Mis ojos inflamados, tristes y arrugados desde hace tiempo buscan los suyos, intentan que sus pupilas se apiaden de las mías.
Luchan, no se cansan de ese silencio tan incómodo que se generó en el ambiente. Sólo esperan que sus ojos confien de nuevo en los míos, que no se pierdan en los pensamientos oscuros que genera la desconfianza.
Buscan traer sus ojos negros de vuelta a mi lado, de vuelta a mirarnos con ternura.Eso ahora parece imposible.
Sus ojos se vuelven más negros a cada instante. La profundidad oscura los inundan tanto que no estoy muy segura si aún continuan en este plano o simplemente se perdieron en la inmensidad.
-¿Ju estas bien? -pregunta Joaquín besando mi pómulo izquierdo.
Es una pregunta difícil de responder, no sé si estoy bien.
¿Lo he estado alguna vez?-Si, estoy bien...- respondo con un hilo de voz que decae.
-¿Y no nos vas a presentar?- frunce el ceño un poco extrañado- Soy Joaquín.
Estira su mano hacia el peliverde que por primera vez mueve sus pupilas para observarlo, dejando de mirar hacia la nada al menos por ahora.
-Tomás...- responde apretando la mano.
Su voz ronca y sus pies inquietos a punto de correr son un aviso a la inevitable huída.
-Permiso- dijo abriendose paso entre nosotros.
Tomás cruza el patio y está a punto de llegar a la vereda cuando mi corazón comenzó a latir más fuerte.
Supe que no podía dejarlo ir con las dudas rondando en su cabeza. Si iba a hablar con sinceridad, sería completamente sincera.-¡Tomás!- grité y el volteó- espera, no te vayas- quería que sonara a pedido pero sonó más a súplica- ¿Joaco nos podes dejar solos?
Joaquín me miró extrañado, sin comprender la situación pero aún así aceptó.
-Esta bien. Voy adentro, avisame cualquier cosa- respondió observando con desconfianza a Tomás que se mantenía inmóvil en la vereda.
Caminé los metros que nos separaban con el miedo al rechazo.
Rechazo que veía latente en cada uno de sus gestos.-No es lo que vos pensas- expresé con súplicas encubiertas.
-¿Y vos cómo sabes lo que pienso?- preguntó sin esperar respuesta- No me tenés que explicar nada, vos no me debes nada a mí.
-Ya sé que no te debo nada, pero no quiero que pienses cosas que no son.
Era difícil para mí resumir en pocas palabras quien era Joaquín. Era confuso tratar de explicar una relación que ni siquiera yo misma tenia clara.
Trate de ser lo más sincera posible ante esos ojos que casi no me miraban.Tomás refregaba las palmas de sus manos contra su nuca, suspiraba y movía sus pies inquietamente.
Cuando termine de hablar sentí que ni siquiera me había escuchado.
Sus labios frios impactaron mi frente y un "después nos vemos" susurrado antes de marcharse a paso lento fueron su única respuesta.
Me quede algún segundos observandolo, sin comprender el motivo de su huída.
¿Por qué escapas de mí? ¿Acaso no te diste cuenta que lo que sucedió hoy fue transformador?
La explosión dentro de mí se había producido gracias a su calor.
Hoy había caído en la realidad y es que después de tanto buscar, terminé perdiendome a mi misma.
Sólo él había logrado despertar lo que hacía tiempo se encontraba dormido.Pero no podía juzgarlo ni por irse, ni por el silencio amargo en el que me dejó. Al fin y al cabo sólo yo era conocedora de las maravillas que me había hecho sentir.
Di media vuelta y ahí se encontraba Joaquín, mirandome a través del empañado vidrio de mi ventana.
No hizo falta que crucemos palabra, su mirar me hizo saber que ya había comprendido todo.
Y fue extraño porque había una pizca de desilusión en sus gestos, como si hubiera llegado tarde a mi corazón y estuviera lamentandose por ello.-¿Ya desayunaste?- pregunté evadiendo hablar de Tomás.
No respondió. Sólo largo un pesado suspiro dandome a entender que no podía evitarlo.
-¿Por qué nunca me hablaste de él?- repregunto ante mi silencio.
-No me pareció importante.
-¿En serio Julieta? Acabas de salir corriendo atrás de él y no te parece importante- expresó funciendo el ceño.
-¿Por qué tendría que contarte? Son cosas mías, no te importan.
-Ah yo soy un pelotudo. Me vengo desde la otra punta del país sólo por vos y me venis con que son cosas tuyas.
-¿De qué me estas hablando? No mezcles las cosas.
-Siempre estuvo todo mezclado, sólo que vos no quisiste darte cuenta. ¿Por qué pensas que te ayudo? ¿por qué pensas que me arriesgo y me muevo por vos? Yo no soy un tipo amable, no soy buena madera. Pero vos me importas.
-¿Qué me estas queriendo decir? ¿Qué hay un interés detrás de tu ayuda?
-Felicidades, sos muy inteligente- sonrió sarcástico- No entiendo como rodeada de tanta basura seguis siendo tan inocente.
-Osea que todo esto fue simplemente para cogerme.
-¿Cogerte? Yo con vos quería más que eso. Lo mío era amor- se lamentó.
-Nunca pensé que las cosas eran así. No tengo nada para ofrecerte.
-Esta bien y perdoname pero yo soy egoísta y no me gusta hacer caridad. A partir de ahora estas sola.
Un beso en mi frente y sus últimas palabras retumbando en mi cabeza.
La angustia en la garganta se hizo presente y no por sus palabras. Sino por la culpa de saber que nunca tuve a Joaquín en cuenta.
En mi cabeza y en mi alma, yo siempre estuve sola. Nunca fui capaz de sentir su compañia a pesar de sus esfuerzos.
Quizás cuando del corazón se trata, la egoísta comienzo a ser yo y él que a nadie quiere y de nada se preocupa comienza a mostrar la bondad.¿Será que en el amor incluso el ser más egoista se puede convertir en victima?

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Te Busco (Cazzu, C.R.O)
FanfictionElla esta sola, conviviendo con la ausencia de lo arrebatado, hundiendose en el barro. Hasta que él llega a su vida. "Gente sucia encontró en su ruta y al hierro y fuego aprendió a jugar" G.I.T (1984)