¿Por qué nos complicamos? (DnA#04)

Capítulo 13: Miyuki

Qué demonios estoy haciendo, pensó Miyuki, mientras esperaba que las verduras para la cena se cocieran.

-Un par de horas antes, en la mañana-

-Seido-

Esa mañana, como era su día libre, muchos se despertaron tarde, otros salieron temprano, y muchos otros sólo se encontraban en el Instituto, sin hacer mucho en realidad; pero ahí estaba Miyuki, pidiendo permiso al entrenador de usar la cocina de la cafetería, lo más serio que podía.

El entrenador lo vio extrañado, ¿Para qué querría Miyuki la cocina?, hasta que el menor le dijo que quería agradecerle a Sawamura por haberle ayudado con los papeles de los futuros primeros años; aunque el entrenador se sorprendió más al enterarse que Miyuki sabía cocinar.

-¿Seguro que sabes? –Fue lo primero que le preguntó el entrador Kataoka en cuanto el capitán le había expresado sus motivos.

-Sé hacerlo, entrenador. –Le respondió, aliviado aunque levemente sonrojado, Miyuki, para después obtener el permiso del mayor.

-¿En serio lo harás? –Le preguntó Kuramochi, interceptando al cátcher en cuanto éste salió de la oficina del entrenador, e interrumpiendo la lista mental de ingredientes que estaba formando.

-Por supuesto. –Le confirmó, seguro, hasta que escuchó el suspiro del peliverde.

-Vamos a hablar, Miyuki. –Le dijo serio, llevándoselo a su dormitorio.

Apenas habían entrado al cuarto de Kuramochi, Miyuki, resignado a tener que escuchar un posible sermón o burlas del otro chico, se dispuso a hablar, tenía que apurarse con los preparativos de la cena. -¿Qué sucede, Mo...?

-¿Qué pretendes con hacer esto y tratar así a Sawamura, Miyuki? –Le había interrumpido Kuramochi, viéndolo seriamente.

-¿A qué te refieres con qué pretendo?, sólo es para agradecerle por haberme ayudado con el papeleo, ya sabes, tú trabajo. –Le respondió a la defensiva, haciendo que Kuramochi le pusiera una mirada escéptica.

-Oh, bueno, si me hubieras dicho que me cocinarías por hacerlo, probablemente lo habría hecho. –Le respondió sarcástico.

-Se lo agradezco así porque, justamente, no tenía por qué hacerlo. –Aclaró, haciendo que el peliverde soltara un suspiro.

-Bien, -Accedió. –pero es suficiente de eso Miyuki, ya decídete de una vez; date cuenta y decídete. –Le volvió a reprender Kuramochi, haciendo que Miyuki lo viera extrañado. -¿No has pensado sobre lo que me contaste hace una semana? –Le preguntó Kuramochi, y Miyuki desvió la vista.

-No he tenido tiempo de hacerlo. –Se excusó, rascando ligeramente su nuca.

-¿Ah, así?, ¿por qué? –Le preguntó, escéptico.

-Hemos estado entrenando mucho, Mochi. -Soltó un suspiro, y por fin volvió la vista al peliverde.

-No entrenamos las veinticuatro horas del día, Miyuki.

-He estado ocupado con el papeleo, por si lo olvidas, -Le recordó Miyuki. – con Sawamura.

-Deja de evadirlo. –Le había dicho, harto ya, Kuramochi.

-No estoy evadiendo nada. -Soltó un bufido, harto del comportamiento de su amigo.

-Miyuki, ¿qué sientes por Sawamura? -Por fin había soltado esa pregunta; pero, aunque éste estuviera expectante a la respuesta del castaño, el otro chico ni se inmutó al comenzar a responder.