Capítulo 7: La invitación-Parte 1

360 48 3
                                    

-Estúpido Mochi, ¿por qué demonios me ordena?, he tenido peores periodos de insomnio y he estado sin problemas en la práctica; aparte, ¿por qué le tengo que hacer caso?, ¡yo soy el capitán! –Se quejaba Miyuki, en voz baja, mientras se movía incesantemente en su cama, era consciente de su malhumor, pero no podía estar siempre bien, ¿no? –¿Qué carajos?, iré. –Declaró, dispuesto a levantarse, hasta que una voz le detuvo.

-¡Si Kuramochi-senpai te escucha te matará, y si te levantas me matará!, ¡así que quieto ahí, Miyuki Kazuya! –Le gritó, jadeando, Sawamura, desde el marco puerta, Miyuki se detuvo a medio camino para verlo, confundido.

-¿Qué haces aquí, Sawamura? –Le preguntó, en un tono más calmado, mientras se sentaba al borde de su cama, sin quitar la vista del pitcher.

-Eso quisiera saberlo yo. –Le contestó en un susurro, creyendo que Miyuki no lo escuchó; para después enderezarse y ver, frunciendo el ceño, al cátcher. –Pensé que estabas mal o algo así, ¿por qué tienes el uniforme puesto?

-¡No me siento mal! –Le gritó Miyuki, Con que ya andas esparciendo mentiras, Mochi, pensó irritado, para después notar que Sawamura, después de lo que le dijo, se veía incluso más enojado de lo que él se sentía, pero antes de tan siquiera poderle preguntar qué le sucedía, el otro chico estalló.

-¡Maldito Kuramochi-senpai!, ¡me dijo que estabas enfermo e incluso me amenazó para que viniera a cuidarte! –Le gritó, señalando a Miyuki como si fuera el responsable.

Éste, en vez de sentirse enojado u ofendido por la acusación en falso que le había levantado Sawamura, sólo sintió la necesidad de reírse del otro chico. –Hahahaha, que tonto, Sawamura. -Aunque yo también estoy aquí por Mochi.

Después de escucharse a sí mismo riendo a buenas y primeras se sorprendió, no hace ni siquiera un minuto que sentía que explotaría con el primero que lo sacara de sus pensamientos, pero ahí estaba, riéndose del tonto pitcher frente a él. ¿Por qué...?, por qué, por qué, frunció el ceño, y se repitió lo mismo una y otra vez en sus adentros, las preguntas sólo parecían ir en ascenso; mientras, Sawamura seguía quejándose y lanzando maldiciones contra su senpai peliverde por haberle hecho perder su práctica, esa vista, de Sawamura siendo simplemente él, le hizo volver a dejar de lado todas sus dudas, Bueno, qué importa, pensó, por fin relajándose, y viendo al pitcher con una sonrisa ladina y un toque divertido en los ojos.

-¿Entonces por qué no nos vamos al entrenamiento? –Opinó de buena manera, levantándose de su cama, ya se sentía de mejor humor, Kuramochi no podría decirles nada, ¿no es así?, pero, apenas terminó de proponerlo, Eijun palideció.

-¡No, no, no, no! –Miyuki vio, frunciendo el ceño en confusión, como Sawamura movía dramáticamente la cabeza de un lado a otro, para después cerrar la puerta bruscamente y ponerle seguro. -¡Si sales de acá Kuramochi-senpai me hará pagar, así que quédate aquí, Miyuki Kazuya!

-Cierto, dijiste algo sobre una amenaza, ¿no es así? –Preguntó el mayor, sin cambiar su ceño; Sawamura asintió energéticamente con la cabeza, haciendo que su expresión de confusión se tornara, nuevamente, en una con llena de diversión, con una curiosa sonrisa ladina. –Oh... ¿y con qué te amenazó? –Le preguntó con sorna.

Sawamura, por su parte, palideció ante la pregunta, apartando la mirada brevemente. –E-Eso no importa.

-Yo creo que sí, Sawamura~ -Canturreó, al final, el nombre del castaño menor, acercándose a él, causando que el otro chico palideciera aún más, y le volviera a responder que no le debía de interesar eso, a lo que Miyuki le respondió, alzando los hombros como si no importase y, con un tono despreocupado. –Bueno, sólo tengo que ir a donde Mochi para preguntarle.

¿Por qué nos complicamos? (DnA#04)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora