¿Por qué nos complicamos? (DnA#04)

Capítulo 4.3: Noche agitada

Después de otros veinte minutos, al fin, Mai estuvo lista.

Fueron a por los chicos al departamento de los Kirishima, y los encontraron jugando con la consola del menor Mario kart, otra sorpresa para las chicas, pero decidieron que era mejor que ellos solos decidieran qué pasaría entre ellos, no interferirían.

-¡Eijun-san, Kotaru-kun! -Les interrumpió Mai, ganándose una cara de enojo de Kotaru mientras ésta le sonreía con una cara que decía "Dije que no interferiría, no que no los molestaría, es mi deber como mejor amiga", las mayores sólo la ignoraron y les avisaron que era hora de irse.

Durante las dos horas que estuvieron en una plaza para matar el tiempo, Kotaru no se despegó de Sawamura, todo el tiempo se la pasaron hablando de cualquier trivialidad y riendo por las ocurrencias de ambos. Cada que los interrumpían Kotaru ponía una cara de desagrado, incluso a su hermana y amiga, sin disimularlo, pero la cambiaba en cuanto Sawamura se volteaba a verle, sonriendo de nuevo.

También, poco a poco Kotaru era más expresivo con Sawamura y trataba de mantener contacto con él cada que pudiese. Le hacía pucheros, le sacaba la lengua, se hacía el enojado por alguna estupidez que Sawamura soltara, iba agarrado del brazo del castaño, le decía que sólo lo perdonaría si lo abrazaba, cuando Sawamura se hacía el enojado él lo abrazaba, más la común personalidad extra animada y alegre de Eijun; cabe mencionar, al castaño no se le hacía extraño el comportamiento del menor, pues él mismo era bastante expresivo, sólo que sin tanto contacto, Cada quién tiene su forma de ser, fue la conclusión del castaño.

Incluso cuando ya estaban en la fiesta, seguían actuando así.

En la plaza, ambos descubrieron que a ninguno le gustaban las fiestas, así que únicamente estaba sentados, platicando, como lo llevaban haciendo desde la tarde, con un vaso rojo cada uno que les dieron unos chicos mayores al verlos "tan fuera de ambiente", cuando llegaron al tema de las relaciones y confesiones.

Sawamura le contó lo de Miyuki, aunque trató de tapar que aún le dolía con una sonrisa forzada, el menor notó que sus ojos habían perdido cierto brillo, y de inmediato cambió de tema, pues Kotaru tampoco quería escuchar al castaño hablar de alguien más de esa forma.

Para las once de la noche habían decidido irse, por fin, al departamento de nuevo; cuando Sawamura les dijo que ya no alcanzaría el tren para irse a su escuela Wakana le reprendió, diciéndole que ella le advirtió que pidiera permiso también para el domingo en la mañana, cosa que tuvo que hacer en ese momento, marcando a la escuela.

Al final, a Rei no le quedó de otra que aceptar, pues, como había dicho el castaño, ya no había trenes que recorrieran esa "corta distancia", pero era peligroso que regresara caminando a esas horas; Aiko le quitó el celular a Sawamura mientras aún hablaba con Rei, y le dijo que extendiera su permiso para faltar al entrenamiento de la mañana, pues tenían más compromisos a los que el castaño tenía que asistir, Rei, aunque confundida, aceptó.

Cuando el castaño preguntó el por qué había dicho que se perdería su entrenamiento matutino, sólo recibió por respuesta un "Porque la fiesta aún no termina, Eijun-kun/-san" de parte de las chicas mayores, su amiga y su prima menor; ahí, por fin, los chicos notaron que todas estaban subidas de copas.

Sawamura aceptó, ya que no podía dejar así a su amiga, y también porque Kotaru se lo pidió, y no podía dejar sólo al menor con cuatro chicas ebrias. Ellos dos eran los únicos sobrios, así que serían los responsables esa noche.

Cuando llegaron al edificio las chicas pasaron rápido al departamento de los Kirishima por una de las botellas que tenía la pelinegra mayor, y de ahí decidieron que seguirían en la casa de las Aotsuki, aunque los chicos sólo trataron de que se fueran a dormir directamente, consiguiendo únicamente que las chicas los quisieran hacer beber, para que no las molestaran.