarme esposado. Will al ver que estaba perplejo continuó.

—Sé que debería tomar represarías... pero al Alfa le molestaría, te quiere sin un rasguño —explicó mientras colocaba sus ojos en blanco—, no te diré que puedes pasearte por la casa como si fuese tuya, pero puedes salir a tomar aire siempre que Julie te acompañe.

Si antes estaba atónito, ahora estaba flipando.

¿Ese en realidad era Will?

No quise emitir palabras, esa era mi oportunidad, si quería seguir viéndome con Patry a escondidas para poder escapar habría que ganar su confianza, y ese era uno de los métodos.

Will al ver mi expresión neutra soltó una risa ronca.

—Veo que entiendes —dijo entre risas—, espero que regreses siempre porque si no —me apuntó con el dedo índice—, te iremos a buscar.

Y con eso pasó por mi lado, pero antes de irse me dio un puñetazo en el antebrazo y aunque dolió intenté que no se notara.

Suspiré cuando cerró la puerta al salir. Por lo menos una parte del plan iba bien, ya tenía un poco de confianza del que menos esperaba pero ahora faltaba poder poseer algo de información, y eso era algo que podía lograr solo con Julie.

La observé dormir en la cama individual extra de la habitación, era una chica muy dulce e ingenua, así que no sería difícil.

Me recosté en la cama y dejé que el sueño me venciera.

***

Los rayos del sol se colaron por la ventana hasta posarse en mis parpados e inmediatamente despertarme.

Me levanté y vi que Julie seguía dormida.

Me dirigí al baño e hice mis necesidades. Cuando salí Julie se estaba estirando envuelta en un pijama rosa con lunares.

—Buenos días, Mason.

La miré fijamente al oír cómo me llamó.

—Es la primera vez que me llamas por mi nombre.

Julie sonrió.

—Creo que ya te estoy tomando cariño.

Eso iluminó mi mente. Tenía que usar eso como ventaja.

Actuando, bajé la cabeza como si estuviese avergonzado.

—Hey ¿qué tienes? —interrogó apenas me vio con esa expresión.

Levanté un poco la mirada para ver su reacción.

—Me siento solo, no sabes cómo es estar encerrado en estas cuatro paredes sin mi familia.

Sus ojos se cristalizaron.

Bingo.

—Pero no estás solo, quizás no sea de mucha ayuda, pero estamos Will y yo.

Tenía una sonrisa, quería tranquilizarme y tenía que usar esa ingenuidad.

Se notaba que era una chica muy maternal y amorosa.

—Pero no tengo familia, ni siquiera sé porque estoy aquí. —mi voz parecía la de un niño llorón y lo detestaba, pero todo era por la causa.

Julie se acercó y tocó mi mejilla.

—Estas aquí porque hay personas malas que quieren utilizarte. —pronunció.

— ¿Utilizarme? —repetí con los ojos como platos.

Julie se dio cuenta de su error así que se tapó la boca con las manos.

—He hablado de más —dijo rápidamente—, tengo que irme.

— ¡Espera! —quise alcanzarla para preguntar más pero ella salió como un rayo.

En la soledad de mi habitación solo tenía una incógnita rodando por mi mente

¿Utilizarme? ¿Quién?

Toda la tarde fue la misma pregunta, un millón de teorías rodando en mi mente y ninguna me parecía correcta.

Número uno, el Alfa me secuestró para protegerme, imposible.

Número dos, todo era un plan para confundir mi mente. No lo podía creer, los ojos de Julie eran sinceros.

Número tres, ellos eran los que querían utilizarme para vender mis órganos o algo parecido pero habían perdido mucho tiempo alimentándome y encerrándome.

Las horas pasaron muy rápido debido a eso, Julie no volvió, solo vino Will a darme la comida del día.

Al anochecer me informó que nadie vendría a vigilarme, y aunque sabía que era una prueba y que quería ver si me escapaba, era mi única oportunidad. Salí por la puerta principal con el gancho que guardé en mi ropa.

Introduje el gancho en la cerradura y la giré hasta que esta se abrió, pasé por el pasillo siendo lo más sigiloso posible.

Saldría a ver a Patry, había que hacer el plan para escapar y creía tener una idea.

Secuestrados por la RealezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora