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Itziar sonreía ampliamente esa noche. Estaba radiante, con ligeras ondas en su cabello, un jean con rotos, un buzo abierto de lana y unos botines negros. Estaba en el camerino y acababa de cambiarse la ropa de la inspectora Murillo para volver a ser Itziar. Se pintó los labios, sin notar la impresión que esta acción había causado en sus compañeros de la carpa, quienes aún recogían sus pertenencias y se quitaban del rostro el polvo antibrillo con que estaban maquillados. Itziar frotó sus labios entre sí para distribuir el color y con una despedida rápida salió disparada al camerino en donde se encontraría con Álvaro, pero él no estaba ahí todavía. Se miró en el espejo y acomodó su cabello. Estaba nerviosa. Entonces él entró saludando con un beso en la mejilla.

Se sentaron uno frente al otro con sus guiones en mano y por un rato estuvieron hablando sobre el beso. A pesar de que el guión era específico en algunas cosas, había otras en las que ellos tenían libertad para improvisar o proponer. Gracias a esto precisamente, ellos se encontraban ahí hablando sobre cómo se besarían.
- Había pensado que podríamos proponerle a Jesús un doble beso. - dijo Álvaro con sus ojos repasando el guión.
- ¿Te refieres al beso del principio? - preguntó Itziar.
- Sí, antes de que debas interrumpir con los diálogos. Un beso inicial y luego otro más profundo, como para saber si te correspondo, ¿eh?
Itziar rió.
- Vale, vale. Mañana se lo decimos.
Álvaro continuó hablando y la palabra "beso" sonó varias veces más en su boca mientras Itziar se perdía en sus propios pensamientos.

Había estado tan pendiente de él los últimos días, con tanta curiosidad por esa forma de tratarla, de mirarla. Se concentró en mirar la boca de Álvaro moverse y sonreír por momentos. Sus manos agitándose en el aire. No podía evitar sentirse un poco nerviosa a su lado.

"Es que ella le gusta" resonó en su cabeza. Esa frase otra vez. Se preguntó si podría ser verdad pues aunque ella estaba casada y no pretendia nada con Álvaro, era una idea que le agradaba porque eso la hacía sentir atractiva como hacía mucho tiempo no la hacía sentir Roberto. Pensar que ella pudiera gustarle a un hombre tan guapo como Álvaro, realmente le gustaba esa idea.

Ella continuó en silencio, pensando, escuchando a Álvaro de fondo y es que él solía hablar tan rápido a veces que eso ayudaba a que ella se perdiera en el sonido de su voz sin poder prestar demasiada atención a lo que decía.

- Me gusta mucho que sea Raquel quien tome la iniciativa. - dijo Álvaro finalmente y se levantó para sentarse en la silla junto a ella. Itziar en ese momento cayó en la cuenta de que no había prestado atención a nada de lo que él había dicho antes, por estar pensando en tonterías.

- A mí también - respondió y no dijo nada más porque no supo qué más había dicho Álvaro.
- Es que la verdad, me gusta mucho Raquel, en serio - dijo Álvaro sonriendo y rodeó los hombros de Itziar con su brazo durante unos segundos, dándole una sacudida juguetona.
Itziar sintió que algo en su barriga se removía con ese comentario. Se quedó callada mientras una sonrisa aparecía en su rostro.
- ¿Qué piensas, Itz? - preguntó Álvaro.
- En la escena, que seguro va a gustar mucho. - respondió alegremente.
- Ah, sí, seguro.
Álvaro miró alrededor y se quedó en silencio por un instante.
Itziar, como impulsada por una fuerza externa y muy superior a ella, se recostó sobre Álvaro, poniendo su cabeza en las piernas de él.

A Álvaro no pareció extrañarle este acto, tal vez por la amistad que habían entablado y porque cuando estaban juntos se sentían en confianza.

Se quedaron en silencio un momento, mientras Álvaro cogía un mechón de cabello de Itziar y jugueteaba con él entre sus dedos. Ella lo miraba desde abajo, con mil cosas pasando por su mente.
Entonces algo inesperado pasó. Itziar se incorporó y muy rápidamente besó a Álvaro en la boca. Solo un roce. Él abrió mucho los ojos, sorprendido. Ella se mantuvo dos segundos a unos cuántos centímetros de la cara de él y entonces volvió a besarlo, ésta vez de lleno. Álvaro quien tenía la mano aún en el cabello de Itziar, la aferró contra él y correspondió el beso. Estuvieron unos segundos en ello hasta que Itziar se separó.

- ¿Así? - preguntó Itziar.

- Creo que así estará perfecto - él le dijo y ella volvió a descansar en su regazo. - No, espera, me faltaron las gafas.
- ¿Qué? - preguntó Itziar riendo y se levantó de sus piernas. Álvaro se paró y fue a ponerse las gafas del profesor.

- ¿Puedes hacerlo otra vez? - dijo parado frente a ella.

Itziar riendo, respiró profundo y se acercó, dando un beso corto pero Álvaro retuvo sus labios en su boca y prolongó el beso. Con una mano en su cabello, y la otra en su cintura, la apretó contra él. Fue un beso cargado de sensualidad. Itziar sentía como el calor le subía a la cara.

Se separaron y Álvaro sonreía de una forma tan sexy que ella sentía más y más calor ya no solo en su cara.
- Ah, verdad, que era uno corto primero - dijo Álvaro con esa maldita sonrisa.
Itziar asintió, no era capaz de decir palabra.
Se acercó y le dió un beso corto. Él no paraba de sonreír. Ella se separó, lo miró a los ojos un momento y lo besó de lleno. Sabía tan bien, se sentía tan bien que se olvidó de todo. Él se abrió espacio en su boca para introducir la lengua alcanzando la de ella y con las manos acariciaba su cintura y su cuello. Itziar le tomó con fuerza las mejillas.
Se separaron y ella habló.
- Creo que debería ser un poco más tímido profesor.
Álvaro rió.
- Vale, ¿otra vez?
Itziar sonrió y lo besó de nuevo.

Todo pasó muy rápido y ella no supo cuanto tiempo pasaron ahí hasta que él miró la hora y se sobresaltó.

- Me deben estar esperando en casa - dijo abruptamente.
Algo se removió en el corazón de Itziar.
- A mí también - mintió y se apresuró a coger sus cosas.

Caminaron juntos a la salida y Álvaro se fue rápidamente con un "nos vemos" sin ni siquiera darle el acostumbrado beso en la mejilla.
Itziar se quedó parada viendo el sitio por dónde él desaparecía, con una sensación que no podía explicar con palabras.

Se fue a su casa despacio. Cuando llegó llamó a Roberto, tratando de ser cariñosa con él pero no le salió.
Colgó el teléfono y se miró en el espejo del baño. Aún no podía quitarse el rojo de sus mejillas.
¿Qué había pasado? Ella misma no lo entendía. ¿Habían ensayado el beso o qué había sido eso? Nunca había sido necesario ensayar besos por fuera de cámara, pero ellos se habían besado.

Fue a su cuarto, se tiró en la cama y se relamió los labios. No sabía que pensaría Álvaro de todo eso, tal vez él realmente estaba ensayando, metido en su papel, pero lo cierto era que ella no. Ella lo había besado absolutamente de verdad y le había encantado. Pensó en Roberto y se sintió mareada.
Se reprimió y se obligó a pensar que fue un simple ensayo.

Locura || Itziar y Álvaro ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora