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Ser infiel era sin duda una de las cosas más difíciles que había hecho Itziar en su vida. Si bien la ausencia de Roberto en Madrid le facilitaba las cosas, no dejaba de ser complicado. Pero como todo en la vida, fue aprendiendo a serlo.

Después de aquella noche en el camerino, cuando pasó la etapa de la culpa, solo podía pensar una y otra vez en que no tenía ni idea de como ver a Álvaro a la cara. Ella se encontraba en el hangar del profesor con algunos compañeros, haciendo un ensayo de las escenas de acción que tendría ahí cuando Raquel llegaba y luchaba con él y sus cómplices. Por suerte Álvaro todavía no estaba ahí, pues ella estaba convencida de que hoy necesitaría de sus mejores dotes como actriz para disimular lo que pasaba entre los dos.

Pero él también era un muy buen actor, porque cuando llegó la saludó muy cordialmente sin que se perturbara un sólo músculo de su cara.
Rodaron toda la mañana, y a la hora del almuerzo, cuando se quedaron solos, él se limitó a darle un largo abrazo y se fue a reunir con sus amigos a la cafetería. Ella hizo lo mismo.

Llamó a Roberto, con quien a pesar de lo que ella había hecho, las cosas marchaban bien, pues ella lo trataba como siempre y se comunicaba cada vez que podía.

Él le deseó una buena tarde y se despidió con 'te amo' que ella hubiera preferido no escuchar. Aunque era raro para ella vivir en esa burbuja irreal en donde todo estaba bien con él y en donde ella no se había acostado con otro hombre, ella no estaba dispuesta a reventar esa burbuja, porque sabía que Álvaro no tenía nada qué ofrecerle, ni ella a él. Ella no podía botar a la basura la vida que había construido en tantos años con Roberto por algo que no iba hacia ningún lado.

Sin embargo esa tarde cuando ella volvía del almuerzo a los camerinos y de ahí en adelante, esa vida estaría a punto de desmoronarse. Álvaro había dejado de nuevo un papel en su bolso.

Tengo Nutella Itz, ¿quieres?

Itziar miró el papel con vacilación. A ella le gustaba mucho la nutella, pero no era algo que haya comentado con él. Sacó su móvil y le escribió.

En dónde estás?

No recibió respuesta. Fue al camerino de él suponiendo que tal vez estaría ahí pero él no estaba. Continuó caminando y de pronto se lo encontró de frente.

Él impulsivamente la tomó de la cintura y la besó. Los sentidos de Itziar se llenaron de felicidad. Él sabía a nutella. Le encantaba. La desmoronaba. El perfume que llevaba, su mano que acariciaba su espalda, su lengua húmeda y tibia. Ella no podía con todo eso, había aguantado toda la mañana junto a él sin poder sentirlo. Se fue a su cuello y lo besó. Sus manos lo despojaron de la corbata y desabrocharon los primeros botones de su camisa. Álvaro bajó sus manos de la cintura a la cola de ella.

- Podría follarte ahora mismo - susurró Álvaro.

- Hazlo.

Olvidando que estaban en un pasillo del set, continuaron besándose y acariciándose. Las ganas le iban venciendo a la cordura hasta que escucharon que varias risas y pasos se acercaban. Los ojos asustados de los dos se encontraron. Álvaro tenía la camisa abierta, Itziar ya no tenía su blusa. Los cabellos estaban alborotados. No había tiempo. Álvaro tomó de la mano a Itziar y después de recoger la blusa y la corbata recorrieron el pasillo buscando en donde ocultarse y una pequeña puerta fue su salvación. Era un pequeño cuarto de cachivaches del rodaje, y aunque estaba casi a tope, cabían perfectamente los dos.

Se estrujaron contra la puerta y escucharon que Mario, Fernando, Juan y algunos camarógrafos pasaron fuera del armario, riendo totalmente ajenos a lo que había pasado en ese pasillo hace unos momentos.

Locura || Itziar y Álvaro ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora