Era la primera vez que despertaba con su respiración pegada a la mía, la primer noche que compartíamos la misma cama después de tantos desencuentros.
Las sábanas tenían el perfume de su piel impregnado en sus fibras de algodón y la tenue luz del sol que ingresaba por la ventana acariciaba su rostro.
La suma de todo parecía rozar la perfección pero lamentablemente yo no estaba contenta. Las cosquillas en la panza se transformaban más bien en retorcijones, eran los fantasmas de la desconfianza intentando escaparse por mi ombligo.Tomás dormía plácidamente con la boca entreabierta y yo no sabía si era necesario escapar o debía continuar aferrandome a sus promesas.
Aún no comprendía el porqué de su falta de respuestas, el silencio ante mi pregunta abrió en mi un mundo de incógnitas que comenzaban a aterrarme.Su silencio se volvió tan aterrador para mi que evalue seriamente la posibilidad de desaparecerme, pero dentro mío se había librado una nueva lucha interna.
Una lucha en la que él sin saberlo se convirtió en mi contrincante.
Eran las 9 de la mañana y yo estaba perdiendo la primera batalla.
No porqué mi adversario fuera muy astuto, él ni siquiera estaba enterado de la guerra, pero tenía las mejores armas.
Basto el mínimo roce de su piel con la mía y el tan relajante sonido de su respiración para ganarle a todos mis fantasmas.Tomás despertó sonriente, amable y cálido; como suele ser siempre, como si anoche nada hubiese sucedido, como si nuestra conversación sólo hubiese existido en mi imaginación.
Tenía la esperanza de que al amanecer las explicaciones se hicieran presente pero al parecer eso no estaba en sus planes y yo no me atreví a decir nada al respecto.Los fantasmas de la desconfianza resurgían para dar pelea y la guerra continuaba en silencio.
Nos levantamos después de algunos besos que me dejaban confundida y él me guío hasta la cocina, la cuál estaba perfectamente diseñada.
Yo nunca había visto algo igual, toda su casa parecía estar planeada con anticipación. Cada objeto encajaba perfectamente con las paredes y con los muebles.Mi casa en el pueblo me parecía la más linda del mundo pero no estaba ni cerca de parecerse a este caserón y es que en la pobreza no hay espacio para lograr que combinen los muebles, o los heredas o compras el que te alcanza. La pintura de las paredes, si es que hay pintura, debe durar años incluso cuando comienza a descascararse.
Yo miraba maravillada esas mesadas de porcelanato brillante contrastando con los opacos muebles de madera rústica.
—¿Qué es lo que mirás tanto?— preguntó Tomás dándole un sorbo a su café con leche.
—Este lugar es hermoso— respondí mojando la medialuna en el café— toda esta casa es hermosa.
—Si, con mi viejo laburamos muchísimo para lograr todo esto. Hace cuatro años cuando llegamos de Neuquén esta casa se estaba cayendo a pedazos— recordó con nostalgia.
—¿Y por qué se fueron de Neuquén?— indague.
—En Neuquén las cosas no estaban muy bien, esta casa era de mi abuela y cuando ella murió vendimos nuestra casa. Mi viejo pensaba que era una buena oportunidad para empezar de cero acá y con la venta de la casa puso el bar. Al principio fue difícil pero él tiene un don para conectar con la gente.
—Es verdad, sólo lo ví una vez pero da la impresión de que es un buen tipo. No se, tiene un carisma especial, te hace sentir cómoda— sonreí y su rostro se transformó.
—Si, es buena gente. Por eso todo el mundo lo ama— expresó con una pizca de resentimiento.
—Bueno, vos heredaste el mismo carisma— respondí y él rodó sus ojos— de verdad te digo— sonreí.

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Te Busco (Cazzu, C.R.O)
FanfictionElla esta sola, conviviendo con la ausencia de lo arrebatado, hundiendose en el barro. Hasta que él llega a su vida. "Gente sucia encontró en su ruta y al hierro y fuego aprendió a jugar" G.I.T (1984)