Vivo De Rodillas (Chloenette)

Realidad

— mi Dios Chloe — aún Marinette estaba avergonzada, fue lo planeado.

— te dije, si lo iba a hacer yo, sería algo grande—

— pero traer a tu mayordomo — pregunto algo confundida, ella también lo conocía, pues lo tuvo presente en muchos escándalos.

— corrección mi tío — dijo Chloe enfatizando ese hecho — bueno ya está tus padres están de acuerdo, solo porqué ahora eres una invitada —

— no pensé que me estuvieras invitando —  comento Marinette en el volante — bien Chloe debo ir ... A clase — eso lo dijo con más miedo que otra cosa la iba a matar haciendo ejercicio.

— bien te veo en la tarde — sonrió Chloe bajando del vehículo.

Condujo hasta el lugar nuevamente saludando al chico que barría alegremente el lugar.

Suspiro alterada, no sabía si quiera que pensar, tantas cosas juntas ni bastaba con ocupar su mente bailando, sino de salir con alguien, jamás había hecho algo como eso ni si quiera con sus "novios" y ahora llegaba una estúpida rubia que le hacía perder el control, se sonrojo sin más ingresando a la edificación.

(...)

Ella se estaba bañando después de hacer tanto ejercicio, siguió después con arreglarse, no sabía bien qué elegir, no era muy buena para decidirse, si que tenía buen gusto, más de que le serviría esto, está posición le daba miedo, pero por fin eligió algo, se arregló lo mejor que pudo.

Espero pacientemente, no estaba alterada, no la describiría era un mar de emociones. Sus padres la vieron y claro nunca la había visto tan arreglada, estaba hermosa, ya no era una niña, ella tampoco se sentía una niña, era audaz, inteligente y sobre todo tenía carácter.

Al final de todo ellos notaron ese cambio, pronto Marinette se iría de sus manos. Ella se volteó, los abrazo a ambos, sonó el timbre y se separó, un vacío en el corazón de sus padres, el primero en soltar una lágrima fue su papá, después su madre se unió al llanto cuando se había ido.

Al sonar el timbre abrió la puerta, no quería alzar la mirada, la tentación ganó, la vio al instante desvió la mirada pues aún no quería sentir esa presencia amenazante sobre si.

— vamos— la sonrisa que formuló la rubia la dejo helada, era hermosa.

—vamos — asintió la azabache, no entendía nada, porque no formulaba en su cabeza algo correcto, como debía tratarla, le hacía sentir tantas emociones que ni ella podía explicarse.

Al salir lo primero que vio fue otro vehículo, estaba impecable, y sin más el tio de Chloe sonriendoles, fue como una aceptación, al menos para ella era suficiente. Se subió al vehículo detrás de Chloe, hasta el momento no le había detallado, era un poco torpe, pero cuando lo hizo, vio en ella lo bien arreglada que estaba, más perfecta que nunca sus rizos caían sueltos sobre su vestido, el cual sus detalles deslumbraban, no era cualquiera como el de ella, estaba diseñado solo para esa chica, a Marinette le dio un choque de inspiración, demasiado tiempo sin dibujar sin ocurrisele nada pero ahora, tenía que hacerlo, sin explicación alguna ella siempre cargaba una libreta y su lápiz.

— ¿Sabías que el viaje iba a ser largo? — la rubia le miraba con extrañes.

— para nada ... Solo quiero dibujar — le dedicó una sonrisa a lo cual Chloe se sonrojo, nunca había sentido tal sensación, o no tan fuerte.

Marinette sus bocetos empezaron a salir como si nada, el papel y el lápiz parecía golpeado por arte que es casi inexplicable en el cual se filtraban sus sentimientos todo de si quedaba allí, apresar de no querer pensar en la rubia lo hacía cada vez más, metida en su mente, y claro todos eran para ella, no importaba pues ya nada queda de perder. No le gustaba dibujar desde hacía un año, ahora todo se sentía diferente, no quería aceptar nuevamente que eso es su pasión escondida en cada rasgo, claro ahora ella estaba en su mundo, dónde su vida era ese sentimiento que intentaba extinguir, pero un balde de agua ni apaga un gran incendio.

— Dibujas bien — Chloe no era buena para hacer cumplidos, Marinette lo tenía muy claro, pero en este instante le pareció el acto más tierno del mundo.

— gracias — la azabache se volteó para verle con una expresión inexplicable.

Hoy no era un buen día para la rubia, pero actos como esos le alegraban, indescriptible pero hermoso, si lo era entonces que más daba, dejaba de ser la chica ególatra y se volvía esa Chloe que intento enterrar, solo por ella. Cuando la de cabellos más oscuros dejo de dibujar, la rubia le tomo suavemente, ambas se miraron, esos ojos que siempre tenían miedo hoy estaban llenos de expectativas, las almas se encuentran de maneras tan extrañas, tan alocadas, juntaron sus labios por unos segundos, después se separaron seguían esperando no algo sino la reacción de la otra.

Luego se volvieron a besar, no sabía que hacían, era tan diferente que otros besos, no tenían necesidad solo era eso besarse no necesitaban ataduras, no había equivocacion, el roce que se producía estallaba mariposas en sus estómagos sin embargo es divino.

Una chica casi depresiva con carácter, otra egocéntrica con ataques de ira, no suena para nada. Es posible amar es posible en cualquier situación, si te hace feliz acéptalo, vívelo y no juzgues.

—ya llegamos, aparte de eso podrían retocarse el labial pues está un poco corrido — Anuncio casi con un tono juguetón el tío de la rubia.

Ambas se separaron rojas, soltaron una risa, quien diría que una estúpida foto y una amenaza sin sentido llegaría a esto.

Después de retocar el maquillaje bajaron, la actitud de Chloe cambio, su mirada empezó a estar vacía, empezaba a jugar con sus manos, está reacción era natural cuando iba a estallar en un ataque de ira, aunque no ocurría nada, el tío se despidió de ambas apenado. Él sabía lo difícil que sería esto, aparte la rubia hoy renunciaría a la empresa de los Bourgeois Ella no se permitiría nunca más ser manipulada por su apellido si tendría que luchar lo haría como Chloe nada más.

— ¿Estás bien? — la chica de cabello azabache le vio de manera confundida.

— si, Chloe Bourgeois está mejor que nunca — está vez sonrió arrogante, para empezar a caminar junto con Marinette.